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La Carta de Judas Lic. Claudia Mendoza /// 2014.

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1 La Carta de Judas Lic. Claudia Mendoza /// 2014

2 Se trata de un mensaje breve, muy
polémico contra otros cristianos “alejados de la verdad” escrito por “Judas” a comunidades con las que está en contacto para prevenirlas y apoyarlas en un clima de controversia doctrinal

3 Estructura temática

4 Entre la parte inicial (vv. 1-2) y la doxología conclusiva (vv. 24-25)
se desarrollan los siguientes temas Una carta no suele concluir con una doxología[1]. Pero este es un texto de características peculiares. El Dios de la alabanza es el que tiene el poder de conservar a los fieles sin tropiezos, demostrando así su poder salvador (v.24). El motivo de la alabanza está relacionado pues con el objetivo de la carta: preservarlos de la acción proselitista de los adversarios. [1] A menos que esté precedida por los saludos correspondientes; cf. Rom 16,25-27.

5 Breve introducción explicando el motivo y el objeto de la carta (3-4)
Polémica contra los falsos maestros (5-16) Tres ejemplos veterotestamentarios de castigos divinos (5-7) Aplicación los adversarios (8-10) El castigo anunciado por Henoc (14-16) Exhortación a la comunidad (17-23) Realización de lo anunciado por los apóstoles (17-19) Exhortación a una conducta cristiana (21-22) La conducta de los indecisos e inseguros (22-23)

6 Remitente y presuntos destinatarios

7 El autor se autopresenta en 1,1 como
“Judas, siervo de Jesucristo, hermano de Santiago...” (Judas 1,1)

8 Al nombre “Judas” sigue primero
una caracterización genérica: “siervo de Jesucristo” y luego, otra más específica: “hermano de Santiago”

9 aparecen cuatro personajes de nombre Judas
En el Nuevo Testamento aparecen cuatro personajes de nombre Judas

10 Judas Iscariote y Judas de Santiago, que aparecen
en la lista de “los Doce” de la versión lucana Lucas 6,13-15 Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles. v14 A Simón, a quien llamó Pedro, y a su hermano Andrés; a Santiago y Juan, a Felipe y Bartolomé, v15 a Mateo y Tomás, a Santiago de Alfeo y Simón, llamado Zelotes; v16 a Judas de Santiago, y a Judas Iscariote, que llegó a ser un traidor” [1] Este no aparece en la lista que transmiten Mateo 10,2-4 y Marcos 3, En su lugar, aparece un “Tadeo”. La tradición luego, queriendo armonizar las listas, juntó ambos nombres, sugiriendo que uno de “los Doce” se llamó “Judas Tadeo”. El miembro del círculo de “los Doce” llamado Judas también aparece en el evangelio de Juan, donde al referirse a él, lo llama “Judas no el Iscariote” (Jn 14,22; algunos opinan que, si se hubiera llamado “Judas Tadeo”, no habría tenido necesidad de llamarlo de ese modo).

11 Y cuando llegaron subieron a la estancia superior,
Hechos 1,13 Y cuando llegaron subieron a la estancia superior, donde vivían, Pedro, Juan, Santiago y Andrés; Felipe y Tomás; Bartolomé y Mateo; Santiago de Alfeo, Simón el Zelotes y Judas de Santiago [1] Este no aparece en la lista que transmiten Mateo 10,2-4 y Marcos 3, En su lugar, aparece un “Tadeo”. La tradición luego, queriendo armonizar las listas, juntó ambos nombres, sugiriendo que uno de “los Doce” se llamó “Judas Tadeo”. El miembro del círculo de “los Doce” llamado Judas también aparece en el evangelio de Juan, donde al referirse a él, lo llama “Judas no el Iscariote” (Jn 14,22; algunos opinan que, si se hubiera llamado “Judas Tadeo”, no habría tenido necesidad de llamarlo de ese modo).

