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3ª 90 Mandamientos 23 7º mandamiento 2: Maneras de robar.

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1 3ª 90 Mandamientos 23 7º mandamiento 2: Maneras de robar.

2 Recordamos que si uno practicase bien la caridad habría cumplido todos los mandamientos. Desde el 4º en adelante se habla sobre todo de la caridad con el prójimo. Estamos viendo el 7º que dice: «No robarás». Cuando los israelitas oyeron por primera vez este mandamiento por boca de Moisés, venían de sufrir los robos que hacía en Egipto el faraón, diciendo que eran legítimos. Pero, viendo las tablas de la ley, saben que para Dios ningún robo es legítimo.

3 El abstenerse de robar no debe ser sólo porque me vayan a castigar, porque lo diga una ley civil, sino porque es una ley del mismo Dios. Robar es apoderarse del bien ajeno injustamente. O, como lo dicen algunos libros: «Apoderarse de una cosa ajena contra la voluntad razonable de su dueño». Debe ser: 1) contra la voluntad de su dueño. Quiere decir que si el dueño consiente en que lo cojas, ya no es robo. Este acto de permitirlo el dueño debe ser completamente libre. Claro, porque si le están apuntando con una pistola, ya no lo entrega libremente.

4 Tampoco es libre el permiso que da para que lo cojan, si hay error o fraude. Por ejemplo, si alguien le dice: ¿Me puedo llevar esto? Y el dueño cree que es una cosa mala, quizá le da el permiso; pero resulta que es una cosa muy buena, que de haberse dado cuenta, no hubiera dado el permiso. Ha habido error. Peor para el ladrón es si hay fraude. Esto puede pasar en algún comercio con mercancía falsificada. A esto se parece lo del obrero que por necesidad acepta un salario muy pequeño o un dinero prestado con usura. Luego lo veremos.

5 2) El coger lo ajeno es pecado, si es contra la voluntad razonable del dueño. Por ejemplo, entre los esposos, si él viene borracho a casa y no quiere dar nada a la esposa ni para que coman los hijos, si ella aprovecha cuando él está dormido y le coge de la cartera lo necesario para los hijos, lo hace contra la voluntad del esposo, suponiendo que el dinero sea de él, pero es contra una voluntad no razonable. O un mendigo que, en extrema necesidad, coge algo para poder comer, algo sencillo. Son casos muy raros.

6 En el cómo se roba hay que hacer distinciones
En el cómo se roba hay que hacer distinciones. No es lo mismo robar de una manera oculta y sin violencia, lo cual se llama hurto, que el robar con violencia, por otros males que se ocasiona a la persona a la que se roba. Esto se suele llamar rapiña, cuando el dueño se opone. Diferente es también el robo sacrílego: de un objeto sagrado, perteneciente a un lugar sagrado, porque sería un pecado contra la virtud de la religión, que es la virtud del ofrecimiento a Dios.

7 El robo, además del mal que se hace a la persona a quien se roba, ocasiona también un mal a toda la sociedad, porque desaparece la confianza y la seguridad: Por culpa de los ladrones, el Estado debe gastar mucho dinero en instituciones destinadas a la defensa y protección legal. Y las personas en particular deben gastar también mucho dinero en cerrar bien las casas y otras protecciones. Y se suelen unir otros pecados como sospechas, enemistades, calumnias, etc. Por eso cuando se trata de ver si el robar es pecado grave o no, hay que mirar al perjuicio total ocasionado.

8 Y sobre todo el odio que esto encadena.
En esto del perjuicio que se ha hecho no sólo hay que mirar al valor de la cosa robada, sino del valor afectivo que tenía para el dueño. Por lo tanto sería difícil medir las consecuencias: irritación, falta de confianza, perjuicios para el bien común por la inseguridad de las propiedades y las inversiones que se deben hacer. Y sobre todo el odio que esto encadena.

