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Publicada porJosé María Aguilera Alarcón Modificado hace 6 años
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SERE SEMEJANTE AL ALTISIMO Y LOS 6000 AÑOS DE PECADO
Basado en Isaías
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En el siguiente tema, vamos a Considerar la actitud de Lucifer contra Cristo en el cielo, lo que ocasiono el pecado: 1). Lucifer tuvo envidia, celos y odio de Cristo, y gradualmente asumió la autoridad que le correspondía sólo a Cristo. (Ver La Historia de la Redención p.13.1;14.2). 2). Aspiraba llegar a la altura de Dios mismo. (Ibid.2). 3). Congregó a las huestes angélicas, disimulando sus verdaderos propósitos, y les presentó su tema, que era el mismo. Como quien ha sido agraviado, se refirió a la preferencia que Dios había manifestado hacia Jesús postergándolo a él. Les dijo que de allí en adelante toda la dulce libertad de que habían disfrutado los ángeles llegaría a su fin. Les declaró que él los había congregado para asegurarles que no soportaría más esa invasión de sus derechos y los de ellos; que nunca más se inclinaría ante Cristo; que tomaría para si la honra que debiera habérsele conferido, y sería el caudillo de todos los que estuvieran dispuestos a seguirlo y a obedecer su voz.
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4). Lucifer y sus ángeles luchaban para reformar el gobierno de Dios
4). Lucifer y sus ángeles luchaban para reformar el gobierno de Dios. Estaban descontentos y se sentían infelices porque no podían indagar en su inescrutable sabiduría ni averiguar sus propósitos al exaltar a su Hijo y dotarlo de poder y mando ilimitados. Se revelaron contra la autoridad del Hijo. 5). Los ángeles leales trataron de reconciliar con la voluntad de su Creador a ese poderoso ángel rebelde. Justificaron el acto de Dios al honrar a Cristo, y con poderosos argumentos trataron de convencer a Lucifer de que no tenía entonces menos honra que la que había tenido antes que el Padre proclamara el honor que había conferido a su Hijo. Le mostraron claramente que Cristo era el hijo de Dios, que existía con él antes que los ángeles fueran creados, y que siempre había estado a la diestra del Padre, sin que su tierna y amorosa autoridad hubiese sido puesta en tela de juicio hasta ese momento; y que no había dado orden alguna que no fuera ejecutada con gozo por la hueste angélica. 6). Argumentaron que el hecho de que Cristo recibiera honores especiales de parte del Padre en presencia de los ángeles no disminuía la honra que Lucifer había recibido hasta entonces. Los ángeles lloraron. Ansiosamente intentaron convencerlo de que renunciara a su propósito malvado para someterse a su Creador, pues todo había sido hasta entonces paz y armonía, y ¿qué era lo que podía incitar esa voz rebelde y disidente?
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7). Lucifer no quiso escucharlos
7). Lucifer no quiso escucharlos. Se apartó entonces de los ángeles leales acusándolos de servilismo. Estos se asombraron al ver que Lucifer tenía éxito en sus esfuerzos por incitar a la rebelión. 8). Les prometió un nuevo gobierno, mejor que el que tenían entonces, en el que todo sería libertad. Muchísimos expresaron su propósito de aceptarlo como su dirigente y comandante en jefe. Cuando vio que sus propuestas tenían éxito, se vanaglorió de que podría llegar a tener a todos los ángeles de su lado, que sería igual a Dios mismo, y su voz llena de autoridad sería escuchada al dar órdenes a toda la hueste celestial. 9). Los ángeles leales le advirtieron nuevamente y le aseguraron cuáles serían las consecuencias si persistía, pues el que había creado a los ángeles tenía poder para despojarlos de toda autoridad y, de una manera señalada, castigar su audacia y su terrible rebelión. ¡Pensar que un ángel se opuso a la ley de Dios que es tan sagrada como él mismo! Exhortaron a los rebeldes a que cerraran sus oídos a los razonamientos engañosos de Lucifer, y le aconsejaron a él y a cuantos habían caído bajo su influencia que volvieran a Dios y confesaran el error de haber permitido siquiera el pensamiento de objetar su autoridad. Note que este el razonamiento de los ángeles leales a Dios.
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10). Muchos de los simpatizantes de Lucifer se mostraron dispuestos a escuchar el consejo de los ángeles leales y arrepentirse de su descontento para recobrar la confianza del Padre y su amado Hijo. 11). El poderoso rebelde declaró entonces que conocía la ley de Dios, y que si se sometía a la obediencia servil se lo despojaría de su honra y nunca más se le confiaría su excelsa misión. Les dijo que tanto él como ellos habían ido demasiado lejos como para volver atrás, y que estaba dispuesto a afrontar las consecuencias, pues jamás se postraría para adorar servilmente al Hijo de Dios; que el Señor no los perdonaría, y que tenían que reafirmar su libertad y conquistar por la fuerza el puesto y la autoridad que no se les había concedido voluntariamente. 12). Los ángeles leales se apresuraron, a llegar hasta el Hijo de Dios y le comunicaron lo que ocurría entre los ángeles. encontraron al Padre en consulta con su amado Hijo para determinar los medios por los cuales, por el bien de los ángeles leales, pondrían fin para siempre a la autoridad que había asumido Satanás.
