(2R 5:10) Entonces Eliseo le envió un mensajero, diciendo: Vé y l ávate siete veces en el Jordán, y tu carne se te restaurará, y serás limpio.

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2 (2R 5:10) Entonces Eliseo le envió un mensajero, diciendo: Vé y l ávate siete veces en el Jordán, y tu carne se te restaurará, y serás limpio.

3 Naaman era un general del ejercito de Siria, que había obtenido muchas victorias, pero tenia lepra.

4 Dios quiere regenerarnos completamente, y es necesario, que al igual que Naaman seamos lavados espiritualmente para que se logre.

5 El primer lavamiento en nosotros lo hace Cristo con su Sangre preciosa. Jesús trata directamente con nuestros pecados. nos lavó de nuestros pecados con su sangre (Ap 1:5) y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre,

6 Para ser perfeccionado, es necesario bautizarse en agua. La Biblia lo declara; y es necesario este segundo lavamiento para seguir avanzando en el caminar cristiano (Hch 22:16) Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre.

7 En la antigüedad era un sinónimo de cortesía lavar los pies a alguien que visitaba la casa. En lo espiritual significa ministración del alma; poder sentarnos de vez en cuando con un hermano maduro y de confianza para y abrirle nuestro corazón, para que con la guianza del Espíritu Santo ser limpios de contaminación. (Jn 13:8) Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo.

8 Es necesario buscar constantemente el rostro del Señor en oración y la presencia de Dios en nuestras vidas. (1Co 6:11) Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.

9 Es necesario sumergirnos en la Palabra de Dios, que esta nos lave constantemente, día a día, meditar en la Palabra, que se haga vida en nosotros. Debemos ir a bucear a buscar esos tesoros ocultos, pero que Dios lo revela por el Espíritu. (Ef 5:26) para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, (Ez 47:3) Y salió el varón hacia el oriente, llevando un cordel en su mano; y midió mil codos, y me hizo pasar por las aguas hasta los tobillos. (Ez 47:4) Midió otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta las rodillas. Midió luego otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta los lomos. (Ez 47:5) Midió otros mil, y era ya un río que yo no podía pasar, porque las aguas habían crecido de manera que el río no se podía pasar sino a nado. (Ez 47:3) Y salió el varón hacia el oriente, llevando un cordel en su mano; y midió mil codos, y me hizo pasar por las aguas hasta los tobillos. (Ez 47:4) Midió otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta las rodillas. Midió luego otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta los lomos. (Ez 47:5) Midió otros mil, y era ya un río que yo no podía pasar, porque las aguas habían crecido de manera que el río no se podía pasar sino a nado.

10 Tengas un servicio sincero, que uses tus manos para bendecir y no para maldecir; que la uses para curar y no para matar. (Sal 26:6) Lavaré en inocencia mis manos, Y así andaré alrededor de tu altar, oh Jehová,

11 Tienes que reconocer la autoridad que Dios te ha puesto. Muchos cristianos viven una vida vacía precisamente porque no reconocen una cabeza, y aquel que no tiene cabeza es un decapitado. (Jn 9:7) y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Siloé (que traducido es, Enviado). Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo. Sal 26:6) Lavaré en inocencia mis manos, Y así andaré alrededor de tu altar, oh Jehová, (Jn 9:7) y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Siloé (que traducido es, Enviado). Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo. Sal 26:6) Lavaré en inocencia mis manos, Y así andaré alrededor de tu altar, oh Jehová,

12 Dios quiere regenerarnos completamente, de nuestra vida antigua, es lo que dice Tito 3:5 (Tit 3:5) nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,

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