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Publicada pormarisol sanchez Modificado hace 6 años
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DEPRESION
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Es el trastorno afectivo del estado de ánimo más frecuente entre los ancianos; caracterizado por un estado deprimido, disminución del disfrute, apatía y pérdida del interés en el trabajo, sentimientos de minusvalía, insomnio, disminución en la actividad durante por lo menos dos semanas. Muchas personas con depresión también padecen de síntomas de ansiedad y síntomas somáticos sin explicación médica.
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Fisiopatología: Es te trastorno produce cambios en la receptación de serotonina neuroquímica un 90% en tracto gastrointestinal y el resto en sangre, plaquetas y S.N.C en respuesta a enfermedades crónicas y tenciones emocionales relacionadas con los cambios físicos y sociales derivados del proceso d envejecimiento asociado a muchos de los trastornos psiquiátricos.
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Epidemiología: Según la OMS, la incidencia de episodios depresivos a nivel mundial es de 5.8 % en el hombre y de 9.5 % en la mujer. En términos de porcentaje afecta el 25% de las personas en algún momento de su vida, afecta 10% de niños y niñas menores de trece años y al 10% de los adolescentes. El 60% de los adultos mayores sufren algún tipo de depresión.
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Etiología: No existe una sola causa para la depresión, algunas personas tienen mayor probabilidad de adolecer depresión que otras.
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Entre las causas más frecuentes existen: Herencia genética. Desequilibrio bioquímico (Serotonina, noradrenalina, dopamina, entre otros). Situaciones estresantes Acontecimientos traumáticos (desastres naturales, desastres humanos, situaciones de duelo, problemas de tipo económico, enfermedades crónicas). Estacional, más frecuente durante el invierno. Personalidad: personas con esquemas mentales negativos, baja autoestima, tendencia a la preocupación excesiva, al estrés y baja tolerancia a la frustración, personalidad de tipo dependiente y pasivo, adictos a sustancias, entre otros.
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Factores genéticos La presencia de antecedentes de depresión en el ámbito familiar cercano (padres y hermanos) incrementa en un 25-30% la probabilidad de sufrir depresión. En diversos estudios se ha determinado que en los gemelos monocigóticos hay un 50% más de probabilidades de que uno de los hermanos padezca depresión en el caso de existir precedentes en el otro. Este porcentaje se reduce al 25% en el caso de gemelos dicigóticos. Factores fisiológicos La aparición y cronificación de la depresión se ha relacionado especialmente con un descenso de los niveles de serotonina a nivel de las uniones neuronales. Por este motivo, en el tratamiento de la depresión se emplea en ocasiones un grupo de fármacos, los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, cuya función consiste precisamente en modificar los niveles de serotonina que se encuentran alterados en estos pacientes. Existe, además, un grupo de enfermedades estrechamente ligadas a la aparición de depresión, la mayoría de ellas relacionadas con alteraciones endocrinas: Migraña. Diabetes. Hipertiroidismo. Síndrome de Cushing. (hipercortisolismo: exceso de producción de cortisol) Enfermedad de Adisson. (deficiencia de producción de hormonas por las glándulas suprarrenales) Amenorrea hiperprolactinémica.
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Factores personales Se ha visto que existe un porcentaje significativamente mayor de depresión en mujeres que en hombres. La edad también es un factor influyente, y la franja comprendida entre los 35 y los 45 años es la de mayor incidencia de depresiones. El embarazo y el posparto son etapas vitales de la mujer con un mayor riesgo de aparición de depresión debido a las alteraciones hormonales sufridas. Factores ambientales Se consideran factores potenciadores de la aparición de este trastorno todos aquellos que son negativos para el sujeto (estrés, ansiedad, incapacidad de encauzar los problemas...) en cualquiera de sus ámbitos personales (laboral, familiar…), en especial si el sujeto se encuentra además en una situación de dependencia o consumo habitual de alcohol, tabaco, drogas, etcétera. Una situación de escasas o nulas relaciones interpersonales potencia especialmente estos factores.
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Síntomas y diagnóstico de la depresión
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Para diagnosticar depresión o episodio depresivo el paciente debe sufrir algunos de estos síntomas, según describen prestigiosos manuales internacionales. Son varios los síntomas que pueden presentarse durante la depresión, sabiendo que, cuantos más síntomas manifieste el paciente, y cuanto más graves sean, más difícil será la recuperación. Existen diversos organismos que han establecido, en función de la presencia de determinados signos clínicos, distintos baremos de valoración y clasificación de la depresión. Los más usados a nivel clínico y de investigación son los reflejados en el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV) de la Asociación americana de Psiquiatría, y de la 10ª edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10). De acuerdo con la clasificación de la CIE-10 se emplea un listado compuesto por diez síntomas depresivos generales para su diagnóstico, y otro listado más amplio para la clasificación del episodio como leve, moderado o grave (con presencia o ausencia de síntomas psicóticos). De forma general, deben existir al menos dos de estos tres síntomas típicos de la depresión: Ánimo o humor depresivo no habitual en el paciente, constante durante todo el día y mantenido en el tiempo de forma casi constante. Pérdida o ausencia de interés por actividades anteriormente placenteras. Aumento de la capacidad de fatiga, o pérdida de la vitalidad habitual.