9 Al llegar aquí, alguno pregunta: ¿Entonces, cuándo es pecado grave
Al llegar aquí, alguno pregunta: ¿Entonces, cuándo es pecado grave? Otra distinción es según a la persona que se robe por aquello del perjuicio que se ocasione. Se suele decir que es grave si se roba lo que esa familia necesita para su sustento en un día. Por lo tanto, sin meter otras razones, si es una familia muy pobre que nada más gana 100 dólares al mes y con eso ver cómo se mantiene, pues sería grave quizá quitarles unos cinco dólares; pero si a quien se roba es muy rico, la cantidad tendría que ser mucho mayor, con un límite. Claro que, aunque sea leve el pecado, hay que arrepentirse y hay que restituir.

10 Desgraciadamente hay muchas personas a quienes les gusta vivir a costa de los demás, aunque les hagan sufrir, con tal de que ellos vivan sin tener que trabajar; pero sin adquirir méritos para el cielo sino para la condenación. Sin embargo Dios nos pide que trabajemos «con el esfuerzo y el dolor» en la heredad del Señor, que es muy amplia y muchas veces en parte se compone de personas que no han podido tener mucha base espiritual en su educación.

11 Con el esfuerzo y el dolor trabajaremos tu heredad;
Automático

12 Tu nos ayudas en nuestro afán.

13 Nos señalaste un trozo de tu viña

14 y nos dijiste: venid a trabajar.

15 Nos mostraste una mesa vacía

16 y nos dijiste: llenadla de pan

17 Con el esfuerzo y el dolor trabajaremos tu heredad;

18 Tu nos ayudas en nuestro afán.

19 Nos presentaste un campo de batalla

20 y nos dijiste: Forjaos vuestra paz.

21 Nos sacaste al desierto con el alba

22 y nos dijiste: haced vuestra ciudad.

23 Una herramienta pusiste en nuestras manos

24 y nos dijiste: es tiempo de crear.

25 Escucha a mediodía el trabajo

26 con el que el hombre se afana en tu heredad.

27 Con el esfuerzo y el dolor trabajaremos tu heredad;

28 Tu nos ayudas en nuestro afán.
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29 Hay personas que no quieren trabajar y roban a los demás; sin embargo a veces trabajan muchísimo para poder robar. Para eso sí se esfuerzan. A muchos de estos que se dedican a robar los importa muy poco todo lo que sea religión y la caridad para con los otros. Por lo tanto tampoco pensarán en arrepentirse y devolver lo robado. Sobre esto de la restitución se tratará en el siguiente tema. Si uno ha robado mucho a un rico, tampoco habría que llegar al gasto de él en un día para que ya fuese grave. Lo importante es que el ladrón se arrepienta y pregunte al confesor sobre el tema de la devolución.

30 En cuanto a si es pecado grave o no el robo, hay que tener en cuenta que el robo es acumulativo. Es decir: Hay personas que, porque tienen algunas facilidades. hacen pequeños robos. Esto ha pasado a veces con empleadas del hogar. Creen que han cometido un pecadillo pequeño, otro día otro. Pues no, porque todo ello se va acumulando, al menos por la intención, ya que tiene la intención de seguir robando. Por lo tanto puede llegar a ser grave por la intención o la acumulación, a no ser que haya pasado mucho tiempo de un robo a otro.

31 Hay otra clase de robos que se hacen en complicidad: es decir, por un grupo de personas. El pecado es de todos, pues todos han pecado, al menos por la intención. Y la intención suele ser grave, porque desean robar lo más posible. El problema que este sistema tiene es, cuando alguno de ellos se arrepiente, sobre cuánto debe restituir. Tendrá que consultar y esperemos que el arrepentimiento y la entrega en Dios sea sincera.

32 Hay un pecado que se equipara al robo, que es cuando uno retiene algo indebidamente. Esto suele pasar cuando a uno le han prestado algo y habiendo un contrato de que debe devolverlo en fecha determinada, no lo hace. En cierto sentido es como un robo, dependiendo quizá del perjuicio que le haga al dueño de esa cosa o de ese dinero, porque quizá lo necesita. De todas las maneras lo está reteniendo en contra de la voluntad del dueño.

33 Si uno no puede devolverlo en el día prefijado, por lo menos que tenga la cortesía de decírselo al dueño, para ver si pueden alargar el tiempo o haya algún arreglo entre ambos. De esa manera la retención de lo prestado ya es con el permiso del dueño. Se pueden poner casos raros. Por ejemplo, no habría obligación de devolver lo prestado si se piensa que eso va a perjudicar al dueño: Si uno ha recibido prestado un libro que creía ser inocente y resulta que es un libro moralmente malo, podría perjudicarle al dueño y podría ser retenido el libro, a no ser que el dueño manifieste su voluntad de tenerlo. Son casos raros.