12 De Jerusalén envían a “un profeta Judas llamado
Barsabás” a Antioquía. llevando las decisiones de la Asamblea de Jerusalén: Hechos15,22 Entonces decidieron los apóstoles y presbíteros, de acuerdo con toda la iglesia, elegir de entre ellos algunos hombres y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé; y estos fueron Judas, llamado Barsabás, y Silas, que eran dirigentes entre los hermanos Cf. Hechos 15,27-33

13 Quien tiene un hermano muy importante
y conocido –como para autopresentarse en clara referencia a él– llamado Santiago es “Judas hermano de Santiago, hermano de Jesús”

14 No es éste el carpintero, el hijo de María
Marcos 6,3 (// Mt 13,55) No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, Joset, Judas y Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí entre nosotros?» Y se escandalizaban a causa de él

15 De este Judas prácticamente no se tienen
noticias: sólo se conoce –por unos datos transmitidos por Eusebio de Cesarea, quien, a su vez, los recibió de Hegesipo– que sus nietos fueron interrogados bajo Domiciano, y luego fueron puestos en libertad

16 Más tarde, fueron dirigentes de la comunidad, hasta los tiempos
de Trajano (cf. III HE 20)

17 Eusebio de Cesarea, III HE 20 Acerca de la familia de nuestro Salvador
1. Todavía se hallaban con vida, de la familia del Señor, los nietos de Judas (llamado su hermano según la carne). A éstos delataron porque eran de la familia de David. El evocato los llevó ante el césar Domiciano, pues, como Herodes, también tenía miedo de la venida de Cristo.

18 III HE 20 2. Les preguntó si eran descendientes de David y ellos lo confesaron. Luego les preguntó acerca del número de sus bienes o cuánto dinero poseían, pero ellos dijeron que entre ambos sólo sumaban nueve mil denarios, la mitad cada uno; y persistían en decir que ni siquiera esto tenían en metálico, sino que se trataba de la tasación de sólo treinta y nueve pletros de tierra, por la que pagaban impuestos y la trabajaban ellos mismos para su subsistencia

19 III HE 20 3. A continuación mostraron sus manos, y ofrecieron como testimonio de su trabajo personal su fortaleza física y los callos que les habían salido en sus propias manos por la obra ininterrumpida.

20 III HE 20 4. Interrogados sobre Cristo y su reino, qué tipo de reino era, dónde y cuándo aparecería, explicaron que no se trataba de un reino de este mundo o de esta tierra, sino celestial y angélico y que ha de tener lugar en el final de los tiempos. Porque viniendo en gloria juzgará a vivos y muertos y pagará a cada uno según sus obras.

21 III HE 20 5. Observando todo esto, Domiciano nada les reprochó, sino que incluso los menospreció como a gente vulgar y, dejándolos en libertad, puso fin a la persecución de la iglesia mediante un decreto. 6. Los que habían sido liberados dirigieron las iglesias por haber testificado y por pertenecer a la familia del Señor, y habiendo llegado la paz, vivieron hasta Trajano.

22 A diferencia de Santiago, no hay indicios de que este Judas
haya tenido protagonismo digno de ser mencionado en la historia del cristianismo primitivo ¿Será que este texto procede del período comprendido entre los emperadores Domiciano y Trajano, durante el cual los nietos de Judas eran dirigentes en la Iglesia No cabe descartar sin más que este Judas haya sido una figura significativa en los medios judeo-cristianos palestinenses)

23 Los investigadores suelen sugerir
como más plausible la atribución del texto a este Judas “hermano del Señor”, que, en cuanto “hermano de Santiago”, habría tenido el tipo de autoridad suficiente como para darle legitimidad a la obra

24 ¿Es pseudoepigráfica? ¿Es posible que este Judas “hermano de Santiago” haya sido el autor de esta “carta”?

25 La mayoría de los investigadores
modernos entienden que se trata de una “pseudoepigrafía”

26 Se esgrimen varias razones para fundamentar la duda…
Uno de la primera generación no habla de “los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo” (v.17-18) como figuras de un pasado distante, cuyas palabras se puedan citar como “vaticinios” La expresión indica que “los apóstoles del Señor” se han transformado en un grupo claramente demarcado al que se puede recurrir globalmente para fundamentar una posición doctrinal.

