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Testimonios no cristianos sobre Jesucristo Los documentos históricos no cristianos que se refieren a la vida y obra de Cristo pueden dividirse en dos.

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2 Testimonios no cristianos sobre Jesucristo Los documentos históricos no cristianos que se refieren a la vida y obra de Cristo pueden dividirse en dos clases: Fuentes paganas y fuentes judías

3 I. Fuentes Paganas Las fuentes no cristianas sobre la verdad hist ó rica de los Evangelios son escasas y están contaminadas de odio y prejuicio. El campo en donde se desarrolla la historia de los Evangelios fue la remota Galilea; Los jud í os eran percibidos como una raza supersticiosa, si damos cr é dito a Horacio (Credat Judoeus Apella, I, Sat., v, 100). El Dios de los jud í os era desconocido e incomprensible para la mayor í a de los paganos de ese per í odo. Los judíos en cuyo seno la Cristiandad tomó sus or í genes estaban dispersos y eran odiados por todas las naciones paganas

4 La religi ó n cristiana era a menudo confundida con una de las tantas sectas que hab í an surgido del judaísmo, y que no podr í a despertar el interés del espectador pagano. Es por lo menos cierto que ni los jud í os ni los gentiles sospechaban en lo más m í nimo la importancia monumental de la religi ó n de cuyo crecimiento eran testigos. Estas consideraciones dan razón de la escasez y aspereza con la que los eventos cristianos son mencionados por los autores paganos. Pero aunque los autores gentiles no nos dan ninguna informaci ó n sobre Cristo y los primeros estadios de

5 la cristiandad que no tenemos en los Evangelios, y aunque sus afirmaciones son hechas con un odio y desprecio sin disimulo, de todas formas, y sin quererlo, prueban el valor hist ó rico de los hechos relatados por los Evangelistas. No necesitamos demorarnos mucho en un escrito titulado "Los Actos de Pilato", que debe haber existido en el siglo II (Justino, "Apol"., I, 35), y debe haberse utilizado en las escuelas paganas para advertir a los j ó venes contra las creencias cristianas (Euseb., "Hist. Eccl.", I, ix; IX, v); ni necesitamos preguntarnos si existieron realmente las tablas de censo de Quirinius.

6 Fuentes romanas. Características comunes Del período 110-120 d. C. corresponden tres importantes fuentes romanas: Plinio el Joven, Tácito y Suetonio. Estas fuentes, pese a guardar diferencias en su contenido concreto, tienen algunas características comunes, a saber: 1) Hablan de “Cristo" (o “Crestos”) sin, al parecer, darse cuenta que utilizan un título mesiánico como nombre propio; no usan el nombre Jesús. 2) Las referencias a Jesús siempre se refieren a una intervención pública de Roma contra los cristianos; por eso, no se trata de informaciones directas, sino indirectas, de Jesús.

7 3) Los tres autores ejercen cargos gubernamentales y tienen ambiciones literarias. 4) Coinciden en considerar al cristianismo como una superstición o grave peligro para el Estado romano.

8 Tácito (55-56/120 aprox.) P. Cornelius Tacitus era miembro de una familia aristocrática, fue Procónsul de Asia en 112-113. Adquirió fama por dos obras: Historias (105-110). Anales (116-117)

9 Tácito Poseemos al menos el testimonio de Tácito para la aseveración que el Fundador de la religión cristiana, una superstición mortífera a los ojos de los romanos, había sido ejecutado por el procurador Poncio Pilato bajo el reinado de Tiberio. Que Su religión, aunque suprimida por un tiempo, renació nuevamente no solo en toda Judea donde se había originado, pero hasta en Roma, el

10 nudo de convergencia de todas las corrientes de maldad y desvergüenza; lo que es más, que Nerón había desviado de sí mismo las sospechas de la quema de Roma acusando a los cristianos de este crimen; que estos últimos no eran culpables del incendio, aunque merecían su destino en razón de su misantropía universal. Tácito, además, describe algunos de los horribles tormentos a los que Nerón sometía a los

11 cristianos (Ann., XV, xliv). El escritor romano confunde a los cristianos con los judíos, considerándolos una secta judía particularmente abyecta; se puede inferir lo poco que había investigado la verdad histórica de los documentos judíos por la credulidad con la que aceptaba las absurdas leyendas y calumnias sobre los orígenes del pueblo Hebreo. (Hist., V, III, IV).

