La descarga está en progreso. Por favor, espere

La descarga está en progreso. Por favor, espere

Sor Pilar Caycho VelaSor Pilar Caycho Vela Hija de la CaridadHija de la Caridad "La alegría en la espiritualidad vicentina".

Presentaciones similares


Presentación del tema: "Sor Pilar Caycho VelaSor Pilar Caycho Vela Hija de la CaridadHija de la Caridad "La alegría en la espiritualidad vicentina"."— Transcripción de la presentación:

1

2 Sor Pilar Caycho VelaSor Pilar Caycho Vela Hija de la CaridadHija de la Caridad "La alegría en la espiritualidad vicentina".

3 “ 22 El fruto del Espíritu es amor, alegría…” nos asegura San Pablo (Gal.5,22)

4 “ Que la alegría se difunda en los corazones juntamente con el amor del que ella brota, por medio del Espíritu Santo que se nos ha dado ”. Papa Pablo VI

5 ….un joven sin alegría y sin esperanza no es un joven autentico, sino un hombre envejecido antes de tiempo.

6 “quiero dirigirme a los fieles cristianos, para invitarlos a una nueva etapa evangelizadora marcada por esa alegría, e indicar caminos para la marcha de la Iglesia en los próximos años” (EG.1).

7 1.- Etopeya de Vicente de Paúl Vicente de Paul no tuvo explosiones de alegría; pero, sus exhortaciones a vivir la nota ale­gre de la caridad, a ejemplo de Jesu­ cristo, acompañaban de ordinario su palabra oral y escrita. Vive sensiblemente preocupado por el su­frimiento humano, por la ignorancia del pueblo, por el hambre y las guerras que se extendían por todos los pueblos y ciudades de Francia del siglo XVII. Vive sensiblemente preocupado por el su­frimiento humano, por la ignorancia del pueblo, por el hambre y las guerras que se extendían por todos los pueblos y ciudades de Francia del siglo XVII. (Descripción del carácter, sus acciones y sus costumbres).

8 De joven, «se dejaba llevar de un tempera­ mento bilioso y melancólico», lo que le obligó a dirigirse a Dios en1621 en unos Ejercicios Espirituales en Soissons. Él confiesa que “pedí al Señor que me concediera un espíritu manso y benigno” (Abelly). Por sus biógrafos sabemos que junto a la oración, él también emprendió la tarea de trabajar su interior. Llegando a ser uno de los hombres más afables de su tiempo.

9 Este carácter lo conservó hasta la se­pultura, bien domado por la caridad, no obstante ser víctima, en ocasiones, de un humor negro e incisivo que le apenaba y ponía a prueba su hu­mildad. Pero en ningún caso cayó en los defec­tos de la insociabilidad y del hastío.

10 No deja de aconsejar el buen humor y la alegría a todos los que siguen su mismo camino vocacional. A los misioneros le dice: “En los recreos y en la conversación ordinaria uniremos de tal manera la modestia con el buen humor, que siempre mezclemos en lo posible lo útil con lo agradable, y así daremos buen ejemplo”. (Reglas comunes de la CM VII n°7)

11 El 28 de mar­zo de 1659, año y medio antes de morir, se con­fesaba pública y humildemente delante de la co­munidad: «Me enfado, cambio de humor, me quejo, murmuro… Otras veces trato con aspere­za a la gente, hablo en voz alta y con sequedad… Algunos, como yo, hosco de mí, siempre se pre­sentan de mal talante y con cara de pocos ami­gos » XI, 475-477. Para humillarse más, añade que es «seco como un espino» XI, 752. Así se veía el viejo Vicente de Paúl, mendigando oraciones a la comunidad, porque «como un viejo es difícil que se corrija de sus malos hábitos, os rue­go que tengáis paciencia conmigo y no de­jéis de pedirle a nuestro Señor que me cambie y me perdone» XI, 481.

12 Si no conociéramos a San Vicente, nos imaginaríamos un Vicen­te cariacontecido y sombrío, incapaz de conseguir la alegría que predicaba a los demás con ejemplos de vida, con modales sonrientes y di­ chos llenos de humor. Ignoraríamos los móviles que le inducían a conquistarla, dejándo­se llevar por la Providencia de Dios. Su alegría consistía en el cumplimiento de la ley del Señor, en el seguimiento de Jesús evangelizador de los pobres y en la confianza de que su nombre estuviera escrito en los cielos. Lc 10, 20. De ahí nace y crece su espíritu de alegría como ex­presión de la caridad, que, al decir de san Pablo, «es servicial y se alegra en la verdad» 1Cor 13, 6

