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San Lorenzo, diácono y mártir

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Presentación del tema: "San Lorenzo, diácono y mártir"— Transcripción de la presentación:

1 San Lorenzo, diácono y mártir
Día 10 de Agosto

2 De san Lorenzo es muy poco lo que sabemos cierto sobre su vida
De san Lorenzo es muy poco lo que sabemos cierto sobre su vida. Hay otros detalles, unidos a eso poco, que tras la tradición oral lo han adornado y complementado.

3 Pero eso poco nos debe servir para amar a Nuestro Señor Jesucristo con todo el corazón dispuestos a seguirle con alegría.

4 Hay dos rasgos muy especiales que destacan en la vida y muerte de san Lorenzo. El primero es el hecho de ser diácono. Por lo tanto cumplía lo que significa ser diácono, que es ayudar. Si además era el encargado de administrar los bienes y ayudar a los pobres, podemos decir que era doblemente diácono.

5 Lo segundo especial fue su martirio: asado en una parrilla
Lo segundo especial fue su martirio: asado en una parrilla. Su martirio fue muy glorioso en la Iglesia.

6 Por su martirio, sufrido con un don especial de fortaleza, san Lorenzo ha sido de los santos más celebrados y conocidos en la historia de la Iglesia.

7 En latín se llamaba Laurentius (‘laureado’ o “coronado de laurel”)
 En latín se llamaba Laurentius (‘laureado’ o “coronado de laurel”). Su nombre se atestigua en los calendarios litúrgicos más antiguos: la Depositio martyrum del año 354 y el Martirologio jeronimiano del siglo V.

8 Los principales datos de la vida de san Lorenzo los conocemos por lo que nos han narrado san Ambrosio, san Agustín, san León Magno y el poeta Prudencio. Por lo que es evidente que su martirio impresionó profundamente a la Iglesia y fue utilizado por Dios como una gran inspiración a la santidad. 

9 Parece ser que nació en Jaca (Huesca, España) o en la misma ciudad de Huesca. Sus padres, Orencio y Paciencia, eran labradores del campo. Hay quienes dicen que nació en Valencia en un tiempo en que sus padres estuvieron allí. Tenía un hermano.

10 De hecho hasta que Lorenzo fue diácono en Roma nada se sabe con certeza. Parece ser que Sixto II, antes de ser papa, tuvo que ir a España por algunos asuntos de la Iglesia. Y precisamente a Jaca o Huesca. Allí se encontró con el joven Lorenzo, entregado plenamente a la causa de Jesucristo. Pidiendo permiso a sus padres, se lo llevó a Roma.

11 Eran tiempos pacíficos
Eran tiempos pacíficos. Por poco tiempo, porque pronto llegó la persecución del emperador Valeriano en el año 257. Resulta que el emperador Valeriano sufría una situación financiera muy grave, especialmente por los gastos militares muy elevados. Buscar recursos era su obsesión y había oído que en la iglesia había “tesoros”.

12 Así que en el año 257 publicó el emperador Valeriano un edicto de persecución a los cristianos y el culto que daban al nuevo Dios. Había muerto el papa san Esteban I y fue elegido papa Sixto II, quien comenzó con muchas dificultades.

13 Una de las primeras cosas que hizo el papa Sixto fue nombrar diácono a Lorenzo. Eran siete los diáconos principales que asistían directamente al papa. A Lorenzo le dio un encargo especial: ser administrador de los bienes de la Iglesia, especialmente para ayudar a los pobres.

14 San Lorenzo, que había tenido una educación cristiana esmerada principalmente orientada a hacer el bien a los pobres y necesitados, se encontró con que ahora sí podía ejercer de verdad la caridad y la misericordia. El oficio le agradaba. además de ser una gran responsabilidad.

15 Pronto san Lorenzo pudo conocer a las familias más pobres de Roma y pudo ayudar a los más desvalidos de aquella sociedad.

16 La persecución contra la Iglesia, que en el año 257 había comenzado un poco suave, se incrementó mucho más en el año 258. Seguramente que crecerían las necesidades económicas del emperador juntamente con la ambición y la avaricia.