12 Ocasión en que habla de Cristo y los cristianos Incendio de Roma del año 64 d. C., del que Nerón hizo responsable a los cristianos para alejar de sí toda sospecha. “Luego, para acabar con este rumor, culpó y aplicó (Nerón) refinadísimos tormentos a los que el vulgo llamaba cristianos, odiosos por sus maldades. Les venía este nombre de Cristo, a quien bajo el Imperio de Tiberio, Poncio Pilatos le condenó a muerte; reprimida por el momento esta detestable superstición, reaparecía con más vigor. Y esto no sólo por Judea, cuna de este mal, sino también a través de toda Roma, donde tiene fácil acogida y

13 desarrollo todo lo más atroz y vergonzoso de todas partes. Primeramente fueron apresados los que declaraban su fe; después, por revelaciones de ellos mismos, una gran multitud fue convencida, más que de delito de incendio, de odio al género humano”.

14 Suetonio Otro escritor romano que muestra su conocimiento de Cristo y los cristianos es Suetonio (A.D. 75-160). Suetonio consideraba a Cristo (Chrestus) como un insurgente romano que incitó sediciones bajo el reino de Claudio (A.D. 41-54): "Judaeos, impulsore Chresto, assidue tumultuantes (Claudius) Roma expulit" (Clau., xxv). En su vida de Nerón, considera a este emperador como un benefactor público por su severo tratamiento hacia los cristianos:

15 El escritor romano no comprende que los problemas con los judíos surgían del antagonismo de los mismos hacia el carácter mesiánico de Jesucristo y hacia los derechos de la Iglesia Cristiana.

16 Plinio el joven (110-120 d. C.) Persona Plinius Caecelius Secundus pertenecía a la nobleza romana, fue abogado y ejerció diversos cargos públicos. Alcanzó fama como epistológrafo (de él se conserva una recopilación de cartas en 10 volúmenes). Ocasión de su referencia a Cristo Hacia el año 111 d. C., Plinio se desempeñaba como legado imperial con facultades de gobernador en la provincia de Bitinia. Fue enviado a tal misión por el emperador Trajano (98-117 d. C.).

17 Contexto literario Plinio mantuvo una amplia correspondencia oficial con Trajano (que forma parte del Volumen X de sus Cartas). La fuente que comentaremos se refiere a una consulta que le hace Plinio a Trajano sobre el modo de actuar (procesal y penal) frente a los cristianos. Una de las importantes tareas que debió resolver fue, precisamente, las denuncias judiciales contra los cristianos.

18 Manifestaciones sobre los cristianos Plinio habla sobre los cristianos en dos ocasiones, y siempre en relación con el culto; en la fuente que comentaremos señala dos cosas (entre otras): - que el que era acusado falsamente de ser cristiano, podía desmentirlo rindiéndole culto a los dioses y a la imagen del emperador, con ofrendas de incienso y vino, y maldiciendo a Cristo ("Christo male dicere") - que algunos denunciados ante él aseguraban haber dejado ya de serlo, y lo demostraban sacrificando a los dioses y maldiciendo a Cristo.

19 Los segundos (los que decían haber abandonado el cristianismo) declaraban a Plinio lo débil de su fe anterior al señalar que: “Han declarado que todo su error o su falta ha consistido en reunirse algunos días fijos antes de la salida del sol para cantar en comunidad los himnos en honor a Cristo que ellos reverencian como a un Dios. Ellos se unen por un sacramento y no por acción criminal alguna, sino que al contrario para no cometer fraudes, adulterios, para no faltar jamás a su palabra. Luego de esta primera ceremonia ellos se separan y se vuelven a unir para un ágape en común, el cual, verdaderamente, nada tiene de malo. Los que ante mí pasaron han insistido que ellos han abandonado todas esas prácticas”.

20 Características del texto anterior la creencia en Cristo como un Dios o, al menos, como un semidios; la practica sacramental de la Eucaristía; y el gran sentido ético de la vida de los cristianos que lejos estaban de ser criminales.

21 Fuentes de las informaciones de Plinio Pueden distinguirse tres (entre otras): 1) Rumores. 2) Confesiones. 3) Manifestaciones de antiguos cristianos.

22 1) Rumores Plinio asocia el nombre de cristiano con una categoría de delito ya tipificada. En la primera parte de la carta parte de la base de que está ante un delito; pero se cuestiona sobre el contenido de dicho tipo penal (de si es delito ser cristiano per se o si lo es algún acto relacionado con aquella condición) y la pena aplicable (p. ej.: si ha de distinguir entre distintas edades; si cabe el indulto por arrepentimiento, etc.)

