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Publicada porMaría del Pilar Domínguez Silva Modificado hace 7 años
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Lección 1 Conoce tu Biblia Tema:
Guardad, pues, con diligencia vuestras almas, para que améis a Jehová vuestro Dios. Josué 23:11
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Verdad Bíblica La Biblia nos enseña que debemos servir a Dios con todo nuestro corazón.
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Verdad Bíblica Aplicada
Como creyentes debemos escoger servir a Dios junto con nuestra familia ya que esto traerá bendición completa al núcleo familiar.
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Introducción Dios no permitió a Moisés conducir al pueblo de Israel a través del río Jordán para conquistar la tierra de Canaán, ya que murió en el desierto. En su gran misericordia, Dios no desamparó a su pueblo ni un solo momento y levanta a un nuevo caudillo; Josué. El periodo comprendido desde la muerte de Moisés, hasta la muerte de Josué abarca un periodo de tiempo de aproximadamente 24 años.
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Introducción El autor de este libro es el propio Josué, a excepción de los últimos 5 versículos. Podríamos dividir el libro en 4 secciones principales: I. La entrada a la tierra (1 – 5), II. La conquista de la tierra (6 – 12), III. La tierra dividida (13 – 22), IV. El compromiso del pueblo y la despedida de Josué (23 – 24).
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¿Quién era Josué? ¿Por qué Dios lo eligió? ¿Tenía algo especial?
1. El nuevo líder Sin duda, Moisés fue el gran líder del pueblo judío que lo llevó a su libertad, sin embargo, Dios eligió a Josué para llevar al pueblo de Israel a la conquista de la Tierra prometida. ¿Quién era Josué? ¿Por qué Dios lo eligió? ¿Tenía algo especial? Fue uno de los 12 espías y junto con Caleb demostraron su fe en Dios para conquistar la tierra (Núm.14:6-8). Se infiere que era un asiduo estudiante de la Ley de Dios junto a Moisés, ya que siempre estaba a su lado y en el tabernáculo (Ex.33:11). Fue un excelente estratega militar y se apegó a las instrucciones de su maestro en batalla (Ex.17:8-16). Era una persona confiable que apoyó a Moisés en todo (Ex. 24:13).
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2. La misión del líder: “el fin y los medios”
La misión en general del pueblo de Israel era conquistar la tierra prometida, sin embargo, ése no era un fin en sí mismo, sino que, desde ahí, pudiera ser una nación que compartiera la luz de la Escritura y la gloria de Dios al mundo entero. Pero, ¿Cuál era realmente la misión de Josué? Dios mismo la plantea en los primeros versículos del libro (Josué 1:8) La conquista de la tierra era sólo el medio y parte de la misión. La misión principal era su perfeccionamiento en el conocimiento de la Escritura, meditar en ella en todo momento, respecto de cual es la mejor forma de aplicarla a cada circunstancia para instruir al pueblo. Las batallas y las conquistas, las pelearía y las obtendría Dios mismo.
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3.Todos los eslabones cuentan
La primera batalla fue todo un éxito, Dios mismo le dio las instrucciones a Josué para derrotar al pueblo de Jericó y derrumbar sus murallas. (Jos.6:1-4) Sin embargo, un hombre de la tribu de Judá codició del botín y tomó para sí su propia recompensa, aún cuando el pueblo había recibido la instrucción de no tomar nada de la ciudad como botín (Jos.6:17-18; 7:10-12). Esto provocó que durante la segunda batalla Dios se mantuviera al margen .
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3.Todos los eslabones cuentan
En este pasaje, la Escritura nos deja claras dos cosas: la primera es que Dios está al tanto de todo, todos estamos bajo su supervisión (Sal.66:7). Todos contamos y somos parte importante dentro del plan de Dios. La segunda, es que cada uno de nosotros somos responsables de hacer posible la manifestación de la gloria de Dios en nuestra propia vida, nuestra familia, en la iglesia, en el mundo entero (Jer.23:23-24).
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4.El riesgo de no concluir la misión
Aproximadamente 14 años después de que el pueblo de Israel había entrado a la tierra de Canaán, los cananeos ya no osaron atacarlos. Josué derrotó a 31 reyes cananeos y mientras él vivió, el pueblo gozó de tranquilidad. Esa fue su recompensa por haberse mantenido apegados a la ley de Dios.
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4.El riesgo de no concluir la misión
Sin embargo, y a pesar de que toda la tierra había sido distribuida entre las tribus, había algunas ciudades cananeas todavía en pie, pero los hijos de Israel los dejaron tranquilos, porque ellos sabían que no los atacarían y que les tenían miedo. ¡Pero ése fue un grave error! Dios había advertido al pueblo de Israel no dejar vivir a ninguna de las naciones de la tierra. En su discurso final, Josué advierte al pueblo que deben continuar con la expulsión de esas naciones o de lo contrario, esas naciones los herirían y los dañarían y serían como un azote a sus cuerpos y como espinas que pican sus ojos (Jos.23:11-13).
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Error 1: Pensar que por no tener un ministerio o no ser considerado como líder dentro de la iglesia, puedo relajar mi estilo de vida. Respuesta bíblica: Como pueblo de Dios, todos tenemos la responsabilidad de vivir una vida apegada a la voluntad de Dios, no importando si tenemos un cargo ministerial o no. Todos formamos parte del cuerpo de Cristo, y tenemos la responsabilidad de vivir una vida santa. No seguimos ni servimos a los hombres, ¡seguimos y servimos a Dios! ¡A Él es a quien nos debemos por completo! (Mt.6:24).
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Hoy, como pueblo de Dios, vivimos entre personas con muchos estilos de pensamiento y corrientes ideológicas cuyo modo de vida es malo y sus ideas son equivocadas. Nuestro deber es mantenernos firmes y leales a nuestro Dios. Debemos mantenernos apegados a la Palabra de Dios y lejos de cualquier estilo o corriente de pensamiento que nos pretenda desviar de ella, sólo así podremos llegar al fin verdadero de nuestra misión, que es, vivir una vida santa para la gloria de Dios. Recordemos que el fin en sí mismo no es la tierra, sino conseguir que la gloria de Dios se manifieste a nuestro alrededor (Mt. 6:33).
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Por eso, no debemos permitir que nuestros ojos se desvíen y nuestras almas se contaminen. Debemos mantener nuestra vida apegada a la Palabra de Dios, comprometiéndonos a vivir de acuerdo a lo que en ella está escrito. Cuidar nuestra manera de hablar así como nuestra manera de vestir. No debemos perder el tiempo en cosas que nos aparten de la santidad y la voluntad de Dios.
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CONCLUSIÓN Evitemos involucrarnos en modos de vida distorsionados de lo que es la santidad de Dios, de lo contrario nosotros mismos y nuestras generaciones se irán asimilando al resto de la población que no cree ni ama a Dios. La palabra de Dios no evoluciona según el pensamiento o la conveniencia del hombre, sino que, el hombre que verdaderamente ama al Señor Jesucristo, ajusta su realidad y su vida a la palabra de Dios, independientemente de los estilos o corrientes de pensamiento que giran a su alrededor.
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Josué desafió al pueblo de Israel diciéndoles: “Ahora, pues, temed a Jehová, y servidle con integridad y en verdad; y quitad de entre vosotros los dioses a los cuales sirvieron vuestros padres al otro lado del río, y en Egipto; y servid a Jehová. Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis” ¿Tú qué contestarías el día de hoy ante esa declaración? Permita Dios que todos contestemos “yo y mi casa serviremos a Jehová.”
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