34 En esto de retener lo indebido, es pecado retener por cierto tiempo la paga de un trabajo ya hecho. Puede ser que quien lo ha hecho es un obrero muy pobre que necesita esa paga para su familia. Si se va pasando el tiempo sin pagarle es un robo por el perjuicio que se le ocasiona. E igualmente peca si le da una menor paga que lo estipulado en ciertas leyes. Hay personas que se aprovechan de la necesidad de otras y les pagan una miseria. Están abusando de esos pobres.

35 A propósito de esto, dice el Concilio Vaticano II;
"El trabajo debe ser remunerado de tal modo que se den al hombre posibilidades de que él y los suyos vivan dignamente su vida material, social, cultural y espiritual, teniendo en cuenta la tarea y la productividad de cada uno, así como las condiciones de la empresa y el bien común" (GS, n. 67).

36 También cometen pecado los obreros que no trabajan lo convenido
También cometen pecado los obreros que no trabajan lo convenido. Y esto los obreros que ganan poco, pero muy especialmente los que ganan mucho. Hay algunos que trabajan a medio ritmo, cuando el contrato es para trabajar a ritmo pleno para poder ganar dignamente el jornal. Hay gente que roba al Estado, que somos todos, al estar en grandes puestos sin hacer prácticamente nada. Uno, que sea cristiano de verdad, debe examinarse de esto.

37 Otro robo puede ser cuando uno va a hacer una compra y se da cuenta de que por equivocación le están dando más cantidad de lo pedido por el mismo precio; o si, por equivocación le están dando una cantidad mayor de dinero en las vueltas. Si se calla, está robando, porque eso pertenece al dueño. Por lo tanto, si ha perjudicado al dueño, ha pecado y debe devolverlo.

38 Hay alguna vez en la Biblia que se pone «un día de trabajo» como el ejemplo de lo que es nuestra vida: Al terminar ese día, que es el fin de las labores encomendadas por Dios, Él pagará muy dignamente y con creces a los que hayan trabajado responsablemente, cumpliendo la voluntad del Señor, que está expresada en estos mandamientos.

39 Hora de la tarde, fin de las labores.
Automático

40 Amo de las viñas, paga los trabajos de tus viñadores,

41 Al romper el día nos apalabraste.

42 Cuidamos tu viña del alba a la tarde.

43 Ahora que nos pagas, nos lo das de balde.

44 Que a jornal de gloria no hay trabajo grande.

45 Das al vespertino lo que al mañanero.

46 Son tuyas las horas y tuyo el viñedo.

47 A lo que sembramos dale crecimiento.

48 Que eres Tú la viña, cuida los sarmientos.

49 Hora de la tarde, fin de las labores.

50 Amo de las viñas, paga los trabajos de tus viñadores,

51 de tus viñadores. Hacer CLIC

52 Seguimos con los robos trabajando
Seguimos con los robos trabajando. Habría que revisar muchos contratos de trabajo, porque hay muchos que no trabajan lo convenido. Hay muchos que tendrían que formular el «mea culpa», pues teniendo buenos puestos en algún gobierno y por lo tanto ganando bastante, es quizá muy poco lo que trabajan. Y así en algunos puestos de oficinas o ministerios. Aunque habrá de todo.

53 Esto no es ir contra ninguna nación en particular, porque suele pasar un poco por todo el mundo, ya que el egoísmo es universal. Ya se quejaban un poco de cosas parecidas los antiguos profetas. Algunos dicen que en algunas oficinas hay poco trabajo. Y luego, cuando viene alguien, tardan en atenderle y buscar sus papeles. Por lo tanto, que se vea el espíritu de trabajo, poniendo en orden bien todos los papeles para poder atender con prontitud.

54 Y quizá por no tener ese espíritu de trabajo, algunos presos medio inocentes ven retrasarse sus procesos, siendo perjudicada su familia. Y así en tantas dependencias donde personas están esperando a que se les atienda, siendo perjudicados. Y pensando en quienes están relacionados con gobiernos, ¡cuántas partidas de dinero para obras grandes se han perdido en parte! No es que se hayan perdido, sino que se han robado de una manera tranquila. Lo cual no será tan tranquilo si se presentan ante Dios.