17 El hecho es que se prohibió todo culto cristiano y todas las reuniones de los cristianos que solían hacer en cementerios. Muchos sacerdotes y obispos fueron condenados a muerte, mientras que los cristianos que pertenecían a la nobleza o al senado eran privados de sus bienes y enviados al exilio.

18 A principios de agosto el Papa San Sixto estaba celebrando la santa Misa en un cementerio de Roma. Había escogido un cementerio pequeño y algo olvidado para no excitar sospechas; pero hasta allí fueron alertados algunos soldados romanos y fueron llevados presos el papa Sixto y cuatro de sus principales diáconos.

19 No se sabe porqué no apresaron entonces a Lorenzo: O no estaba en la reunión o los soldados tenían órdenes de que se sintiera libre para que mejor pudiera entregar los bienes de la Iglesia.

20 El día 6 de Agosto llevaban al suplicio al papa Sixto y a sus cuatro diáconos apresados con él. Según cuenta san Ambrosio, san Lorenzo se hizo el encontradizo con el papa y le dijo: «¿A dónde vas, querido padre, sin tu hijo? ¿A dónde te apresuras, santo padre, sin tu diácono? Nunca antes montaste el altar de sacrificios sin tu sirviente, ¿y ahora deseas hacerlo sin mí?»

21 A ello san Sixto le respondió profetizando: "Hijo mío, no te dejo ni te abandono. A ti te esperan luchas más heroicas por la fe de Cristo. A mí, como anciano que soy, me depara el Señor una pelea más ligera; a ti, por ser joven, te espera una victoria más gloriosa frente al tirano. No llores; después de tres días, tú me seguirás.” Lorenzo se alegró mucho al saber que pronto iría a gozar de la gloria de Dios.

22 Entonces Lorenzo viendo que el peligro llegaba, y siguiendo las indicaciones del papa, recogió todos los dineros y demás bienes que la Iglesia tenía en Roma y los repartió entre los pobres.

23 Y vendió los cálices de oro, copones y candeleros valiosos, y el dinero lo dio a las gentes más necesitadas.

24 El alcalde de Roma, que era un pagano muy amigo de conseguir dinero, cuando mataron al papa, llamó a Lorenzo y le dijo: "Me han dicho que los cristianos emplean cálices y patenas de oro en sus sacrificios, y que en sus celebraciones tienen candeleros muy valiosos. Así que, recoge todos los tesoros de la Iglesia y me los traes, porque el emperador necesita dinero para costear una guerra que va a empezar“.

25 Lorenzo le pidió que le diera tres días de plazo para reunir todos los tesoros de la Iglesia.

26 Y en esos días fue invitando a todos los pobres, lisiados, mendigos, huérfanos, viudas, ancianos, mutilados, ciegos y leprosos que él ayudaba con sus limosnas.

27 Y al tercer día los hizo formar en filas, y mandó llamar al alcalde diciéndole: "Ya tengo reunidos todos los tesoros de la iglesia. Le aseguro que son más valiosos que los que posee el emperador".

28 Llegó el alcalde muy contento pensando llenarse de oro y plata y al ver semejante colección de miseria y enfermedad, se disgustó enormemente, pero Lorenzo le dijo: "¿por qué se disgusta? ¡Estos son los tesoros más apreciados de la iglesia de Cristo!"

29 El alcalde lleno de rabia le dijo: "Pues ahora te mando matar, pero no creas que vas a morir de pronto. Te haré morir poco a poco para que padezcas todo lo que nunca te habías imaginado. Ya que tienes tantos deseos de ser mártir, te martirizaré horriblemente".

30 El Papa San Sixto había predicho a San Lorenzo que, a su florida juventud, le esperaba más dura prueba. Y así fue. Pero ¡con qué jovialidad y santa alegría sobrellevó San Lorenzo su martirio!

31 Irritado por la respuesta del joven, que frustraba su avidez, el juez le hizo desgarrar el cuerpo a azotes. Sometido ya a los tormentos y a la amenaza del horror del fuego, le intimó el inicuo tirano que, si no se retractaba, la próxima noche sería ejecutado por el fuego.

