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1 32 Centro de Espiritualidad Apostólica San Pablo Traducción y Adaptación de Vers le Dimanche editado por Christ Source.

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1 1 32 Centro de Espiritualidad Apostólica San Pablo espiritualidad.sanpablo@gmail.com Traducción y Adaptación de Vers le Dimanche editado por Christ Source de Vie, Toulouse HACIA EL DOMINGO 24 DEL TIEMPO ORDINARIO Para Orar Cada Día el Evangelio del Domingo Próximo Del Lunes 9 al Domingo 15 de septiembre de 2013 Hacia el Domingo 24 del Tiempo Ordinario Orar en el Corazón del Mundo: Para recuperar el sentido del silencio Una manera de orar con el planeta tierra: el Aire Orar en la Casa: Escondidas Hacia el 24 del Tiempo Ordinario Evangelio de Jesucristo según san Lucas Capítulo 15, versículos 1 al 10 (lectura breve) Todos los publicanos y pecadores se acercaban a Jesús para escucharlo. Los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: «Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos». Jesús les dijo entonces esta parábola: «Si alguien tiene cien ovejas y pierde una, ¿no deja acaso las noventa y nueve en el campo y va a buscar la que se había perdido, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría, y al llegar a su casa llama a sus amigos y vecinos, y les dice: "Alégrense conmigo, porque encontré la oveja que se me había perdido". Les aseguro que, de la misma manera, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse». Y les dijo también: «Si una mujer tiene diez dracmas y pierde una, ¿no enciende acaso la lámpara, barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, llama a sus amigas y vecinas, y les dice: "Alégrense conmigo, porque encontré la dracma que se me había perdido". Les aseguro que, de la misma manera, se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierte».

2 5 76 4 M AR 10 M IÉ 11 L UN 9 J UE 12 ¡La que estaba perdida… la que estaba perdida! El pastor del rebaño y la mujer de las dracmas no pueden conformarse con el efecto del grupo. La Madre Teresa, a quien preguntábamos de dónde había sacado la fuerza necesaria para ocuparse de tantos niños necesitados en India, respondía: los recibo uno a uno. Contemplo la energía del pastor, la de la mujer que revuelve su casa para encontrar la dracma: me dejo embargar por la obra misericordiosa de Dios que no vino a convertir multitudes sino a ganar uno a uno los corazones. Conversiones en acción Miembros de un grupo Búsqueda incansable La oveja regresa al rebaño; se reúnen las 10 dracmas. Un sentimiento de satisfacción y de totalidad me invade con alegría. Hoy en día, la conversión tiene lugar cotidianamente: antiguos detenidos se reinsertan trabajando y fundando un hogar. Hijos retoman contacto con su familia luego de una larga ruptura. Miles de personas vuelven a descubrir la belleza del rostro de Cristo y piden caminar hacia el bautismo. Señor, concédeme no faltar a la conversión que está en acción en nuestro mundo hoy en día. La audiencia de Jesús Examinemos a la audiencia de Jesús: publicanos y pecadores, de unos se sospecha se enriquecen en contubernio con los ocupantes romanos; a los otros los reprueba la sociedad, que los considera separados de Dios por su actitud. Jesús no juzga y ha venido para todos. Lo contemplo, mientras se dirige a quienes los bien pensantes desdeñan. 100 ovejas: ¡me divierto con el espectáculo! Pero no olvido que cada una tiene su particularidad. ¿He notado a la que arrastra una pata y corre el riesgo de perderse? Si soy padre, ¿cuál de mis hijos necesita más afecto? Si soy dirigente en una empresa, ¿cuál de los empleados bajo mi responsabilidad necesita discretamente mis palabras de aliento? Si trabajo en la enseñanza, ¿cuál de mis alumnos requiere mayor atención? Nunca tengo ungrupo uniforme frente a mí. Señor, concédeme distinguir la ayuda que cada quien espera de mí.