13 “Nuestra alegría no es algo que nace de tener tantas cosas, sino de haber encontrado a una persona: JESÚS. Nace de saber que con ÉL nunca estamos solos”

14 2. Sentido del humor y de fina ironía acompañado de gestos y palabras. Basta asomarse a las conferencias y a las cartas para comprobar su talante humorista, acompañado de gestos y palabras. Le brotaba espontáneamente por su origen campesino y del trato con la gente. Su genio gascón, propenso a exa­gerar las cosas, llenándolas de imaginación y de gracia, hacía agradable la conversación, señal de que no era tan seco como él decía, sa­bía conjugar la seriedad con la hilaridad, lo agra­dable con lo útil. Al hablar a las Hijas de la Caridad, su lenguaje se tornaba, al hilo del discurso, chispeante e ingenioso con el fin de im­presionar a aquellas sencillas aldeanas.

15

16 El 11 de septiembre de 1654 contesta, en tono festivo, a Carlos Ozenne, su­perior de la casa de Varsovia, tranquilizándole a él y a sus compañeros de comunidad ante los te­mores provocados por los eclipses: «Me parece que los sabios entendidos en astronomía no muestran ninguna preocupación, y mucho menos aquellos que están instruidos en la escuela de Je­sucristo y que saben que el hombre inteligente dominabitur astris» (dominar las estrellas)[V, 167s].

17

18 Habla a veces en su conferencia a los padres en to­no burlesco, cuando imita a los perezosos y va­gos, o sus movimientos de brazos cuando cari­caturiza a los libertinos «que sólo piensan en di­vertirse, en comer y beber bien». En la conferencia a los misioneros, del 6 de diciembre de 1658: «Al decir esto, hacía ciertos gestos con las manos y con la cabeza, con cierta inflexión de voz un tanto despreciati­va, de manera que con esos movimientos ex­presaba mejor que con sus palabras lo que que­ría decir» XI, 398.

19 Era habitual ese medio de oratoria que le permitía mantener atento al público, … el hermano Du­courneau dice: «Todos están muy atentos cuando ha­bla ….., mientras que los ausentes preguntan muchas veces por lo que ha dicho y se sienten muy apenados de no haber po­dido asistir» (XI, 835). Verdaderamente era una fiesta poder participar en una sesión comunitaria en la que el sr. Vicente tomaba la palabra llena de encanto, de sabiduría práctica y de autoridad.

20 3. «Tomar de modelo la santa alegría de nuestro Señor y la de su santa Madre». 3. «Tomar de modelo la santa alegría de nuestro Señor y la de su santa Madre». Así aconsejaba Vicente a la Señorita Luisa de Marillac cuando ésta era acometida por sentimientos de tristeza sus­citados por situaciones personales y familiares. Vicente la orienta hacia la confianza y amor a Dios, «que quiere que vaya­mos a Él por la vía del amor». Cuanto más acometida era por la tentación, le aconsejaba: «Consér­vese alegre», «sea alegre», «honre la alegría de nuestro Señor y la de su santa Madre » 346; cf. I, 108. 140. 201, etc].

21 4. «El servicio de los pobres emprendido con alegría». Nuestro apóstol de la caridad descubrió, al co­mienzo de su tarea misionera, que la alegría es una nota que ha de acompañar siempre el ser­vicio de los pobres. En el primer Reglamento de la Cofradía de la Caridad, de Chátillon-les-­Dombes, año 1617. deja ya estampado este sa­bio consejo: «… La encargada de cada día pre­parará la comida a los pobres…; les saludará con alegría y caridad cuando llegue…» X, 578

22 San Vicente descubrió que la alegría no sólo es importante en la vida, sino que es una nota distintiva para el servicio a los pobres, pues en ellos se sirve a Jesucristo.

23 San Vicente no aceptó hacer únicamente asistencia; siempre intentó dar a cada uno todos los medios para que pudiera bastarse y se sintieran felices. San Vicente contagia y compromete a otros en la evangelización, así como en la atención directa con los destinatarios para ayudarles a buscar caminos para salir de su pobreza.

24 San Vicente, hablando del amor de Dios, el domingo 19 de septiembre de 1649, dijo: «¿Qué creéis, hijas mías, que hacéis cuando lleváis la comida por las calles? Alegráis a muchas personas con ese puchero; alegráis a las per­sonas buenas, que se dan cuenta de que vais a trabajar por Dios; alegráis a los pobres, que están esperando su alimento; pero sobre todo alegráis a Dios que os ve y conoce el deseo que tenéis de agradarle al llevar a cabo su obra.