32 De esta manera san Lorenzo sufriría uno de los martirios más crueles de la persecución cristiana, ya que fue quemado en una parrilla en vez de ser decapitado.

33 Mientras Lorenzo era sometido al tormento del látigo, un soldado de nombre Román, vio cómo un ángel secaba las llagas del mártir. Impresionado por este milagro, se convirtió, instando al Santo a que le bautizase sin demora.

34 Ya antes había logrado igual gracia el guardián Hipólito
Ya antes había logrado igual gracia el guardián Hipólito. Eran las primicias de su martirio.

35 Y encendieron una parrilla de hierro y ahí acostaron al diácono Lorenzo. San Agustín dice que el gran deseo que el mártir tenía de ir junto a Cristo le hacía no darle importancia a los dolores de esa tortura.

36 Los cristianos vieron el rostro del mártir rodeado de un esplendor hermosísimo y sintieron un aroma muy agradable mientras lo quemaban. Los paganos ni veían ni sentían nada de eso.

37 Después de un rato de estarse quemando en la parrilla ardiendo, el mártir dijo al juez: "Ya estoy asado por un lado. Ahora que me vuelvan hacia el otro lado para quedar asado por completo". El verdugo mandó que lo voltearan y así se quemó por completo.

38 Cuando sintió que ya estaba completamente asado exclamó: "La carne ya está lista, pueden comer". Y con una tranquilidad que nadie había imaginado, rezó por la conversión de Roma y la difusión de la religión de Cristo en todo el mundo.

39 Luego gritó: «Gracias Señor Jesucristo, porque he merecido franquear las puertas de tu reino.» Y exhaló su último suspiro. Era el 10 de agosto del año 258.

40 Así Dios lo revistió con un manto de gloria y puso sobre su cabeza una corona de victoria.

41 El poeta Prudencio dice que el martirio de San Lorenzo sirvió mucho para la conversión de Roma porque la vista del valor y constancia de este gran hombre convirtió a varios senadores y desde ese día la idolatría empezó a disminuir en la ciudad.

42 San Agustín afirma que Dios obró muchos milagros en Roma en favor de los que se encomendaban a San Lorenzo.

43 Momentos antes de su martirio había pronosticado: "Veo un Príncipe futuro que cerrará los templos paganos"... Unos años después era una realidad la paz y libertad para la Iglesia. La sangre de Lorenzo y de tantos otros mártires no había sido infecunda.

44 San Lorenzo fue enterrado en la Via Tiburtina, en las catacumbas de Ciriaca. Es el Campo Verano donde se encuentra la basílica en su honor. Dicen así las actas de los mártires:

45 "Y cuando era el primer crepúsculo del dos de los idus de Agosto, fue Hipólito, que por las maravillas del beato Lorenzo había creído y recibido el bautismo, con el sacerdote Justino y recogieron el cuerpo y lo envolvieron en un lienzo con aromas y lo transportaron a la casa de la viuda Ciriaca en la vía Tiburtina, donde muchos sacerdotes y muchos cristianos perseguidos se reunían, y le dieron sepultura en una cripta que había en la huerta de la casa, después de ofrecer Justino el sacrificio de alabanza del que participaron la viuda Ciriaca, la cristiana Flavia e Hipólito, y de derramar muchas lágrimas sobre su santo cuerpo".

46  En ese lugar Constantino I el Grande mandó construir un pequeño oratorio en honor del mártir, que se convirtió en punto de parada en los itinerarios de peregrinación a las tumbas de los mártires romanos en el siglo VII. Eterna. Después se construyó una hermosa Basílica, siendo la Basílica de San Lorenzo la quinta en importancia en la Ciudad

47 Un siglo más tarde, el papa Dámaso I ( ) recons-truyó la iglesia, hoy en día conocida como Basilica de San Lorenzo “extramuros”, mientras que la iglesia de San Lo-renzo in Panisperna se alza sobre el lugar de su martirio. En el siglo XII, el papa Pascual II ( ) dijo que la parrilla usada en el martirio fue guardada en la iglesia de San Lorenzo de Lucina.