3 9 1110 V IE 13 Orar en el Corazón del Mundo con el Papa Francisco En las dos parábolas, los amigos y vecinos se reúnen. Esto puede causarnos gracia: ¿es necesario que se manifieste así a todo el mundo? ¿Y por qué no? La alegría auténtica se comparte. Habitados por el temor de molestar, encerrados detrás de nuestros muros, tal vez ya no nos atrevemos a comunicar a nuestro prójimo la alegría que nos habita… La próxima vez que sea testigo de un evento alegre, no olvidaré relatarlo a un ser cercano. D OM 15 8 Alertar a los vecinos Los pecadores salvados primero La alegría del cielo S ÁB 14 Jesús habla de la alegría del cielo o entre los ángeles de Dios. Esta alegría no es un sentimiento fugaz. Se arraiga en los cielos, hacia donde señala la Cruz gloriosa que la Iglesia festeja hoy. Señor, concédeme experimentar esta alegría: la de estar en relación contigo así como tú estás en relación con el Padre y el Espíritu. Todos tenemos derecho a una segunda oportunidad: en la misa, escuchemos atentamente la relectura de vida que Pablo dirige a Timoteo (Segunda lectura): la doctrina cierta que amerita serdigna de fe, es esta buena noticia de Cristo que vino a salvar a quienes han pecado, en toda su amplitud. Lejos de retribuir o sancionar nuestras acciones, Cristo –a quien nos preparamos a celebrar durante la eucaristía- vino a penetrar el corazón de cada uno de nosotros: san Pablo lo anuncia con más vigor puesto que él era uno de quienes lo habían perseguido más vivamente. Nosotros a la vez recordemos y proclamemos que quienes parecen perdidos a los ojos de los hombres son los primeros en ser salvados por Dios y en suscitar la alegría del cielo. Oremos para que los hombres de nuestro tiempo, con frecuencia sumergidos en el ruido, redescubran el valor del silencio y sepan escuchar la voz de Dios y la de sus hermanos.

4 13 1514 ORAR EN LA CASA 12 O RAR EN LA CASA Divirtámonos quemándonos. Una persona esconde un objeto en la casa y pide a los demás que lo encuentren dándoles pistas: caliente, caliente, frío, frío, tibio, te estás quemando, según la distancia que los separe del objeto. Cuando se encuentra el objeto, todo el mundo se alegra. Reflexionemos sobre los medios de los que nos valemos para encontrar este objeto. También digamos lo que se siente al perder algo y cuando lo volvemos a encontrar. Leamos el evangelio del domingo juntos y en una oración, demos gracias al Señor por la alegría que él experimenta al encontrarnos cuando estamos perdidos lejos de él. Alégrense conmigo, porque encontré… San Lucas 15, 6 Aire: tomar un poco de aire, abriendo la ventana o al pasear por un parque. Tomemos tiempo para soplar… Pongamos atención a la respiración, a este aire que entra y sale pasando al interior del cuerpo. ¿Acaso el primer hombre no se convirtió en un ser vivo gracias al aliento de vida que Dios sopló sobre él? Luego, mantengamos las manos abiertas y soplémosle encima. Una manera de orar con el planeta tierra (3/5)

5 17 1918 16 ________________________________ ________________________________ _______________________________________________ _______________________________________________ _______________________________________________ Entonces, su tristeza se transforma en alegría, y esta alegría la tienen que compartir con los demás. Estos dos ejemplos no son más que un pálido reflejo de lo que sucede en el corazón del Padre cuando un ser humano regresa hacia él, cuando recupera a aquel que se había alejado y que estaba perdido para él. Lo que conmueve a Dios no es el pecado sino el regreso del pecador. Su corazón se desborda entonces de misericordia y la misericordia engendra la alegría. Esta semana, alegrémonos con él, con su alegría. ¿Dónde está el reloj que dejé en la mesa? ¿Dónde dejé los lentes? En el transcurso del día, con frecuencia nos pasa que perdemos algo o simplemente lo extraviamos. En nuestra sociedad de consumismo, no siempre tomamos el tiempo para buscar lo perdido, sino que lo remplazamos rápidamente con otro objeto, y mejor si un día encontramos el precedente. En el evangelio, el pastor busca a su oveja, la mujer busca su dracma. Su desaparición los pone tristes pues dan un valor a las cosas. Se ponen en acción para encontrarlos.


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