23 Primera parte “Señor, me hago una obligación de exponerte todas mis dudas. En efecto, quién mejor que tú podrá disipar mis dudas y aclarar mi ignorancia. Yo no había jamás asistido a la instrucción o a un juicio contra los cristianos, por tanto no sé en qué consiste la información que se debe hacer en contra de ellos, ni sobre qué base condenarlos, como tampoco sé de las diversas penas a las cuales se les debe someter. Mi indecisión parte de una serie de puntos que no sé como resolver. ¿Debo tener en cuenta la diferencia de edades entre ellos o, sin distinguir entre jóvenes y viejos, los debo castigar a todos con la misma pena? ¿Debo conceder el perdón a aquellos que se arrepienten? Y, en aquellos que fueron cristianos, ¿subsiste el crimen una vez que dejaron de serlo? ¿Es el mismo nombre de cristianos, independiente de todo otro crimen, lo que debe ser castigado, o los crímenes relacionados con ese nombre?”

24 2)Confesiones Antes de la respuesta de Trajano, Plinio estableció un procedimiento y dictó penas capitales; para identificar y condenar a los cristianos, se conformó con la confesión de éstos (“die confessio nominis”); al que sacrificaba a los dioses y maldecía a Cristo lo absolvía.

25 Segunda parte “Te expongo la actitud que he tenido frente a los cristianos presentados ante mi tribunal. En el interrogatorio les he preguntado si son cristianos, luego durante el interrogatorio, a los que han dicho que sí, les he repetido la pregunta una segunda y tercera vez, y los he amenazado con el suplicio: si hay quienes persisten en su afirmación yo los hago matar. En mi criterio consideré necesario castigar a los que no abjuraron en forma obstinada. A los que entre estos eran ciudadanos romanos, los puse aparte para enviarlos frente al pretor de Roma. A medida que ha avanzado la investigación se han ido presentando casos diferentes. Me llegó una acusación anónima que contenía una larga

26 lista de personas acusadas de ser cristianos. Unas me lo negaron formalmente diciendo que no lo eran más y otras me dijeron que no lo habían sido nunca. Por orden mía delante del tribunal ellos han invocado a los dioses, quemado los inciensos, ofrecido las libaciones delante de sus estatuas y delante de la tuya que yo había hecho traer, finalmente ellos han maldecido al Cristo, todas cosas que jamás un verdadero cristiano aceptaría hacer”.

27 3)Manifestaciones de antiguos cristianos Plinio también interrogaba a personas que decían haber renunciado, desde hace tiempo, al cristianismo; pero no se fiaba de sus declaraciones: de hecho, declaró haber escuchado, bajo tortura, a dos esclavas de una comunidad; señala que sus declaraciones contienen una “superstición miserable y absurda”; veamos: “Luego de mi edicto que, según tus órdenes, prohibía las asambleas secretas, he creído necesario llevar adelante mis investigaciones y he hecho torturar dos esclavas, que ellos llaman ‘siervos’, para arrancarles la verdad. Lo único que he podido constatar es que tienen una superstición excesiva y miserable”.

28 Conclusiones sobre Plinio 1) No hay en Plinio información directa sobre Cristo; pero no duda de su existencia; no desvincula el cristianismo de la creencia en Cristo como una persona histórica, es decir, real. 2) Considera a Cristo como un hombre, pero que los cristianos le rinden un culto divino o semidivino; esto, lógicamente, no ha de resultarle tan extraño a Plinio, puesto que los mismos romanos practicaban el culto a la persona del emperador. 3) Plinio reconoce la bondad natural de los cristianos, aunque los considera un peligro para el Estado romano.

29 Parte final “Así, suspendiendo todo interrogatorio, recurro a tu sabiduría. La situación me ha parecido digna de un examen profundo, máxime teniendo en cuenta los nombres de los inculpados. Son una multitud de personas de todas las edades, de todos los sexos, de todas las condiciones. Esta superstición no ha infectado sólo las ciudades, sino que también los pueblos y los campos. Yo creo que será posible frenarla y reprimirla. Ya hay un hecho que es claro, y este es que la muchedumbre comienza a volver a nuestros templos que antes estaban casi desiertos; los sacrificios solemnes, por largo tiempo interrumpidos, han retomado su curso. Creo que dentro de poco será fácil enmendar a la multitud”. Esta cita, además, revela el fuerte aumento de los cristianos entre la gente corriente y de las más diversas condiciones. Plinio, sin embargo, se confía en las medidas represivas en curso; cree que con ellas el asunto estará prontamente resuelto.