55 De estos malos contratos para casas y carreteras parece que hay mucho desgraciadamente. El gran problema es que no se perdona si no se restituye. Con más detenimiento lo trataremos en el siguiente tema. Hay muchas maneras de robar, como vemos. Todo es porque falta el amor que es la característica de Jesucristo. ¡Qué diferente si hubiera verdadera caridad y deseo de hacer el bien al otro!

56 Otra manera de robar es la usura
Otra manera de robar es la usura. Hay algunos que se aprovechan de las necesidades de otros prestando dinero a grandes intereses. Estas necesidades pueden ser demasiado urgentes o puede ser el comenzar algún pequeño negocio pensando que les va a ir muy bien, cuando quizá no es así. Hoy día hay gobiernos que se preocupan de estos menesteres dando ciertos préstamos. Sobre usureros ha habido mucho en la historia y de ellos habla la Biblia recriminándoles.

57 Ciertamente que se puede prestar con un interés, ya que quien pone su capital tiene sus riesgos; pero todo con una medida. El pecado está en lo desmesurado y en el deseo de aprovecharse del otro. Normalmente suele estar legalizado el interés que se debe pedir. –En cuanto al comercio se pueden hacer diversos robos. Algunas veces es porque se dan ciertas circunstancias que aprovechan para pedir más de la cuenta. A veces parece que ganan bastante, pero es porque venden más o trabajan más.

58 Pero hay ciertos pecados de robo propios de los comerciantes
Pero hay ciertos pecados de robo propios de los comerciantes. Es cuando falsean las mercancías o falsean las pesas. De esto ya hablaban los profetas. A veces son cosas pequeñas; pero a veces son cosas grandes o el pecado es continuo. Entonces se acumula y llega a grave. Si la venta es de animales vivos, quizá ocultan una enfermedad. Si es un coche o carro viejo lo que se está vendiendo, lo pintan u ocultan algún fallo más grande.

59 En todo esto del comercio, algunos toman como injusticia las exageradas propagandas que se ponen en la radio o televisión: productos como si fueran los mejores del mundo. Claro, que ya se sabe que son exageraciones para vender más y mejor. Pero a veces se dan personas que se lo creen y lo compran un poco engañados y por ello se sienten perjudicados. Es difícil que por estas propagandas se den grandes perjuicios.

60 Normalmente nadie se hace ladrón (consumado) de la noche a la mañana, sino que se va haciendo poco a poco. La ma-licia del robo grande suele comenzar con robos pequeños. Y aquí recordamos el ejemplo, de que nos habla el evangelio, sobre Judas Iscariote. San Juan evangelista nos cuenta el hecho que sucedió cuando María, la hermana de Lázaro, ya resucitado, quiso agradecer a Jesús y derramó sobre los pies y cabellera de Jesús un perfume muy exquisito, de gran valor.

61 En ese momento Judas protestó: «¿Para qué este despilfarro
En ese momento Judas protestó: «¿Para qué este despilfarro? ¿No se podría haber vendido y dado a los pobres?» Y san Juan acentúa que le importaban muy poco los pobres, sino que, como era ladrón y robaba algo de la bolsa común, ahora perdía la ocasión de hacer un robo mayor. Por eso se perdió, vendió a Jesús por un poco de dinero; pero se desesperó y se ahorcó. Judas era «un hombre cualquiera», pero aun estando con Jesús, el amor al dinero ajeno le hizo perder.

62 Era un hombre cualquiera
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63 y Jesús lo eligió;

64 intentó ser honrado, le perdió la ambición.

65 Era un hombre cualquiera y seguía al Señor;

66 el amor al dinero lo trastornó.

67 Era un hombre cualquiera, tuvo fe y decisión,

68 presenció los milagros que hizo un día el Señor.

69 Era un hombre cualquiera,

70 hoy pudiera ser yo.

71 Era Judas a secas.

72 Era el traidor.

73 Que la Virgen María ruegue por nosotros ahora

74 y en la hora de nuestra muerte.
AMÉN


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