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13). El gran Dios podría haber expulsado inmediatamente del cielo a este archiengañador, pero ese no era su propósito. Daría a los rebeldes una justa oportunidad para que midieran su fuerza con su propio Hijo y sus ángeles leales. En esa batalla cada ángel elegiría su propio bando y lo pondría de manifiesto ante todos. No hubiera sido conveniente permitir que permaneciera en el cielo ninguno de los que se habían unido con Satanás en su rebelión. Habían aprendido la lección de la genuina rebelión contra la inmutable ley de Dios, y eso es irremediable. Si Dios hubiera ejercido su poder para castigar a este jefe rebelde, los ángeles subversivos no se habrían puesto en evidencia; por eso Dios siguió otro camino, pues quería manifestar definidamente a toda la hueste celestial su justicia y su juicio.
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14). Rebelarse contra el gobierno de Dios era un crimen enorme
14). Rebelarse contra el gobierno de Dios era un crimen enorme. Todo el cielo parecía estar en conmoción. Los ángeles se ordenaron en compañías; cada división tenía un ángel comandante al frente. Satanás estaba combatiendo contra la ley de Dios por su ambición de exaltarse a sí mismo y no someterse a la autoridad del Hijo de Dios, el gran comandante celestial. 15). Se convocó a toda la hueste angélica para que compareciera ante el Padre, a fin de que cada caso quedase decidido. Satanás manifestó con osadía su descontento porque Cristo había sido preferido antes que él. Se puso de pie orgullosamente y sostuvo que debía ser igual a Dios y participar en los concilios con el Padre y comprender sus propósitos. 16). El Señor informó a Satanás que sólo revelaría sus secretos designios a su Hijo, y que requería que toda la familia celestial, incluido Satanás, le rindiera una obediencia absoluta e incuestionable; pero que él (Satanás) había demostrado que no merecía ocupar un lugar en el cielo.
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17). Entonces el enemigo señaló con regocijo a sus simpatizantes, QUE ERAN CERCA DE LA MITAD DE LOS ÁNGELES y exclamó: "¡Ellos están conmigo! ¿Los expulsarás también y dejarás semejante vacío en el cielo?" Declaró entonces que estaba preparado para hacer frente a la autoridad de Cristo y defender su lugar en el cielo por la fuerza de su poder, fuerza contra fuerza. Los ángeles buenos lloraron al escuchar las palabras de Satanás y sus alborozadas jactancias. Dios afirmó que los rebeldes no podían permanecer más tiempo en el cielo. Ocupaban esa posición elevada y feliz con la condición de obedecer la ley que Dios había dado para gobernar a los seres de inteligencia superior. PERO NO SE HABÍA HECHO NINGUNA PROVISIÓN PARA SALVAR A LOS QUE SE ATREVIERAN A TANSGREDIRLA.
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18). Satanás se envalentonó en su rebelión y expresó su desprecio por la ley del Creador. No la podía soportar. AFIRMÓ QUE LOS ÁNGELES NO NECESITABAN LEY Y QUE DEBÍAN SER LIBRES PARA SEGUIR SU PROPIA VOLUNTAD, QUE SIEMPRE LOS GUIARÍA CON RECTITUD; QUE LA LEY ERA UNA RESTRICCIÓN DE SU LIBERTAD; Y QUE SU ABOLICIÓN ERA UNO DE LOS GRANDES OBJETIVOS DE SU SUBVERSIÓN. La condición de los ángeles, según él, debía mejorar. Pero Dios, que había promulgado las leyes y las había hecho iguales a sí mismo, no pensaba así. La felicidad de la hueste angélica dependía de su perfecta obediencia a la ley. Cada cual tenía una tarea especial que cumplir, y hasta el momento cuando Satanás se rebeló, había existido perfecto orden y armonía en las alturas. 19). Hubo guerra en el cielo. El Hijo de Dios, el Príncipe celestial y sus ángeles leales entraron en conflicto con el archirrebelde y los que se le unieron. El Hijo de Dios y los ángeles fieles prevalecieron, y Satanás y sus seguidores fueron expulsados del cielo. Toda la hueste celestial reconoció y adoró al Dios de justicia.
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20). Ni un vestigio de rebeldía quedó en el cielo
20). Ni un vestigio de rebeldía quedó en el cielo. Todo volvió a ser pacífico y armonioso como antes. Los ángeles lamentaron la suerte de los que habían sido sus compañeros de felicidad y bienaventuranza. El cielo sintió su pérdida. Después de que Satanás fuera expulsado del cielo, “EL PADRE CONSULTÓ CON EL HIJO CON RESPECTO A LA EJECUCIÓN INMEDIATA DE SU PROPÓSITO DE CREAR AL HOMBRE PARA QUE HABITARA LA TIERRA”. (Ver Gén.1:26,27; La Historia de la Redención Prefacio). Según lo que hemos leído, Ap.12:12, se refiere a dos eventos diferentes, la primera parte dice: “Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos”. Se refiere a, cuando Satanás fue expulsado del cielo, Adán y Eva no habían sido creados todavía, según lo dice EGW, en el párrafo anterior.
