Domingo 29º del tiempo ordinario

Presentación del tema: "Domingo 29º del tiempo ordinario"— Transcripción de la presentación:

1 Domingo 29º del tiempo ordinario
Día 17 de Octubre 2010 Ciclo C

2 Hoy el evangelio es de san Lucas, el evangelista que más habla de la misericordia de Dios.
Lc 18, 1-8 Y dice así:

3 En aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse,
les propuso esta parábola: “Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres.

4 En la misma ciudad había una viuda
que solía ir a decirle: "Hazme justicia frente a mi adversario".

5 Por algún tiempo se negó, pero después se dijo:
"Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está fastidiando, le hará justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara".

6 Pero, cuando venga el Hijo del Hombre, ¿encontrará esta fe
Y el Señor añadió: “Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del Hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?" Palabra del Señor

7 cómo es importante la perseverancia
Jesús enseñaba a los apóstoles a ORAR. Hoy les enseña cómo es importante la perseverancia

8 que consigue lo que pide al juez, porque es perseverante
Hoy nos propone el ejemplo de una viuda que consigue lo que pide al juez, porque es perseverante

9 Aquel juez, como no temía ni a Dios ni a los hombres daba largas al asunto.

10 Pero se lo concede por la insistencia

11 ¿Hasta cuándo debe ser la insistencia para con Dios?

12 No se trata tanto de tiempo cuanto de fe.

13 Dios no necesita tiempo para concedernos sus gracias.
Pero termina hoy el evangelio: ¿Encontrará Dios la fe suficiente para ello?

14 Un ejemplo de rapidez fue la petición de la Virgen María en las bodas de Caná.

15 También depende de lo que pidamos y para qué lo pedimos.
Solemos pedir cosas demasiado materiales que quizá no nos ayuden para nuestra salvación eterna.

16 A santa Mónica le costó años y muchas lágrimas, antes de la conversión
Hay otras cosas difíciles, porque dependen de la voluntad de otra persona, como la conversión. A santa Mónica le costó años y muchas lágrimas, antes de la conversión de su hijo, san Agustín.

17 Dios no es una máquina material, sino un Padre que se preocupa
Hay oraciones prácticamente imposibles, como el pedir que le toque un número de la lotería. Es imposible, si otros están pidiendo un número diverso. Pasa lo mismo con el deporte: uno pide que gane un equipo, mientras otro pide que gane el equipo contrario. Dios no es una máquina material, sino un Padre que se preocupa de nuestro progreso espiritual.

18 Por lo tanto, la verdadera razón de la perseverancia no es tanto para que Dios no se olvide de nosotros, sino para que nosotros no nos olvidemos de Él.

19 ya hemos conseguido algo más precioso que lo que estamos pidiendo.
Así pues, la razón de perseverar es aumentar la fe, la actitud de humildad y de entrega en su voluntad. Si aumentamos el amor ya hemos conseguido algo más precioso que lo que estamos pidiendo.

20 La primera lectura nos enseña un ejemplo de perseverancia en la oración.
Cuando Moisés podía tener los brazos extendidos, signo de oración, el ejército de Israel vencía.

21 Quede claro que el poder del cristiano
es la oración

22 El poder del cristiano está en la oración. Automático

23 El que ora constante vencerá en todo tiempo la tentación.

24 El poder del cristiano está en Jesús;

25 y Cristo nos dijo: orad siempre,

26 porque la respuesta está en la oración.

27 Y el enemigo caerá vencido, caerá ante tus pies;

28 y en toda lucha y en toda prueba tu podrás vencer.

29 Si oras ferviente con toda tu mente y tu corazón,

30 las fuerzas del mal querrán destruirte

31 y tu fe herirte; pero no podrán.

32 Y el enemigo caerá vencido, caerá ante tus pies.

33 Y en toda lucha y en toda prueba
tu podrás vencer.

34 con toda tu mente y tu corazón,
Si oras ferviente con toda tu mente y tu corazón,

35 las fuerzas del mal querrán destruirte

36 y tu fe herirte; pero no podrán.

37 Las fuerzas del mal querrán destruirte
y tu fe herirte...

38 Que la Virgen María, unida a Dios plenamente por la oración. nos ayude a mejorar nuestra oración. AMÉN