Descargar la presentación
La descarga está en progreso. Por favor, espere
1
Historia de un alma
2
Su familia
3
Recuerdos de su madre Celia
Dios se ha complacido en roderame siempre de amor. Mis primeros recuerdos guardan la huella de las más tiernas sonrisas y caricias…Pero si el Señor puso mucho amor en torno a mi vida, se dignó también conceder a mi pequeño corazón un natural amoroso y sensible. Amaba yo mucho a mamá y a papá… Recuerdo sobre todo, los paseos del domingo, en los que siempre nos acompañaba mamá… Siento aún las profundas y poéticas impresiones que nacían en mi alma a la vista de los trigales esmaltados de acianos y de flores campestres. Ya amaba las lejanías… El espacio y los abetos gigantes, cuyas ramas tocaban el suelo, dejaban en mi corazón una impresión parecida a la que experimento todavía hoy a la vista de la naturaleza… Su madre fallece cuando Teresita tan sólo tenía cuatro años de edad.
4
Recuerdos de su padre Luis Martín
Me es imposible decir lo mucho que yo amaba a papá. Todo en él me causaba admiración. Cuando me exponía sus ideas (como si fuera ya una jovencita), le decía ingenuamente que si dijese todas aquellas cosas a los prohombres del gobierno, éstos, con seguridad, le propondrían para hacerle rey, y que entonces Francia llegaría a una felicidad nunca alcanzada…
5
A la muerte de su querida madre
El día en que la Iglesia bendijo los despojos mortales de nuestra madrecita del cielo, Dios tuvo a bien darme otra madre en la tierra… Luisa, dirigiéndose a Celina y a mí, dijo: ¡Pobrecitas ya no tenéis madre!... Celina se echó en brazos de María, diciendo: ¡Tú serás la mamá! Yo estaba acostumbrada a imitarla en todo, sin embargo, en aquella ocasión, volviéndome hacia vos, Madre mía… me eché en vuestros brazos, exclamando: ¡Yo quiero que la mamá sea Paulina!
6
Su hermana y “madre” Paulina
En cierta ocasión le manifesté mi extrañeza ante el hecho de que Dios no premiase con igual gloria a todos los elegidos… Entonces Paulina me mandó buscar el vaso grande de papá y poniéndolo junto al mío, que era pequeñito, me dijo que los llenase de agua, y una vez hecho me preguntó cuál de los dos estaba más lleno. Yo le contesté que estaba tan lleno el uno como el otro… dándome a entender que en el Cielo Dios daría a los elegidos tanta gloria cuanta fuesen capaces de recibir y, de este modo, el último de entre ellos nada tendría que envidiar al primero.
7
Desde su infancia
8
Inicia su “Caminito” Imagino que el hijo de un sabio Dr encuentra en su camino una piedra, que le hace caer, y en la caída se rompe un miembro. Inmediatamente se le acerca el padre, le levanta con amor y lo cura… ¡Ciertamente a ese hijo le sobran motivos para la gratitud! Pero y si el padre conoce que en el camino hay una piedra y se le anticipa y, sin que nadie le vea, la retira; ese hijo IGNORANDO la desgracia de la que su padre le ha preservado no manifestará agradecimiento, pero si llega a conocer el peligro del que se acaba de escapar, ¿no le amará mucho más? Pues bien: yo soy esta hija.
9
Su vocación y su entrada en el Carmelo de Lisieux
10
Comprendí que el Carmelo era el desierto adonde Dios quería que también yo fuese a esconderme. No fue un sueño de niña, sino la certeza de una llamada divina. De pronto pensé en el pequeño Jesús, a quien tanto amaba, y me dije: “¡Oh cuánto me gustaría llamarme Teresa del Niño Jesús! A León XIII; Santísimo Padre “permitidme entrar en el Carmelo a los quince años”.
11
Su vida en Comunidad
12
¡Oh Amado mío, así es como se consumirá mi vida
¡Oh Amado mío, así es como se consumirá mi vida!... No tengo otro modo de probarte mi amor que arrojando flores, es decir, no desperdiciando ningún pequeño sacrificio, ninguna mirada, ninguna palabra, aprovechando las más pequeñas cosas y haciéndolas por amor…
13
Se encontró roto un vasito colocado detrás de una ventana
Se encontró roto un vasito colocado detrás de una ventana. Nuestra maestra, creyendo que había sido yo la que lo había dejado caer, me lo enseñó diciendo que otra vez pusiese más cuidado. Sin decir nada, besé el suelo, prometiendo luego ser más cuidadosa en adelante.
14
Amando, en medio del dolor y el sufrimiento
Presiento, sobre todo, que mi misión va a empezar; mi misión de hacer amar a Dios como yo le amo, de dar a las almas mi caminito. Si Dios escucha mis deseos, pasaré mi cielo en la tierra hasta el fin del mundo Sí, quiero pasar mi cielo haciendo el bien en la tierra.
15
Al morir llovieron pétalos de rosa
Nuestro Señor murió en la cruz, entre angustias, y sin embargo fue la suya la más bella muerte de amor. Fallece el 30/09/1897 con tan sólo 24 años, después de 2 días de agonía debido a la tuberculosis Texto: De “Historia de un alma, manuscritos autobiográficos Presentación: Carlos Aitor Mariezcurrena Ponce Colaboración especial: Ana Arrese
Presentaciones similares
© 2025 SlidePlayer.es Inc.
All rights reserved.