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La segunda parte: ¡Ay de los moradores de la tierra, y de la mar
La segunda parte: ¡Ay de los moradores de la tierra, y de la mar! porque el diablo ha descendido a vosotros, teniendo grande ira, sabiendo que tiene poco tiempo”. Se refiere a más de 4000 años después de la creación del hombre. Por lo que dice Job 1:6. Satanás, después de ser expulsado del cielo, en la primera ves, acudía en representación del planeta tierra, a las reuniones celebradas en el cielo, a las cuales debería asistir Adán como administrador del planeta, pero por obedecerle a Satanás, le cedió el señorío, y este acudía en representación de este planeta. Por ende, la segunda parte de Ap.12.12, Sucedió más de 40 siglos después de que Adán desobedeciera a Dios en el Edén, dando inicio a “la gran controversia entre Cristo y Satanás”, que menciona EGW en el CS, Y cuando Cristo murió en el Calvario en el año 31, Satanás fue vencido nuevamente por la victoria de Cristo, y nunca más pudo regresar al cielo, es por ello que el diablo tiene “grande ira”, porque sabe que “tiene poco tiempo”. (Ver Luc.10:18).
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Ahora, la Mensajera de Dios nos deja bien claro que Dios como gobernante Supremo del cielo, no le permitió a Satanás, realizar ningún cambio a la santa ley que gobernaba a los ángeles, por el contrario nos dice: “Cuando Satanás se rebeló, hubo guerra en el cielo y fue expulsado él con todos sus simpatizantes. Su puesto en el cielo había sido muy encumbrado. - ERA EL TERCERO EN EL CIELO.- (Historia de la Redención. p 13.1). Que disponía de un trono radiante de luz; pero se desvió de su lealtad al Bendito y único Soberano, y cayó de su condición original. Y que todos los que simpatizaban con él fueron expulsados de la presencia de Dios, condenados a no ser reconocidos más en los atrios celestiales como si tuvieran derecho a ellos. Y que Satanás se convirtió en el antagonista declarado de Cristo. PLANTÓ EL ESTANDARTE DE LA REBELIÓN EN LA TIERRA, y alrededor de él se agruparon sus simpatizantes”. La pregunta es: ¿Qué le hace pensar a usted, que si Dios no le permitió a Satanás cambiar su ley en el cielo, lo iba a autorizar para que la cambiara en la tierra? ¿La ley que es “santa, justa y buena? ¿Y que además, es tan sagrada, y eterna como Él mismo? (Ver San.1:17; Heb.13:8). Lea lo que dijo Cristo en (Mat.5:17-20).
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Es así como el deseo de Satanás de: “SER SEMEJANTE AL ALTÍSIMO”, en quien uno de sus atributos es “SER ETERNO”, pensó que rebelándose contra Dios, podría lograrlo en el cielo, por la fuerza, y al no lograr su propósito allí, al ser expulsado a la tierra pensó realizarlo aquí. Pero Dios tenían en mente su propósito, y ese propósito se lo reveló a Moisés, uno de los escritores de los Salmos, lo siguiente: “Ciertamente mil años delante de tus ojos son como el día de ayer, que pasó”. [Sal.90:4). Y muchos siglos después, Dios confirma el mismo propósito, a través del apóstol Pedro: “Amados, no ignoréis esto: Que un día delante del Señor [es] como mil años, y mil años como un día”. (2 Ped.3:8). Es así como el tiempo de Dios, que no tiene límite, lo había convertido PARA NOSOTROS, en seis días literales, en la creación del mundo, y según dice allí, un día de la creación, equivale a años proféticos. POR LO TANTO, LA SEMANA DE LA CREACIÓN DEL MUNDO, ES UNA PROFECÍA ESPECTACULAR, QUE ANTES NO SE NOS HABÍA REVELADO. Por ende, Dios toma su tiempo que no tiene limite, y lo convierte en seis días literales en la creación de la tierra, y así como Dios trabajó seis días en la creación de este planeta, nos ordena trabajar seis días también. (Ver Ex.20: 9), y más adelante, convierte esos seis días, en seis años, (Ver Ex.23:10). Para aplicarlos a seis mil años de tiempo que le asignaría a Satanás, cuando “PLANTÓ EL ESTANDARTE DE LA REBELIÓN EN LA TIERRA”, y así “SER SEMEJANTE AL ALTÍSIMIMO”, al desarrollar su gobierno, que según él, sería muchísimo mejor que el de Dios, pero que según las evidencias, LOS RESULTADOS SON CONTRARIOS AL CARÁCTER DE DIOS, ODIO, DESOLACIÓN, GUERRAS Y MUERTE.
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