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Publicada porJuan Luis Herrero Montoya Modificado hace 9 años
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El que quiera ser grande, sea vuestro servidor, El que quiera ser grande, sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del Hombre no ha venido para que le sirvan, Porque el Hijo del Hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos. sino para servir y dar su vida en rescate por todos. (Mc 10, 35-45)
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Ignora a todos los que le rodean, a menos que le sirvan para alcanzar las metas que se propone. No es extraño que suscite envidias, resentimientos y rencores. y rencores. “¿Quién se cree que es ?” El “trepa” intenta subir, pero él solo. pero él solo.
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Este «trepador» explica muy bien la petición de Santiago y Juan en el evangelio de este domingo. Los dos hermanos se unen para pedir a Jesús un puesto de honor y privilegio, olvidando a todos sus compañeros. Martirio de Santiago
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Naturalmente, éstos reaccionan indignados ante aquella cara dura de los hijos del Zebedeo, ante aquella cara dura de los hijos del Zebedeo, que pretenden desmarcarse del grupo.
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Muy pronto debieron de surgir los que pretendían usar la fe en el Señor para aprovecharse del Señor de la fe. Y de los hermanos en la fe, naturalmente. La pretensión de Santiago y Juan debió de ser meditada muchas veces en las comunidades cristianas.
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San Marcos nos explica cómo las entiende Jesús y cómo han de ser vividas por sus discípulos. Las tres grandes apetencias del ser humano son: El auténtico puesto de honor es el del servidor de todos. El auténtico puesto de honor es el del servidor de todos.
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En Jesús se reflejaba la grandeza de Dios. Y sin embargo, no reclamaba una entrega servil de nadie. “El Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan”
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Jesús prestaba su ayuda a los necesitados y abatidos. El Señor se convirtió voluntariamente en un esclavo. Él invirtió la escala de los valores humanos.
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La cuantía de rescate exigido refleja la importancia de la persona secuestrada. Nuestra dignidad es grande si el rescate pagado es la vida del Hijo de Dios. “ Y dar su vida en rescate por todos”
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Señor Jesús, tu enseñanza y tu conducta ridiculizan nuestras absurdas pretensiones de grandeza. Gracias por tu ejemplo y por la vida que has entregado como rescate por la nuestra. Amén.
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Texto: José Román Flecha Andrés PALABRA DEL SEÑOR –Salamanca Presentación: Antonia Castro Panero
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