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Por regla general, y en base a determinadas escalas o cuestionarios a los que se somete a los pacientes, estos suelen referir síntomas relativos a un ánimo depresivo, con tristeza y desesperanza, sin interés por sus actividades habituales, con menor energía o ninguna para desenvolverse en su día a día. El sentimiento de culpabilidad también puede aparecen en algunos casos reactivos a determinadas situaciones que han originado el cuadro. Desde el punto de vista orgánico, la persona con depresión se siente lenta en sus movimientos, a veces con dificultad para concentrarse, con una pérdida de apetito que puede generar trastornos de la alimentación, y con afectación en el descanso nocturno. Y el dato crucial en la sintomatología del individuo depresivo suele ser la ideación suicida, es decir, la elaboración de un pensamiento con el que terminar con su vida, e incluso intentarlo. Hablar de esta idea no promueve el acto en sí, por lo que sus familiares o los médicos que aborden el problema no deben huir de esta pregunta. Es de vital importancia reconocer factores que puedan favorecer la idea de suicidio en la persona deprimida, tales como vivir solo, tener antecedentes familiares de suicidio, tener intentos previos, síntomas delirantes, etcétera.
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Tipos de depresiones.
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Episodio depresivo leve Pautas para el diagnóstico Ánimo depresivo, la pérdida de interés y de la capacidad de disfrutar, y el aumento de la fatigabilidad suelen considerarse como los síntomas más típicos de la depresión, y al menos dos de estos tres deben estar presentes para hacer un diagnóstico definitivo, además de al menos dos del resto de los síntomas enumerados anteriormente Ninguno de los síntomas debe estar presente en un grado intenso. El episodio depresivo debe durar al menos dos semanas. Un enfermo con un episodio depresivo leve, suele encontrarse afectado por los síntomas y tiene alguna dificultad para llevar a cabo su actividad laboral y social, aunque es probable que no las deje por completo. la presencia de síntomas somáticos: Sin síndrome somático: Se satisfacen totalmente las pautas de episodio depresivo leve y están presentes pocos síndrome somático o ninguno. Con síndrome somático: Se satisfacen las pautas de episodio depresivo leve y también están presentes cuatro o más de los síndrome somático (si están presentes sólo dos o tres, pero son de una gravedad excepcional, puede estar justificado utilizar esta categoría).
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Episodio depresivo moderado Pautas para el diagnóstico Deben estar presentes al menos dos de los tres síntomas más típicos descritos para episodio depresivo leve así como al menos tres (y preferiblemente cuatro) de los demás síntomas. Es probable que varios de los síntomas se presenten en grado intenso, aunque esto no es esencial si son muchos los síntomas presentes. El episodio depresivo debe durar al menos dos semanas. Un enfermo con un episodio depresivo moderado suele tener grandes dificultades para poder continuar desarrollando su actividad social, laboral o doméstica. Se puede utilizar un quinto carácter para especificar la presencia de síndrome somático: Sin síndrome somático: Se satisfacen totalmente las pautas de episodio depresivo moderado y no están presentes síndromes somáticos. Con síndrome somático: Se satisfacen totalmente las pautas de episodio depresivo moderado y están también presentes cuatro o más de los síndrome somático (si están presentes sólo dos o tres pero son de una gravedad excepcional, puede estar justificado utilizar esta categoría).
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Episodio depresivo grave sin síntomas psicóticos Durante un episodio depresivo grave, el enfermo suele presentar una considerable angustia o agitación, a menos que la inhibición sea una característica marcada. Es probable que la pérdida de estimación de sí mismo, los sentimientos de inutilidad o de culpa sean importantes, y el riesgo de suicidio es importante en los casos particularmente graves. Se presupone que los síntomas somáticos están presentes casi siempre durante un episodio depresivo grave. Pautas para el diagnóstico Deben estar presentes los tres síntomas típicos del episodio depresivo leve y moderado, y además por lo menos cuatro de los demás síntomas, los cuales deben ser de intensidad grave. Sin embargo, si están presentes síntomas importantes como la agitación o la inhibición psicomotrices, el enfermo puede estar poco dispuesto o ser incapaz de describir muchos síntomas con detalle. En estos casos está justificada una evaluación global de la gravedad del episodio. El episodio depresivo debe durar normalmente al menos dos semanas, pero si los síntomas son particularmente graves y de inicio muy rápido puede estar justificado hacer el diagnóstico con una duración menor de dos semanas. Durante un episodio depresivo grave no es probable que el enfermo sea capaz de continuar con su actividad laboral, social o doméstica más allá de un grado muy limitado. Incluye: Episodios depresivos aislados de depresión agitada. Melancolía. Depresión vital sin síntoma psicóticos.
