1 32 Centro de Espiritualidad Apostólica San Pablo www.centrodeespiritualidadsanpablo.org Traducción y Adaptación de Vers le Dimanche editado por Christ.

Presentación del tema: "1 32 Centro de Espiritualidad Apostólica San Pablo www.centrodeespiritualidadsanpablo.org Traducción y Adaptación de Vers le Dimanche editado por Christ."— Transcripción de la presentación:

1 1 32 Centro de Espiritualidad Apostólica San Pablo www.centrodeespiritualidadsanpablo.org Traducción y Adaptación de Vers le Dimanche editado por Christ Source de Vie, Toulouse HACIA EL DOMINGO 3º DE CUARESMA Para Orar Cada Día el Evangelio del Domingo Próximo Del Lunes 17 al Domingo 23 de marzo  Hacia el Domingo 3º de Cuaresma  Orar en el Corazón del Mundo Para que los jóvenes consagren su vida al Evangelio  La alegría del Evangelio es contagiosa (3/6)  Orar en la Casa: Meditar fragmentos del Mensaje Cuaresmal del Papa Francisco. Hacia el Domingo 3º de Cuaresma Evangelio de Jesucristo según san Juan Capítulo 4, versículos 5 al 15. 19b-26. 39a. 40-42 (Lectura breve) Jesús llegó a una ciudad de Samaría llamada Sicar, cerca de las tierras que Jacob había dado a su hijo José. Allí se encuentra el pozo de Jacob. Jesús, fatigado del camino, se había sentado junto al pozo. Era la hora del mediodía. Una mujer de Samaría fue a sacar agua, y Jesús le dijo: «Dame de beber». Sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar alimentos. La samaritana le respondió: «¡Cómo! ¿Tú, que eres judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?». Los judíos, en efecto, no se trataban con los samaritanos. Jesús le respondió: «Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice: «Dame de beber», tú misma se lo hubieras pedido, y él te habría dado agua viva». «Señor, le dijo ella, no tienes nada para sacar el agua y el pozo es profundo. ¿De dónde sacas esa agua viva? ¿Eres acaso más grande que nuestro padre Jacob, que nos ha dado este pozo, donde él bebió, lo mismo que sus hijos y sus animales?». Jesús le respondió: «El que beba de esta agua tendrá nuevamente sed, pero el que beba del agua que yo le daré, nunca más volverá a tener sed. El agua que yo le daré se convertirá en él en manantial que brotará hasta la Vida eterna». «Señor, le dijo la mujer, dame de esa agua para que no tenga más sed y no necesite venir hasta aquí a sacarla». […] La mujer le dijo: «Señor, veo que eres un profeta. Nuestros padres adoraron en esta montaña, y ustedes dicen que es en Jerusalén donde se debe adorar». Jesús le respondió: «Créeme, mujer, llega la hora en que ni en esta montaña ni en Jerusalén se adorará al Padre. Ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero la hora se acerca, y ya ha llegado, en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque esos son los adoradores que quiere el Padre. Dios es espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad». La mujer le dijo: «Yo sé que el Mesías, llamado Cristo, debe venir. Cuando él venga, nos anunciará todo». Jesús le respondió: «Soy yo, el que habla contigo» […] Por eso, cuando los samaritanos se acercaron a Jesús, le rogaban que se quedara con ellos, y él permaneció allí dos días. Muchos más creyeron en él, a causa de su palabra. Y decían a la mujer: «Ya no creemos por lo que tú has dicho; nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es verdaderamente el Salvador del mundo».

2 5 76 4 M AR 18 M IÉ 19 L UN 17 J UE 20 La Samaritana tuvo varios maridos pero san José, a quien festejamos hoy, no tuvo más que una esposa. Por su intercesión, pido al Señor que unifique mi corazón. En espíritu El agua, la vida Las querellas religiosas han existido siempre. Cada uno de nosotros está apegado a lugares, prácticas… que, a la larga, pueden alejar de Dios. Pienso entonces en mi manera de orar y pido al Padre que me ayude a adorarlo “en espíritu”. El don En este diálogo entre Jesús y una mujer se revela el rostro de un Dios que pide (“Dame”) y que, sobre todo, da hasta el punto de hacer de ello una dimensión esencial de su identidad. Vuelvo a leer este diálogo pidiendo al Señor que me revele lo que quiere darme. Alrededor de un pozo, en pleno calor, el agua se vuelve rápidamente el centro de las conversaciones. Con Jesús, en medio de esta Cuaresma, la vida se vuelve rápidamente el centro de nuestras oraciones. Entonces, hablo al Señor de mi sed de la verdadera vida, y bebo las Palabras que me dé a escuchar. San José

