EL EQUIPO A LA LUZ DEL CARISMA DEL PRADO V
Nos reunimos para escuchar juntos a Alguien que nos habla aquí y ahora. 3.- Las exigencias de una familia espiritual
Cuando queremos imponer nuestras ideas erosionamos desde dentro la verdadera dinámica sacramental del equipo.
Pero el equipo no puede dejar de interrogarnos cómo nuestras vidas y nuestra acción se orientan a llevar el Evangelio de la gracia al corazón de la persona de los pobres. El carisma no establece qué y cómo debemos hacerlo.
Sin la fe, el amor y una auténtica pasión por Jesucristo, el servicio a los pobres se diluye en la simple respuesta a sus necesidades; y no alcanza su deseo, su esperanza más honda.
El pobre entonces no pasa de ser un sujeto de necesidades, en lugar de ser visto como una persona del verdadero deseo. Sin la fe, el amor y una auténtica pasión por Jesucristo, el servicio a los pobres se diluye en la simple respuesta a sus necesidades; y no alcanza su deseo, su esperanza más honda.
Se entra así en la antropología jurídica del ciudadano, como mero ser de derechos y obligaciones.
Mis hermanos son aquellos que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica.
“Venimos a ser hermanos porque estamos unidos a él por la fe y los mismos pensamientos, porque su sangre corre por nuestras venas” Mis hermanos son aquellos que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica.
¡Dichosos lazos, que unen a todos los miembros de esta familia en un mismo amor y deseo de hacer conocer y amar a Jesucristo ¡Dichosa familia!
Debemos encontrar en ella todo lo que se encuentra en una verdadera familia:
Amor Unión Apoyo Caridad Debemos encontrar en ella todo lo que se encuentra en una verdadera familia:
Amor Unión Apoyo Caridad Debemos encontrar en ella todo lo que se encuentra en una verdadera familia: Los cuidados espirituales y temporales que necesita cada uno de sus miembros, sin tener que ir a buscar en otra parte lo que necesiten el alma o el cuerpo.
(V D ) De otro modo la familia no está completa ni es verdadera.»
Música: A Day Without Rain Texto: D. Antonio Bravo