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Episodio depresivo grave con síntomas psicóticos Episodio depresivo grave que satisface las pautas y en el cual están presentes además ideas delirantes, alucinaciones o estupor depresivo. Las ideas delirantes suelen incluir temas de pecado, de ruina o de catástrofes inminentes de los que el enfermo se siente responsable. Las alucinaciones auditivas u olfatorias suelen ser en forma de voces difamatorias o acusatorias o de olores a podrido o carne en descomposición. La inhibición psicomotriz grave puede progresar hasta el estupor. Las alucinaciones o ideas delirantes pueden especificarse como congruentes o no congruentes con el estado de ánimo. Incluye: Episodios aislados de: Depresión mayor con síntomas psicóticos. Depresión psicótica. Psicosis depresiva psicógena. Psicosis depresiva reactiva.
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Trastorno distímico (distimia): Estado de ánimo crónicamente deprimido (al menos dos años)caracterizado por tristeza relativamente leve, sentimientos de minusvalía y desesperanza, insomnio o hipersomnia, disminución o aumento del apetito, baja energía, baja concentración o dificultad para tomar decisiones.
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Episodio depresivo mayor: Al menos dos semanas de presentar tristeza, pérdida de interés, abandono o disminución de las actividades placenteras, sensación de fatiga, sentimientos de culpa y minusvalía, desesperanza, insomnio o hipersomnia, disminución del apetito, cefaleas, en algunos casos ansiedad y en los casos graves deterioro de la funcionabilidad global, ideas de muerte y suicidas.
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Depresión posparto: Marcada tristeza que inicia en las primeras cuatro semanas posteriores al parto. Los síntomas depresivos son característicos y varían desde el insomnio intenso, llanto fácil, irritabilidad, ansiedad, fatiga, culpa, minusvalía, hasta la conducta homicida (hacia el bebé) o suicida.
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Tratamiento: El plan de tratamiento debe ser individualizado e interdisciplinario y debe incluir los Siguientes aspectos fundamentales según cada caso: Antidepresivos: Imipramina (25 mg/tableta) y Amitriptilina (25 mg/tableta): dosis de 25 – 150 mg cada día. Se recomienda iniciar con dosis bajas de 50 mg/día. Clomipramina (25 mg/ tableta): 100 - 150 mg/día. Dosis máxima: 250 mg/día. Paroxetina (20 mg/tableta): 20 - 40 mg/día. Sertralina (50 mg/tableta): 50 - 100 mg/día. Fluoxetina (20 mg/tableta): 20-40 mg/día (adolescentes)
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Se necesitará tratamiento farmacológico en episodios únicos o recurrentes de depresión mayor con intensidad moderada a severa, así también para el tratamiento de la distimia. En depresión posparto se recomienda evaluación por especialista. El efecto terapéutico tarda de dos a tres semanas en iniciar. Iniciar con dosis terapéutica mínima e ir aumentando gradualmente cada dos a cuatro semanas de acuerdo a la respuesta sintomática. El tratamiento debe mantenerse al menos por 9 a 12 meses.
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Ansiolíticos: Diazepam (10 mg/tableta) 5 - 10 mg/día por la noche Bromazepam (3 mg/tableta), de 3 - 6 mg/día Clonazepam (2 mg/tableta), de 2 - 4 mg/día. Se recomienda sólo para aquellas personas en los que deba realizarse tratamiento del insomnio, ansiedad, irritabilidad mientras el antidepresivo ejerce su efecto terapéutico. Su uso no debe exceder las 4 a 6 semanas, con disminución gradual de la dosis previa a la suspensión definitiva.
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Cuidados específicos: Psicoeducación al paciente y la familia sobre el trastorno depresivo, y sobre prevención de suicidio. Intervenciones familiares para valorar dinámica familiar y brindar apoyo al paciente. Explicar sobre el funcionamiento de los fármacos antidepresivos y la importancia de tomar la medicación de la forma indicada por el médico. Recomendar al paciente actividades de esparcimiento y relajación, así como la asistencia a grupos de apoyo y religiosos. Orientar al paciente y su familia sobre la prevención del consumo de sustancias psicoactivas. Es necesario poner énfasis en lo siguiente: La importancia de continuar, en la medida de lo posible, con las actividades que solían ser interesantes o placenteras, independientemente de si las mismas parecen ser interesantes o placenteras en este momento. la importancia de tratar de mantener un ciclo de sueño regular (es decir, acostarse a dormir a la misma hora todas las noches, tratar de dormir la misma cantidad de horas que antes, evitar dormir en exceso) El beneficio de la actividad física periódica, hasta donde sea posible. El beneficio de actividades sociales periódicas, incluyendo la participación en actividades sociales habituales, hasta donde sea posible. Reconocer los pensamientos de autolesión o suicidio y regresar a buscar ayuda cuando se presentan.
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Gracias
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