27 en un contenido bien definido “que ha sido transmitida a los santos
La fe se ha convertido en un contenido bien definido “que ha sido transmitida a los santos de una vez para siempre” (v. 3) Este modo de expresión –como también cabe decir a propósito de las fórmulas “depositum” y “sana doctrina” de las cartas llamadas “pastorales”– nace recién en el período en el que la fe se comienza a definir por contenidos que intentan ser canonicos, es decir, que se han vuelto “regla de fe”. Esta situación no es propia de los comienzos –de la “época de Judas”– sino que refleja más bien las condiciones de los tiempos post-apostólicos, en los que los debates doctrinales van perfilando las diferencias en la comprensión de aspectos fundamentales de la fe común La Carta de Judas llama a los fieles a luchar por “la fe recibida de una vez para siempre” que algunos entrometidos ponen en peligro (v.3-4). Los contenidos de la fe se han ido sedimentando y clarificando en un largo y complejo proceso en el que han incidido muchos factores (el lenguaje, la cultura ambiente, la experiencia de fe de los creyentes, los intercambios con otras comunidades, las discusiones y controversias sobre los puntos más importantes, etc.). En un momento determinado de ese proceso, la fe se ha convertido en un contenido bien delimitado, que se va transmitiendo a las generaciones siguientes. En este punto cabe decir que la fe se ha convertido en “tradición”. La fe no puede subsistir sino en el marco de este proceso (si es que quiere mantenerse viva; si no, sólo se convertirá en un capítulo de la historia de las religiones). Y la transmisión de la fe requiere necesariamente recurrir a los contenidos tradicionales. Entonces, el problema no es la “tradición” sino la determinación de sus contenidos. Esto significa que también la “tradición” debe ser objeto de una reflexión crítica a la luz de la fe, para adecuar la expresión de su contenido a la verdad del misterio. El autor de la Carta de Judas no se detiene a considerar estos problemas; su posición refleja con claridad el papel de la fe que se ha hecho tradición cuando se quiere solucionar controversias eclesiales; Cf. H. Lona “La Carta de Judas. Las enseñanzas“, en: Id., Las cartas apostólicas,

28 El autor escribe en un griego correcto, que difícilmente
puede haber correspondido a un “obrero” palestinense

29 Se trataría más bien de un (sobrio)
uso de la pseudoepigrafía, en el que el autor se autolegitima, indirectamente, mediante la autoridad de Santiago, el hermano del Señor

30 podría entenderse entonces como una clara toma de posición
La mención de Santiago podría entenderse entonces como una clara toma de posición a favor de la línea teológica y eclesial representada por Santiago (la profusa utilización de “apócrifos” judíos en este breve texto hace pensar que el autor pertenece al ámbito judeocristiano).

31 El autor parece ser un judeo-cristiano helenista que se confiesa partidario de la misma línea teológica representada por Santiago

32 ¿Quiénes eran estos “adversarios”?

33 Se trata de un reducido grupo
de personas que recientemente se ha infiltrado entre ellos y que constituyen un grave peligro por su falsa doctrina y su conducta depravada

34 No se puede distinguir con precisión
los contornos de la enseñanza pues el autor se limita a llenarlos de reproches encendidos sin exponer con claridad sus ideas ni el contenido de la “enseñanza”

35 Se suele caracterizar a los falsos maestros como “gnósticos cristianos libertinos”

36 También el texto dice que los adversarios no tienen respeto por los ángeles y que llegan incluso a maldecir a los seres gloriosos (vv. 8.10)

37 Forma literaria

38 La forma literaria del texto corresponde
a la de una “carta” pero con características muy especiales ya que al mencionar a los destinatarios no indica ningún lugar específico ninguna región, o persona o iglesia local

39 Se dirige a ellos simplemente como a
“los llamados, amados en Dios Padre y protegidos por Jesucristo” (Judas 1-2)

40 El texto probablemente
nunca fue enviado como una “carta” en el sentido usual del término Por lo que cabe concluir que la estructura epistolar que presenta es ficticia

41 Los investigadores suelen
caracterizar a este texto como un “folleto o volante polémico” al servicio de la contienda

42 ¿Por qué fue tan discutida?