48 Siete iglesias dedicó Roma a San Lorenzo, además de la gran Basílica patriarcal sobre su tumba. Su fiesta fue durante siglos y siglos la más importante del santoral, después de la de San Pedro y San Pablo. Son muchas también las iglesias y catedrales en el mundo dedicadas a nuestro santo; y muchos los pueblos y ciudades que lo tienen como patrono.

49 El 10 de agosto el relicario que contiene su cabeza quemada es expuesto cada año en el Vaticano para recibir veneración.

50 Para ello, hizo construir el monasterio en forma de parrilla,
En el centro de España se encuentra el Monasterio de San Lorenzo del Escorial, construido por Felipe II para conmemorar la victoria de San Quintín el 10 de agosto de 1557, agradeciendo la intercesión ante Dios del mártir San Lorenzo. Para ello, hizo construir el monasterio en forma de parrilla,

51 Entre los tesoros de la Iglesia confiados a Lorenzo se dice que se encontraba el Santo Cáliz que usó Jesús en la Última Cena, que conservaban los papas de Roma. San Lorenzo consiguió enviarlo a Huesca, junto a una carta y un inventario. Durante siglos estuvo escondido en el monasterio de san Juan de la Peña hasta que llegó a Valencia.

52 Dice san Agustín; “La Iglesia de Roma nos invita hoy a celebrar el triunfo de san Lorenzo, que superó las amenazas y seducciones del mundo, venciendo así la persecución diabólica. Él, como ya se os ha explicado más de una vez, era diácono de aquella Iglesia. En ella administró la sangre sagrada de Cristo, en ella, también, derramó su propia sangre por el nombre de Cristo”.

53 La representación más común del Santo es como un joven, imberbe (señal de esa juventud) y con tonsura clerical, de pie, con sus símbolos propios en las manos. Viste alba, y sobre ella la dalmática, prenda propia del diácono.

54 Como atributo general lleva la palma de mártir, y su atributo particular propio es la parrilla, instrumento de su martirio.

55 San Lorenzo es patrón de Roma, Canadá, Sri Lanka y de la provincia española de Huesca, de los comediantes, bibliotecarios, estudiantes, curtidores, cocineros y mineros.

56 Diaconado y martirio son los fundamentos de su santidad.
Desde su diaconado san Lorenzo nos está invitando a servir, a estar abiertos a las necesidades de los hombres de hoy, de los pobres, de los marginados y excluidos por esta sociedad nuestra que llamamos del bienestar.

57 Desde su martirio san Lorenzo nos recuerda que también en nuestra sociedad hay mártires, hombres y mujeres que han sido capaces de morir por una idea. Y en nuestra Iglesia también. También en ella hay muchos que sellan con su vida la fidelidad a su compromiso que han asumido en un momento y ha dado sentido a su vida.

58 Seguro que a la mayoría de nosotros no nos tocará vivir ese martirio de sangre.
Pero, sí que a todos nos tocará vivir ese otro martirio sencillo del día a día, del trabajo responsable, de la honradez y sinceridad, de la coherencia, de la fidelidad, del cumplimiento de la palabra, del vacío, a veces, de nuestras propuestas, criterios y planteamientos, del compartir, de la acogida.

59 Hoy finalmente nos recuerda san Lorenzo lo que nos decía Jesús: perder la vida por el gran ideal del Amor es salvarla y hacer que otros la salven.

60 Si amas tu vida la perderás,
Automático

61 Y si la aborreces te salvarás.

62 ven, Si quieres seguirme

63 pero negando tu cuerpo.

64 Toma contigo tu cruz

65 y, en ti, estoy viviendo.

66 Si buscas las cosas del mundo,

67 pierde mi vida tu cuerpo.

68 Si buscas tan sólo mi vida,

69 entro yo en ti por entero.

70 Si amas tu vida la perderás,

71 y si la aborreces te salvarás.

72 Hay una tradición de que la Virgen María consoló a san Lorenzo en sus tormentos.

73 Que ella interceda para que nosotros podamos estar con san Lorenzo en la Gloria.
AMÉN


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