30 Rescripto (respuesta) de Trajano “Querido Plinio, tú has actuado muy bien en los procesos contra los cristianos. A este respecto no será posible establecer normas fijas. Ellos no deberán ser perseguidos, pero deberán ser castigados en caso de ser denunciados. En cualquier caso, si el acusado declara que deja de ser cristiano y lo prueba por la vía de los hechos, esto es, consiente en adorar nuestros dioses, en ese caso debe ser perdonado. Por lo que respecta a las denuncias anónimas, estas no deben ser aceptadas por ningún motivo ya que ellas constituyen un detestable ejemplo: son cosas que no corresponden a nuestro siglo”.

31 II. Fuentes Judías A.Filo Filo, que murió luego del A.D. 40, es importante principalmente por la luz que arroja en ciertos modos de pensar y fraseología que encontramos en algunos de los Apóstoles. Eusebio (Hist. Eccl., II, IV) incluso preserva una leyenda en la que cuenta que Filo conoció a San Pedro en Roma durante sus misiones con el emperador Cayo; lo que es más, que en su trabajo sobre la vida contemplativa describe la vida de la Iglesia Cristiana en Alejandría fundada por San Marcos.

32 B. Josefus El primer escritor no cristiano que se refiere a Cristo es el historiador judío Flavio Josefus, nacido en A.D. 37, fue contemporáneo de los Apóstoles y murió en Roma en A.D. 94. Dos pasajes en su "Antiquities" que confirman dos hechos de las crónicas cristianas inspiradas no tienen disputa. En uno reporta el asesinato de "Juan llamado el Bautista" en manos de Herodes, (Ant., XVIII, v, 2), en el que describe además el carácter y trabajo de Juan; En el otro, (Ant., XX, ix, 1) desaprueba la sentencia

33 pronunciada por el sumo sacerdote Ananus contra "Santiago, hermano de Jesús, Quien era llamado Cristo." Es probable por antecedente que un escritor tan bien informado como Josefus debe haber tenido una familiaridad además con la doctrina y la historia de Jesucristo. La consideración por los sacerdotes y fariseos no le impidió mencionar los asesinatos judiciales de Juan el Bautista y el Apóstol Santiago; su intento de encontrar la realización de las profecías Mesiánicas en Vespasiano no lo indujeron a callar sobre varias sectas judías, aún cuando sus principios parecían ser

34 inconsistentes con las aseveraciones de Vespasiano. Uno espera, naturalmente, una mención sobre Jesucristo en Josefus. Antiquities XVIII,, 3, parece satisfacer esta expectativa: Por este tiempo apareció Jesús, un hombre sabio (si es que es correcto llamarlo hombre, ya que fue un hacedor de milagros impactantes, un maestro para los hombres que reciben la verdad con gozo), y atrajo hacia Él a muchos judíos (muchos griegos además. Era el Cristo). Y cuando Pilatos, frente a la denuncia de aquellos que son los principales entre nosotros, lo había condenado a la Cruz, aquellos que lo habían amado primero no abandonaron (ya que se les

35 apareció vivo nuevamente al tercer día, habiendo predicho esto y otras tantas maravillas sobre Él los santos profetas) La tribu de los cristianos llamados así por El no han cesado hasta este día.

36 C. Otras fuentes judías El carácter histórico de Jesucristo también es afirmado por la literatura judía hostil de los siglos subsiguientes. Su nacimiento se considera unido a una unión ilícita ("Acta Pilati" en Thilo, "Codex apocryph. N.T., I, 526; cf. Justin, "Apol.", I, 35), o hasta adúltera de sus padres (Orígenes, "Contra Cels.," I, 28, 32). El nombre de su padre era Pantera, un soldado común (Gemara "Sanhedrin", VIII; "Schabbath", XII, cf. Eisenmenger, "Entdecktes Judenthum", I, 109; Schottgen, "Horae Hebraicae", II, 696; Buxtorf, "Lex. Chald.", Basle, 1639, 1459, Huldreich, "Sepher toledhoth yeshua hannaceri",

37 Leyden, 1705). Este último trabajo en su edición final no apareció hasta el siglo trece, por lo que brinda un relato del mito de Pantera en su forma más avanzada. Rosch es de la opinión de que el mito no comenzó antes de los fines del siglo I.


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