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INSTRUCCIONES DE LOS ESPÍRITUS

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Presentación del tema: "INSTRUCCIONES DE LOS ESPÍRITUS"— Transcripción de la presentación:

1 INSTRUCCIONES DE LOS ESPÍRITUS

2 Esclarecer a los participantes que la caridad puede ser vista bajo los aspectos material y moral, destacando el valor de la caridad moral y ejemplificando las principales maneras de practicarla.

3 La caridad material y la caridad moral
10. Amigos míos, he escuchado que muchos de vosotros se preguntan: “¿Cómo voy a hacer la caridad, si en muchas ocasiones ni siquiera cuento con lo imprescindible?” La caridad, amigos míos, se hace de muchas maneras. Podéis realizarla mediante los pensamientos, las palabras y las acciones. Mediante los pensamientos, con la oración a favor de los pobres desprotegidos, que han muerto sin haber visto la luz. Una plegaria hecha de corazón los alivia. Mediante las palabras, con los buenos consejos que dais a vuestros compañeros de todos los días. Decid a los hombres a quienes la desesperación y las privaciones les han agriado el carácter, y que blasfeman del nombre del Altísimo: “Yo era como vosotros. Sufría, era desdichado, pero creí en el espiritismo y, miradme, ahora soy feliz”. A los ancianos que os manifiesten: “Es inútil, llegué al final de mi jornada; moriré como he vivido”, recomendadles: “Para la justicia de Dios todos somos iguales; pensad en los trabajadores de la última hora”. A los niños, pervertidos por las malas compañías,

4 que andan por las calles predispuestos a sucumbir ante las tentaciones, advertidles: “Dios os mira, queridos pequeños”, y no temáis repetirles con frecuencia esas tiernas palabras, que acabarán por germinar en sus jóvenes inteligencias. Así, en vez de niños vagabundos haréis de ellos hombres. Eso también es caridad. Muchos de vosotros alegan también: “¡Bah! En la Tierra somos tantos que Dios no puede vernos a todos”. Escuchad bien esto, amigos míos: Cuando os halláis en la cumbre de una montaña, ¿no abarca acaso vuestra mirada los millares de granos de arena que la cubren? Pues bien, Dios os ve del mismo modo. Él os permite emplear vuestro libre albedrío, de la misma manera que vosotros dejáis que esos granos de arena se muevan arrastrados por el viento que los dispersa. Con la diferencia de que Dios, en su infinita misericordia, ha depositado en el fondo de vuestro corazón un centinela alerta, que se denomina conciencia. Escuchadla, os dará únicamente buenos consejos. En aquellas ocasiones en que conseguís debilitarla, porque le oponéis una intención maligna, ella permanece en silencio. No obstante, tened la convicción de que esa pobre,

5 que fue acallada con desprecio, se hará oír tan pronto como la dejéis percibir un vestigio de remordimiento. Escuchadla, interrogadla, y con frecuencia hallaréis consuelo en el consejo que de ella recibiréis. Amigos míos, a cada nuevo regimiento el general entrega un estandarte. Yo os doy como divisa esta máxima de Cristo: “Amaos los unos a los otros”. Poned en práctica esa máxima, congregaos todos en torno a esa bandera, y alcanzaréis la felicidad y el consuelo. (Un Espíritu protector. Lyon, 1860.)

6 1.- ¿Es posible hacer caridad cuando se dispone de pocos, o incluso de ningún bien material?

7 R: Sí. Incluso aquél que no dispone de recursos para hacer la caridad material, encontrará mil maneras de practicar la caridad moral, por medio de pensamientos, palabras y acciones. Practicar la caridad material es dar de lo que nos sobra y hasta de lo que nos hace falta. Practicar la caridad moral consiste en soportarse unos a otros.

8 2.- ¿Cómo se practica la caridad por el pensamiento?

9 R: Orando por todos los que sufren, encarnados y desencarnados; deseando siempre el bien del prójimo. “Una oración, hecha de corazón, los alivia”.

10 3.- ¿Cómo se puede practicar la caridad por palabras?

11 R: Dando a nuestros familiares y a aquellos que conviven con nosotros un buen consejo, palabras de consuelo, estímulo, fe en que vendrán días mejores y esperanza en la misericordia de Dios. La boca habla de lo que está lleno el corazón. Aquél que tiene amor dentro de sí lo deja escapar a través de palabras fraternas. La lengua detiene la centella divina del verbo, mas el hombre de modo general, acostumbra a desviarla de su función edificante, situándola en el pantano de pensamientos subalternos y, por esto mismo, la vemos al frente de casi todos los desvaríos de la humanidad sufridora, endurecida en propósitos mezquinos y, carentes de humildad y amor. EMMANUEL Pan Nuestro La lengua

12 4.- Y la caridad moral por medio de acciones, ¿cómo la podemos practicar?

13 R: Ofreciendo a nuestro hermano una sonrisa; teniendo para con él un gesto afectuoso; dispensándole sinceras atenciones; haciéndole pequeños favores; en fin, tratarlo como nos gustaría ser tratados. La caridad moral nada cuesta, materialmente hablando, pero es la más difícil de practicar.

14 5.- ¿Por qué la oración, el buen consejo y el gesto amigo son actos de caridad?

15 R: Porque, al practicarlos, estamos donando al prójimo sentimientos y fluidos benéficos, que nos exigen casi siempre, gran esfuerzo de abnegación y renuncia. Elevar el pensamiento a Dios, en beneficio del prójimo, es la forma de practicar la caridad moral.

16 6.- ¿Cuál es la importancia de la conciencia, en la práctica de la caridad?

17 R: La conciencia es la voz de Dios llamándonos para que agotemos todas nuestras posibilidades a favor del prójimo, como único camino para la felicidad. “Dios, en su misericordia infinita, nos puso en el fondo del corazón una centella vigilante, que se llama conciencia…” “En verdad, debemos a Dios todo lo que tenemos, mas poseemos lo que damos”. (Se sugiere, como ejercicio final, pedir a los participantes sugerencias sobre las diversas maneras de practicar la caridad moral.)

18 La caridad no consiste sólo en la donación de bienes materiales
La caridad no consiste sólo en la donación de bienes materiales. Una oración por quien sufre, un gesto de consuelo, una sonrisa de esperanza, son aspectos morales de la caridad, que no tienen precio.

19 ¡No pongas límite al poder de tu vida!
No pienses que todos tus deseos se realizarán en esta vida. Pero confía porque la vida es eterna, infinita. Ni pienses tampoco que la vida que comienzas será distinta de ésta: ¡nada de eso! Es la vida de aquí que continuará siempre. Por eso, esfuérzate por aumentar tus conocimientos y tu perfección, dándote cuenta de lo fugaz del momento presente. 76

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