43 Ya desde épocas relativamente
tempranas se hizo notar que la carta pudo haber sido rechazada por muchos por el uso que hace de los apócrifos judíos

44 San Jerónimo –que en este asunto depende
del testimonio de Dídimo el Ciego (+ 398)– indica que esa es, precisamente, la razón por la que los antiguos se resistieron a admitir este libro en el Canon

45 “Judas, el hermano de Santiago, dejó una breve
carta que es una de las siete católicas. Es rechazada por muchos porque en ella se apela al testimonio del libro de Henoc, que es apócrifo. Sin embargo, el uso y la antigüedad le han dado autoridad, y se cuenta entre las Sagradas Escrituras” (Jerónimo, De Viris Illustribus IV) Clemente Alejandrino y Tertuliano lo habían notado también

46 Esquema de presentación
Remitente y (presuntos) destinatarios ¿Qué Judas? ¿Es pseudoepigráfica? Finalidad principal y carácter del escrito Aceptación. ¿Por qué fue tan discutida? Fecha y lugar de composición

47 La Segunda Carta de Pedro

48 El “autor” presenta su mensaje
como la expresión de la última voluntad de Pedro, destinado a ser recordado en el tiempo posterior a su muerte (1,13-15)

49 En la intención del “autor”
el texto adquiere así un valor testamentario, que va más allá de su tiempo original sin limitarse a los destinatarios “originales”

50 Estructura temática

51 Entre la parte inicial (vv. 1-2) y la doxología conclusiva (vv. 3,18b)
se desarrollan los siguientes temas

52 2 Pedro 1,3-15 Discurso introductorio
sobre los dones salvíficos, el deber de una respuesta adecuada a estos dones y el anuncio y en carácter “testamentario” del escrito ante la muerte inminente de “Pedro”

53 2 Pedro 1,16-3,13 La defensa de la fe en la (segunda) venida del Señor

54 Es la parte más importante del texto
y está dedicada a la defensa de la fe en la (segunda) Venida del Señor

55 1,16-21: Factores legitimantes Para demostrar la autoridad que tiene
para enseñar respecto del tema en cuestión, el autor se apoya en su identificación ficticia con “Pedro” en cuanto testigo ocular de la “transfiguración” (1,16-18)

56 Esta experiencia de “Pedro”
confirma la palabra profética –a la que el autor exhorta a prestar atención como lámpara que brilla en las tinieblas “hasta que despunte el día” (1,19)–

57 Teniendo en cuanta probablemente ya
a los adversarios que va a combatir en el capítulo siguiente enseña a continuación que la palabra profética de la Escritura no puede ser objeto de interpretaciones personales (1,20-21)

58 2,1-22: Polémica propiamente dicha
La polémica contra los adversarios se abre con una comparación: así como en el pueblo de Israel aparecieron falsos profetas, ahora también han surgido falsos maestros que niegan al Señor que los rescató obrando así su propia ruina La comunidad está en peligro (2,1-3)

59 Dejándose guiar por el hilo conductor que le
brinda la “Carta de Judas”, el autor cita a continuación varios ejemplos de castigos ejemplares infligidos por Dios: “los ángeles caídos” (2,4; cf. Génesis 6,1-4); “el diluvio” (2,5; cf. Génesis 7s); “la destrucción de Sodoma y Gomorra” (2,6; cf. Génesis 19,24s); “la historia de Lot en medio del desastre” (2,7-10a; cf. Génesis 19, )

60 En 2,10b-22, haciendo gala de un uso versado
del lenguaje de la polémica, apunta a los adversarios: Su atrevimiento los lleva a maldecir a los ángeles (2,10b-11) Son seres irracionales destinados a la perdición (2,12)