3 9 1110 V IE 21 Orar en el Corazón del Mundo con el Papa Francisco Poco a poco, la conversación conduce a la Samaritana a ver la verdad en su vida. Jesús le dice todo lo que ella ha hecho, pero sin culparla ni juzgarla nunca. Dejo que el Señor haga lo mismo conmigo. D OM 23 8 Oír S ÁB 22 El tiempo que pasa con Jesús y la Samaritana alrededor del pozo nos hace presentir la urgencia de una conversión a Dios, que es el primero en dar – aunque podríamos pensar que está en nosotros dar algo primero a Dios -, que nos da lo esencial - ¿cómo vivir sin agua? – y que lo dará de manera sorprendente, gratuita, sobre la cruz – el agua que brota del corazón de Cristo crucificado. Esta agua, que es Cristo, se convertirá en nosotros en “fuente de vida eterna”. Volvernos fuente: quizá esto es lo que significa adorar “al Padre en espíritu y en verdad”. ¿Acaso no es esta también la identidad nueva que hemos recibido el día de nuestro bautismo? La Cuaresma es en verdad un tiempo bendito para regresar a la fuente. Oremos para que numerosos jóvenes reciban la invitación del Señor a consagrar su vida al anuncio del Evangelio En verdad La conversación entre Jesús y la Samaritana tiene efectos sobre los habitantes de la ciudad. Lo que oyeron de boca de la mujer y luego de Jesús les hace nacer a la fe. Llevo en mi oración a todos aquellos de mi ciudad que, como yo, pueden convertirse si oyen hablar a (de) Jesús. Beber el agua que ya no da sed

4 13 1514 ORAR EN LA CASA 12 O RAR EN LA CASA “¡Cómo! ¿Tú, que eres judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?” San Juan 4, 9 ¡Qué felicidad hay en darnos cuenta de que el tiempo de Cuaresma no es un tiempo para entristecerse sino un tiempo para alegrarse! ¿Alegrarse de qué? Pues de nada, porque esta no es la pregunta correcta. Entonces, ¿alegrarse por quién? Esta es la pregunta correcta: ¡alegrarse por Jesús! Él es quien inspira nuestras maneras de actuar y de vivir en conformidad con la alegría del evangelio que vino a anunciar a los pobres y, por ende, a todo el mundo. Veámoslo actuar con la Samaritana: ¡qué tacto con una extranjera!, ¡qué respeto por una creyente de otra religión!, ¡qué escucha para conducir a una mujer a que vea la verdad en su vida! Jesús rebasa las barreras que ponemos entre las religiones y las culturas. Viene a convertir nuestras prohibiciones – por ejemplo, la de impedir entablar conversación con una mujer extranjera, uno a uno con ella – para dar ocasión a un encuentro, al diálogo, al don de la vida. La alegría del Evangelio es contagiosa (3/6) Medita en familia fragmentos del Mensaje de Cuaresma del Papa Francisco: "La pobreza de Cristo que nos enriquece consiste en el hecho que se hizo carne, cargó con nuestras debilidades y nuestros pecados, comunicándonos la misericordia infinita de Dios. La pobreza de Cristo es la mayor riqueza: la riqueza de Jesús es su confianza ilimitada en Dios Padre, es encomendarse a Él en todo momento, buscando siempre y solamente su voluntad y su gloria". "En los pobres y en los últimos vemos el rostro de Cristo; amando y ayudando a los pobres amamos y servimos a Cristo".

5 17 1918 16 ________________________________ ________________________________ _______________________________________________ _______________________________________________ _______________________________________________ no hace otra cosa que indicar a los cristianos el verdadero dinamismo de la realización personal: “la vida se alcanza y madura a medida que se la entrega para dar vida a los otros. Eso es en definitiva la misión”. En consecuencia, un evangelizador no debería tener constantemente una cara de entierro. Papa Francisco La alegría del evangelio, n°10 La alegría suave y llena de consuelo de evangelizar Se nos propone vivir en un nivel superior, y no por ello con una intensidad menor: “la vida se acrecienta dándola y se debilita en el aislamiento y la comodidad…”. Cuando la Iglesia llama al compromiso evangelizador,