25 De la misma forma, hijas mías, Dios os ve, no ya por una ventana, sino por todas partes por donde vais, y observa de qué manera vais a hacer un servicio a sus pobres miembros, y siente un gozo indecible cuando ve que vais de buena manera y deseando solamente hacerle ese servicio. ¡Ese es su gran gozo, su alegría, su delicia! ¡Qué felicidad, mis queridas hijas, el poder llenar de alegría a nuestro Creador!» (Conf. Esp. Nº 778).

26

27

28 La persona alegre y feliz tiene un talante abierto y constructivo. Tiene fuerza para superar los fracasos, los desprecios, las dificultades porque entiende que son parte de la vida misma y lo que se percibe como negativo es un estimulo para avanzar N o s e p u e d e s e r a l e g r e, f e l i z s i n c u l t i v a r i d e a l e s, s i n p r o y e c t a r l a v i d a m á s a l l á d e l o s e s t r e c h o s l í m i t e s d e l y o

29 San Vicente sentía la imperiosa necesidad de evangelizar, de que todos los que estaban cerca de él, conocieran a Dios.

30 5.- Fundamento cristiano de la alegría

31

32

33

34 Y a las Hijas de la Caridad les recomienda: “emprendan el servicio a los pobres con alegría, entusiasmo, constancia y amor”

35 Si hoy volviera a escribir San Vicente es casi seguro que insistiría en la amabilidad, el buen trato a los pobres y en la alegría como fuente de todo ello. Incluso ésta última podría proponérnosla como una nueva virtud especifica. Y es que hoy día los pobres, como todo el mundo, son muy sensibles a la manera cómo se les sirve.

36 Si los pobres no perciben en los miembros de la familia vicentina la alegría y el contento de haberse entregado (ya como consagrad@, o como laico) al Señor, los pobres se sentirán servidos pero no evangelizados. Es difícil descubrir otra manera de testimoniar a Jesucristo que no sea a través del servicio con alegría generosa y gratuito.

37 San Vicente supo descubrir a Jesús en los pobres y a los pobres en Jesús. San Vicente supo descubrir a Jesús en los pobres y a los pobres en Jesús. El esfuerzo de San Vicente por dominar su carácter y de Santa Luisa de vivir con serenidad, con paz interior y con gozo; nos pueden hablar lo importante que es vivir esta espiritualidad del servicio al pobre con alegría. El esfuerzo de San Vicente por dominar su carácter y de Santa Luisa de vivir con serenidad, con paz interior y con gozo; nos pueden hablar lo importante que es vivir esta espiritualidad del servicio al pobre con alegría. “No hay diferencia entre amar a Dios y amar a los pobres, entre servir bien a los pobres y servirle a Él” (X, 955) “No hay diferencia entre amar a Dios y amar a los pobres, entre servir bien a los pobres y servirle a Él” (X, 955)

38

39 Está tan convencido de ello el sr. Vicente, que lo contrario a este espíritu evangélico echaría a perder el servicio y desmentiría, en la práctica, el sentido original de la evangelización, que es por naturaleza, «noticia alegre» de salvación pa­ra el pobre.

40 VATICANO, 15 May. 15 / 09:47 am.- Una comunidad sin la alegría que da Jesús puede ser divertida, pero “enferma de mundanidad”, advirtió el Papa Francisco durante la Misa en la Casa Santa Marta, donde explicó que la alegría cristiana es un don y no una diversión pasajera; y llamó a los fieles a pedir “la gracia del coraje” para que el miedo no los paralice y les impida llevar el mensaje del Señor.

41 La Familia vicentina debe vivir y servir con ALEGRÍA “Las Comunidades o Grupos laicos de la Familia Vicentina, sin alegría es una comunidad o Grupos enfermos” “Las Comunidades o Grupos laicos de la Familia Vicentina, sin alegría es una comunidad o Grupos enfermos”. Porque no tiene la alegría de Jesucristo”. Serán “muy divertidos”, pero “enferma de mundanidad. Porque no tiene la alegría de Jesucristo”. Papa Francisco: “ Papa Francisco: “De modo que “cuando la Iglesia es miedosa y cuando la Iglesia no recibe la alegría del Espíritu Santo, la Iglesia se enferma, las comunidades se enferman, los fieles se enferman”.

42 La Familia vicentina vive y sirve con ALEGRÍA

43

44 Bibliografía: 1.- Espiritualidad vicenciana: Alegría. Padre Antonino Orcajo, C. M. Tomado de: Diccionario de Espiritualidad Vicenciana, Editorial CEME, 1995 2.-Servid al Señor con alegría. Padre J. Alvarez C.M.


Descargar ppt "Sor Pilar Caycho VelaSor Pilar Caycho Vela Hija de la CaridadHija de la Caridad "La alegría en la espiritualidad vicentina"."

Presentaciones similares


Anuncios Google