61 Viven entregados al placer (2,13-14)
Siguen el camino de Balaam (2,15-16) Son fuentes sin agua, nubes llevadas por el viento (2,17) Con palabras pomposas y con promesas de libertad llevan a otros a la esclavitud (2,18-21)

62 En relación con la “Carta de Judas”
este texto extrema la caracterización negativa de los adversarios precisando detalles sobre la inmoralidad de los oponentes “Aun concediendo la función retórica de este tipo de lenguaje, parece demasiado poco ver aquí sólo un fenómeno puramente difamatorio, sin ningún tipo de asidero en la realidad. Se sabe que se dio un libertinaje fundado en ideas cristianas –motivado por causas diversas– que también pudo haber existido en el ambiente en el que nació 2 Pedro” (H. Lona, “Polémica contra los adversarios”, en: Id., Las Cartas Apostólicas, 148).

63 Sus ojos se dirigen llenos de deseos hacia las mujeres adúlteras
/// no cesan de pecar /// seducen a las personas inseguras /// tienen un corazón lleno de codicia /// son hijos de la maldición (2 Pedro 2,14) “Aun concediendo la función retórica de este tipo de lenguaje, parece demasiado poco ver aquí sólo un fenómeno puramente difamatorio, sin ningún tipo de asidero en la realidad. Se sabe que se dio un libertinaje fundado en ideas cristianas –motivado por causas diversas– que también pudo haber existido en el ambiente en el que nació 2 Pedro” (H. Lona, “Polémica contra los adversarios”, en: Id., Las Cartas Apostólicas, 148).

64 Conducen al libertinaje a aquellos
que recién se han liberado del error /// les prometen libertad mientras que ellos mismos son esclavos de la corrupción (2 Pedro 2,18-19) “Aun concediendo la función retórica de este tipo de lenguaje, parece demasiado poco ver aquí sólo un fenómeno puramente difamatorio, sin ningún tipo de asidero en la realidad. Se sabe que se dio un libertinaje fundado en ideas cristianas –motivado por causas diversas– que también pudo haber existido en el ambiente en el que nació 2 Pedro” (H. Lona, “Polémica contra los adversarios”, en: Id., Las Cartas Apostólicas, 148).

65 no se ha realizado la Parusía? Antes de iniciar la defensa de la fe
3,1-13: ¿Por qué aún no se ha realizado la Parusía? Antes de iniciar la defensa de la fe en “la (segunda) Venida del Señor” el autor pone otra nota “personal”: él mismo ya ha escrito antes una carta a los fieles para recordarles las palabras dichas por los santos profetas y el mandato del Señor anunciado por los apóstoles (3,1-2) Cf.

66 Tras recordar esto, enfrenta directamente
el problema central: la presencia de hombres cínicos y burlones que socarronamente preguntarán: “¿Qué ha quedado de la promesa de su Venida? Desde que nuestros padres murieron todo sigue igual como en el comienzo de la creación” (3,3-4)

67 Los adversarios se mofan de los que todavía
esperan “la Venida del Señor” basados en la experiencia Nada ha cambiado, todo sigue igual (e, implícitamente, se sugiriere que también seguirá igual)

68 El autor responde a la objeción dando tres pasos
argumentativos: Los que se burlan de la promesa de la “Parusía” no advierten que toda la creación está en manos de Dios, que la salvó después del diluvio y la tiene reservada para el día del juicio, cuando los impíos sean castigados (3,5-7)

69 advertir que el paso del tiempo es relativo para Dios:
Los creyentes deben advertir que el paso del tiempo es relativo para Dios: mil años son como un día ante sus ojos (cf. Salmo 90,4)

70 la “Parusía” se retrase sino que Dios tiene paciencia con los hombres
En realidad no es que la “Parusía” se retrase sino que Dios tiene paciencia con los hombres y les da tiempo para que se arrepientan (3,8-9; cf. Sirácida 35,19 y 1 Pedro 3,10)

