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Publicada porBasilio Parra Modificado hace 9 años
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¡¡ Cuánto deseo cenar con vosotros/as!! Texto : Juan 13, 1-15. Jueves Santo. Comentarios y presentación: Asun Gutiérrez. Música: Gabarain. Al atardecer de la vida.
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Muchos cuadros y estampas nos hacen imaginar esta Cena de forma que no corresponde a la costumbre de aquel tiempo. Representan a Jesús comiendo sólo con los doce apóstoles. La tradición de Israel reunía aquella noche a hombres y mujeres por igual. Por lo tanto Jesús se reuniría con los doce y con los seguidores y seguidoras que ordinariamente iban con Él en el grupo. Y con su madre.
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Jesús tiene plena conciencia de que ha salido de Dios y que a Dios vuelve. Nos muestra el origen y el destino de todos los seres humanos. Saber cómo amó Jesús es la pauta, el ejemplo, lo más fundamental en nuestra vida (Mt 25). El amor, la entrega hecha realidad en la vida, es la esencia de nuestra fe. El amor “hasta el extremo” comienza por las entregas cercanas de cada día. El amor “hasta el extremo” comienza por las entregas cercanas de cada día. Antes de la fiesta de la pascua, Jesús, sabiendo que había llegado la hora de dejar este mundo para ir al Padre, y habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. Ignacio Ellacuria y compañer@s asesinad@s. Pedro Arrupe Vicente Ferrer
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Estaban cenando y ya el diablo había metido en la cabeza a Judas Iscariote, hijo de Simón, la idea de traicionar a Jesús. Entonces Jesús, sabiendo que el Padre le había entregado todo, y que de Dios había venido y a Dios volvía, se levantó de la mesa, se quitó el manto, tomó una toalla y se la ciñó a la cintura. Después echó agua en una palangana y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura. Jesús se levanta. No podemos estar sentad@s ante el dolor de l@s demás, hay que hacer algo para aliviarlo. Se quita el manto. Jesús se despoja de todo poder; el auténtico servicio sólo se puede hacer desde abajo, siendo un@ de tant@s. Para lavar los pies a una persona es necesario inclinarse, ponerse de rodillas ante ella. El gesto, propio de l@s criad@s, esclav@s y mujeres, no es sólo un acto de humildad: es cambiar de raíz todos los conceptos sobre la dignidad, la jerarquía, lo correcto, lo religioso. Los gestos y actitudes de Jesús no son sólo para dar ejemplo, sino una pauta de comportamiento para sus seguidores y seguidoras. En memoria suya.
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Cuando llegó a Simón Pedro, éste se resistió: –Señor, ¿lavarme los pies tú a mí? Jesús le contestó: –Lo que estoy haciendo, tú no lo puedes comprender ahora; lo comprenderás después. Pedro insistió: –Jamás permitiré que me laves los pies. Entonces Jesús le respondió: –Si no te lavo los pies, no podrás contarte entre los míos. Simón Pedro reaccionó así: –Señor, no sólo los pies; lávame también las manos y la cabeza. Pedro, según el modo de pensar dominante, no admite la igualdad. En lo que no coinciden es en la imagen de Dios que tiene Pedro y la que Jesús revela con su actitud. Jesús quiere una comunidad de iguales. Hay que aceptar que no haya jefes, sino servidores. Jesús nos enseña que el servicio crea igualdad. ¿Me resisto, como Pedro, a entrar en el “juego del Evangelio”?
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Entonces dijo Jesús: –El que se ha bañado sólo necesita lavarse los pies, porque está completamente limpio; y vosotros estáis limpios, aunque no todos. 11 Sabía muy bien Jesús quién lo iba a entregar; por eso dijo: «Vosotros estáis limpios, aunque no todos». Amar es acoger y ponerse al servicio de l@s demás, respetando la libertad y respondiendo siempre con amor. Todo ser humano es amable, no por su méritos o cualidades, sino porque es amado por Dios. Todos los seres humanos, incluso los más difíciles, los que criticamos y juzgamos, son amados por Dios. Él es el Agua que nos limpia a tod@s.
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Después de lavarles los pies, se puso de nuevo el manto, volvió a sentarse a la mesa y dijo a sus discípulos: –¿Comprendéis lo que acabo de hacer con vosotros? Vosotros me llamáis Maestro y Señor, y tenéis razón, porque efectivamente lo soy. Pues bien, si yo, que soy el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, vosotros debéis hacer lo mismo unos con otros. Os he dado ejemplo, para que hagáis lo que yo he hecho con vosotros Jesús nos propone su forma de actuar –acogida, servicio, compromiso, comunión- como pauta de comportamiento para sus discípul@s. Su mensaje y su testimonio no buscan asegurar privilegios, sino servir. Su amor es creativo y contagioso. Nos capacita para amar como Él: “para que hagáis lo que yo he hecho con vosotros”. No es una exigencia, es la mejor experiencia, la mayor fuente de alegría. Si amamos como Jesús podremos construir un mundo mejor para tod@s. ¿Lo hemos comprendido?
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Cenar con los amigos, abrirles el corazón sin miedo, lavarles los pies con mimo y respeto, hacerse pan tierno compartido y vino nuevo bebido. Embriagarse de Dios, e invitar a todos a hacer lo mismo..../... Trabajar por la justicia, empeñarse en una paz duradera; decir no a las armas, desvivirse en proyectos solidarios, reducir nuestras cuentas y carteras. Amar hasta el extremo, e invitar a todos a hacer lo mismo. Crear desconcierto evangélico. Amar como Él nos ama, e invitar a todos a hacer lo mismo..../... Un gesto solo, uno solo, desborda tu amor que se nos ofrece como manantial de vida. Si nos dejamos alcanzar y lavar, quedamos limpios, como niños recién bañados, para descansar en tu regazo. ¡Lávame, Señor! ¡Lávanos, Señor! Un gesto solo, uno solo, desborda tu amor que se nos ofrece como manantial de vida. Si nos dejamos alcanzar y lavar, quedamos limpios, como niños recién bañados, para descansar en tu regazo. ¡Lávame, Señor! ¡Lávanos, Señor! Fl. Ulibarri
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