Plan de manejo de sitios arqueológicos: Ismael Martínez Rivera De la planificación a la acción.

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1 Plan de manejo de sitios arqueológicos: Ismael Martínez Rivera De la planificación a la acción.

2 Para acercarnos a constituir un plan de manejo para sitios arqueológicos, es decir, un documento técnico en el que se dan directrices acerca del uso y manejo de recursos de valor patrimonial, debemos necesariamente referirnos a los organismos que son los encargados de velar tanto por la protección de éstos como por el cumplimiento de la normativa legal que les compete. Si bien son varias las normas internacionales que se pueden aplicar para nuestra investigación, sin desmerecer las otras, la Carta para la Conservación de Lugares de Valor Cultural, más conocida como “Carta de Burra” y los documentos anexos a la misma [1], son los que resultan más apropiados y actualizados a la problemática que nos atañe. [1] [1] Guía para la Carta de Burra: Política de Conservación y Guía para la Carta de Burra: Procedimientos para emprender estudios e Informes, Carta de Burra, ICOMOS, 1986.

3 Si bien son varias las normas internacionales que se pueden aplicar para nuestra investigación, sin desmerecer las otras, la Carta para la Conservación de Lugares de Valor Cultural, más conocida como “Carta de Burra” y los documentos anexos a la misma, son los que resultan más apropiados y actualizados a la problemática que nos atañe.

4 ¿Qué es un plan de manejo? Un plan de manejo es un documento técnico en el que se dan directrices acerca del uso y el manejo de recursos, en este caso de valor patrimonial. El plan de manejo debe entenderse como un documento técnico que debe ser revisado, cuestionado y enriquecido por todos los organismos y profesionales participantes, para constituirse en un elemento flexible y dinámico, de acuerdo a necesidades y realidades actuales, que bien pueden variar en el futuro.

5 “El estudio de todo lugar debe hacer uso de todas las disciplinas que sean relevantes. Las habilidades profesionales que exige un estudio de este tipo están fuera de lo común. No se puede presumir que un solo profesional pueda poseer toda la gama de habilidades que se requieren para establecer el valor cultural y redactar su declaración. A veces, durante el proceso, habrá que emplear varios profesionales especializados” (Carta de Burra, 1981. ICOMOS) Esto enmarca la principal diferencia con planes de manejo de otras disciplinas

6 “El entendimiento del valor cultural de un lugar es esencial para su correcta conservación. A ello se llega a través de una profunda investigación que desemboque en un documento que incorpore una declaración de valor cultural” (Carta de Burra, 1981. ICOMOS)

7 Para establecer el valor cultural “es necesario evaluar toda la información que pueda ser relevante para la comprensión del lugar y de su tejido histórico. La tarea incluye un informe que incluye material escrito y gráfico”(op.cit. 1981). De este modo, mediante el acuerdo entre las partes, podremos desarrollar la estrategia que nos permita asignar valor al recurso arqueológico.

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9 Sitio Morhuilla Le.2 3000-2500 AC

10 2. Evaluación y objetivos. 2.1. Evaluación del sitio. Diagnóstico. Valor Cultural. 2.2. Objetivos de manejo a largo plazo. 2.3. Factores que influyen en la consecución de los objetivos. Internos, externos, legales, económicos. 2.4. Identificación de objetivos operativos realizables. Charlas, métodos de control excavaciones sistemáticas, etc. 1. Descripción del sitio arqueológico.

11 Se deberá definir el plan de acción con la partes involucradas, el contacto con la comunidad local es esencial ya que son los propios involucrados quienes generen el eje fundamental del plan de manejo y serían éstos los encargados de velar por los proyectos para su propio beneficio.

12 3. Plan de Acción/Prescripciones 3.1 Plan de trabajo. La intervención del recurso. 3.1.1 Opciones de manejo. Habitat, uso, acceso, interpretación, etc. 3.2 Proyectos o unidades de trabajo 3.2.1 Registros, archivos del sitio. 3.2.2 Manejo (de procesos de alteración, de accesos u otros) 3.2.3 Administración (personas a cargo, responsables) 3.3 Programas de trabajo. 3.4 Revisiones, monitoreo. De este modo se configura un documento definitivo que manifiesta la política o plan de acción de conservación para el sitio en cuestión, en este documento se aclara el valor cultural asignado, corroborado por la batería de información acerca de éste.-

13 Objetivo a corto plazo: Concientizar a la comunidad acerca de la protección del recurso. Objetivo a largo plazo: Estabilización natural del talud.

14 “Cerca de los lugares arqueológicos importantes debería crearse un pequeño establecimiento de carácter educativo – en algunos casos un museo- que permitiera a lo visitantes darse mejor cuenta del interés de los restos arqueológicos que allí se encuentran” (UNESCO, 1956) La interpretación del recurso por medio de la museografía es una labor a considerar

15 Para un adecuado manejo sostenible, hay que integrar a las comunidades al área de la conservación. Se debe comprender la necesidad de la comunidades en cuanto generar una nueva función del recurso, lo esencial resulta de tener la capacidad de dar a conocer el valor cultural del sitio y lograr que los demás lo conserven en la retina.

16 “La idea de espacio es inseparable del concepto de monumento, por lo que la tutela del Estado puede y debe extenderse al contexto urbano, al ámbito natural que lo enmarca y a los bienes culturales que encierra”(Normas de Quito, 1974. ICOMOS) Finalmente, debemos destacar la importancia de emprender trabajos en torno a la puesta en valor de los recursos culturales, que no sea labor de unos pocos, sino que potencie inquietudes de las mismas comunidades en relación a su entorno e historia.