71 El “Día del Señor” llegará
como un ladrón y será el momento de la desintegración universal, cuando se disuelva todo lo que existe

72 Frente a esta perspectiva, los creyentes pueden
(y deben) “acelerar” la llegada de la “Parusía” llevando una vida santa, esperando la llegada del Señor, cuando este mundo llegue a su fin y se cree “un cielo nuevo y una tierra nueva” en la que reine la justicia (3,10-13)

73 Exhortaciones finales
2 Pedro 3,14-18a Exhortaciones finales

74 El autor comienza con las exhortaciones
conclusivas (3,14-15a) pero, inesperadamente, interrumpe su discurso para referirse a las enseñanzas de las cartas de Pablo (3,15b-16)

75 El tema paulino de “la paciencia de Dios”
como “salvación” de los creyentes (Romanos 2,4) lo mueve a alabar la sabiduría del apóstol

76 Sin embargo –revelando sin duda un trasfondo polémico–
aprovecha la ocasión para advertir acerca de la complejidad de los textos paulinos Hay gente ignorante e inestable que, para su propia ruina, tergiversa su sentido (como el de otros textos de la Escritura)

77 Al final, retoma el tono exhortativo para recomendar tener precaución
a fin de no dejarse arrastrar por el error de personas sin principios y alcanzar el objetivo de crecer en la gracia y en el conocimiento de Cristo (3,17-18a)

78 Esquema de presentación
Remitente y (presuntos) destinatarios ¿Es pseudoepigráfica? Relación con Judas Motivo y ocasión del texto (Ocasión real // ocasión “ficticia”) La “demora de la parusía” Pedro, garante de la tradición

79 Remitente y presuntos destinatarios

80 El “remitente” no sólo se presenta como
“Simeón Pedro, servidor y apóstol de Jesucristo”, con la forma semita del nombre (2 Pedro 1,1), sino que también inserta recuerdos personales del “príncipe” de los apóstoles…

81 predijo su muerte como mártir (cf. Juan 21,18ss)
En 1,14 afirma que Jesús predijo su muerte como mártir (cf. Juan 21,18ss) En 1,16-18 se proclama testigo ocular de la transfiguración (Marcos 9,2ss y //) En 3,1, haciendo referencia a 1 Pedro, señala que este escrito es la “segunda” carta que les escribe En 3,15 se presenta, por medio de la expresión “nuestro querido hermano Pablo”, como contemporáneo y colega en el ministerio de Pablo

82 que escribe la carta poco antes de su muerte para que los lectores
Declara solemnemente que escribe la carta poco antes de su muerte para que los lectores guarden en la memoria “la verdad presente” (1,12ss) como un legado P72

83 o “discurso de despedida” del príncipe de los apóstoles
2 Pedro se presenta así como “testamento” o “discurso de despedida” del príncipe de los apóstoles antes de su “partida”

84 Así y todo, casi todos los comentaristas
actuales consideran que se trata del caso más claro de pseudoepigrafía

85 Relación de 2 Pedro con Judas

86 Numerosos bloques de material de 2 Pedro
tienen claros paralelos con Judas Esto resulta especialmente llamativo en relación con 2 Pedro 2,1-18 y 3,1-3 –es decir, en la polémica contra los adversarios– donde prácticamente todos los versículos de 2 Pedro tienen paralelo en Judas 1,4-19:

87 Judas 2 Pedro v.4 2, 1.3b Aparición de los falsos maestros (intrusos) v.6 2,4 Castigo de los ángeles pecadores 2,9 Justos salvados, impíos condenados v.7 2,6 Condena de Sodoma y Gomorra v.7-8 2,10 Desenfreno carnal de los intrusos v.9 2,11 Ni los ángeles osan actuar como ellos v.10 2,12 Se portan como animales sin razón v. 11 2,15 Caen en la traición de Balaam v. 12 2,13 Abusan en las comidas comunitarias v. 13 2,17 Son como fuentes (nubes) sin agua

