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Publicada porConchita Rumbo Modificado hace 9 años
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La Liturgia nos lleva a reflexionar nuevamente sobre la Iglesia, en la que estamos llamados a trabajar. Cuál es el criterio de Dios en el "pago" por el trabajo realizado. Las lecturas bíblicas nos dan la respuesta. En la 1ª Lectura, Isaías afirma que el modo de Dios es muy diferente de como nosotros nos lo imaginamos. Dios no piensa como nosotros. Él no juzga por la cantidad, sino por la calidad con que se trabaja. (Is 55,6-9)
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La 2ª Lectura presenta el testimonio de Pablo, que hizo de Cristo el centro de su vida. "Para mí la vida es Cristo, y una ganancia el morir". (Flp 1,20c-24.27a) El Evangelio destaca que Dios llama a la Salvación a todos los hombres, sin considerar la antigüedad en la fe, o los méritos por el trabajo realizado. (Mt 20,1-16)
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La Parábola de la VIÑA es exclusiva de Mateo: - Un propietario contrata para su viña trabajadores, en diferentes momentos. - Al final del día, paga un jornal completo a todos. - Los primeros "murmuran", reclamando indignados: “Estos últimos han trabajado sólo una hora y los tratas igual que a nosotros". - El dueño de la viña responde al primer descontento: “¿No te hago ninguna injusticia.¿No nos ajustamos en un denario? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?"
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* Los murmuradores eran los escribas y fariseos que confiaban en sus méritos. Dios no es un negociante que contabiliza los méritos de los hombres para después pagarles conforme a la cantidad producida. La Salvación es más obra de Dios que merecimiento del hombre. Dios es un Padre, que ama a todos sus hijos por igual y sobre todos derrama su amor. Él nos da mucho más de lo que merecemos...
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¿Qué quería decir la PARÁBOLA? + Para Jesús, que era criticado porque acogía a los pecadores y los publicanos, - los primeros llamados fueron los judíos, como pueblo escogido y heredero de las promesas del Antiguo Testamento; - los últimos: los pecadores, que, invitados por él, también entrarán en el ámbito de la misericordia de Dios.
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* El Reino de Dios es para todos; no hay excluidos, indignos, descalificados. Para Dios hay personas a quienes Él ama, a quienes Él ofrece la salvación y a quienes invita a trabajar en su viña. La única cosa realmente decisiva es si los llamados aceptan o no trabajar en su viña.
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+ Para Mateo, que escribía para judíos convertidos al cristianismo, - los primeros trabajadores llamados eran los cristianos oriundos del judaísmo; - los últimos eran los no-judíos, o sea, todos los hombres * Para Dios, no hay judíos o griegos, esclavos o libres, cristianos de la primera hora o de la última hora. No hay grados de antigüedad, de raza, de clase social, de merecimiento… Todos son hijos amados del mismo Padre.
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+ Para nosotros, Cristo continúa llamando: "Id también vosotros a mi viña". - Muchos han oído la llamada de Dios en el comienzo de su vida; - otros escucharon esta llamada en el vigor de su juventud; - otros sólo en la edad madura o bastante avanzada... Dios no piensa como nosotros, Dios no mira el tiempo... sino la actitud pronta y generosa de nuestra respuesta... No premia por la eficacia, sino por la entrega... Mide mucho más por el amor, que por el producto mismo.
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Ante la recompensa gratuita y universal de Dios, ¿cuál es nuestra actitud? - ¿nos alegramos con el amor de Dios que acoge a todos? - ¿o nos dejamos llevar por sentimientos de envidia o celos? - ¿o nos consideramos merecedores de derechos y "privilegios"?
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- ¿Cómo explicar esa aparente injusticia de Dios? Humanamente es difícil... sólo lo entenderemos en una visión de fe. Quien trabaja para el Reino de Dios, debe hacerlo por amor. Y cuando alguian obra por amor no se interesa por la recompensa... los elogios... la paga... La fidelidad al Señor ya es una recompensa.... Sin duda, Dios nos da mucho más de lo que merecemos.
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* ¿Qué pensar de los que se sienten "dueños" de la Comunidad porque hace más tiempo que están en ella que otros o porque han contribuido a ella más que otros? En la Comunidad de Jesús, la edad, el tiempo de servicio, la posición jerárquica, no sirven para exigir derechos, privilegios o superioridad... Aunque con funciones diversas, todos son iguales en dignidad y todos deben ser acogidos, amados y considerados de igual forma.
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+ Si en la Viña del Señor hay lugar para todos, ¿por qué muchas personas continúan "desempleadas"? - ¿Será que no hay trabajo para ellas? - ¿Será que no han tenido oportunidad, "porque nadie las ha contratado", o se evaden, no queriendo comprometerse?
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+ Dios no quiere ningún desocupado. Cristo nos invita: "Id también vosotros a mi viña" - ¿Cuál será nuestra respuesta a la llamada de Dios? - ¿Cuál es nuestro lugar en la viña del Señor. P. Antonio Geraldo Dalla Costa - 18.09.2011
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MI DOMINGO Con la Palabra de Dios Meditada por: P. Antonio Geraldo Dalla Costa CS Ilustración: Nelso Geraldo Ferronatto Busca la dirección: http://www.buscandonovasaguas.com: http://www.buscandonovasaguas.com Traducción: P. José Luis Uranga, CMF Música: Venham trabalhar na vinha L e M: Pe. Pedro Brito Guimarães
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