88 Judas 2 Pedro v. 16 2,18 Su boca profiere insolencias v. 17 3,2 Recuerdo de los profetas y apóstoles v. 18 3,4 Estaba previsto (en la Escritura) que aparecerían

89 Hay algunos párrafos de 2 Pedro
que no tienen paralelo en Judas: 2 Pedro 2,

90 O de invectivas contra los falsos maestros (2,2-3.14.16.18-22)
Se trata: O de invectivas contra los falsos maestros (2, ) O de ejemplos bíblicos que no están en Judas: Noé (2 Pedro 2,5); Lot (2 Pedro 2,7-8)

91 Hay algunos versículos de Judas
que no tienen correspondencia en 2 Pedro: Judas Se trata casi exclusivamente de citas de apócrifos

92 Podemos decir que el núcleo central
de Judas reaparece en 2 Pedro: A excepción del saludo inicial y de la doxología final son muy pocos los versículos de Judas sin paralelo en 2 Pedro

93 Todo parece indicar que el autor de 2 Pedro reeditó el texto de Judas
expurgándolo de las citas de apócrifos y explicitando el error que se quiere combatir: “¿En qué ha quedado la promesa de su venida?” (2 Pedro 3,4) En apoyo de esta opinión se suelen indicar algunos argumentos: Es difícil de imaginar que Judas haya descartado unos 2/3 de la 2 Pedro y la haya reducido hasta hacer desaparecer el error que se estaba combatiendo. En general se suele suponer que un texto más largo absorbe a uno más breve y no que un texto breve resume a uno más largo. Además, en 2 Pedro no aparecen los argumentos extraídos de los apócrifos que Judas esgrime con tanta naturalidad, sin hacer verdadera distinción entre los apócrifos y los textos veterotestamentarios, como si tuvieran ambos el mismo valor, colocándolos en un mismo nivel. Parece más coherente pensar que 2 Pedro no haya querido reproducir pasajes de textos menos aceptados y utilizados. Además de omitir los textos sacados de los apócrifos, 2 Pedro introduce ejemplos bíblicos en apoyo de su argumentación (Noé y Lot) y ordena las referencias según la cronología del Antiguo Testamento: Por ejemplo, en Judas 5-7 se mencionan tres ejemplos tomados del AT para ilustrar la convicción de que Dios castiga a los impíos. Los cita en el siguiente orden: Israel en el desierto, los ángeles caídos, Sodoma y Gomorra. En 2 Pedro esto tres ejemplos reaparecen, pero reordenados según su sucesión histórica: ángeles caídos (2,4), diluvio (2,5, en vez de Israel en el desierto), Sodoma y Gomorra (2,6). Sería muy rebuscado pensar que Judas haya tergiversado el orden de los ejemplos de 2 Pedro. Hay textos de 2 Pedro que no se comprenden si no se tiene en cuenta el texto de Judas: Por ejemplo, 2 Pedro 2,4 dice: «Pues si Dios no perdonó a los Ángeles que pecaron, sino que, precipitándolos en los abismos tenebrosos del Tártaro, los entregó para ser custodiados hasta el Juicio». No resulta fácil comprender este texto sin la referencia al pecado de los ángeles, explicitado en Judas 6, y a su vez no resulta fácil saber a qué pecado se refiere Judas 6 sin tener en cuenta el Libro de Henoc. O bien, cuando en 2 Pedro 2,10-11 hace referencia a aquellos que «atrevidos, arrogantes y que injurian sin temor a los seres gloriosos, cuando ni siquiera los ángeles, superiores en fuerza y en poder, se atreven a pronunciar ante el Señor una sentencia injuriosa contra ellos», difícilmente se puede comprender el episodio al que se hace referencia en este texto. En cambio, el ejemplo narrado en Judas 9 se refiere a la discusión sobre el cuerpo de Moisés y parece haber sido sacado del libro apócrifo conocido como “Asunción de Moisés”.

94 Concepciones teológicas


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