Lc 21,25-28
Este texto entraña para nosotros una gran dificultad. Esta escrito desde una expectativa completamente diferente a la nuestra, y en un lenguaje extraño.
Sin embargo el mensaje es simple: Pase lo que pase, debemos tener total confianza en Dios que salva siempre. Este texto entraña para nosotros una gran dificultad. Esta escrito desde una expectativa completamente diferente a la nuestra, y en un lenguaje extraño.
No tiene sentido hablar hoy del fin del mundo ni de catástrofes futuras.
Ni siquiera de la "futura venida de Cristo".
Lo importante no es que vino, ni que vendrá, sino que viene en este instante. Lo importante no es que vino, ni que vendrá, sino que viene en este instante.
Aún hoy, seguimos esperando una salvación a nuestra medida. No la que realmente trajo Jesús, que es la que Dios quiere para nosotros.
Si comprendiéramos que Dios ya nos ha dado todo lo que puede darnos…
Dejaríamos de esperar que Dios venga a "hacer" algo para salvarnos. Si comprendiéramos que Dios ya nos ha dado todo lo que puede darnos…
Esperamos una salvación que se me conceda como un salvoconducto, y eso no puede funcionar. Da lo mismo que la esperemos aquí o para el más allá.
Dios no me salva como recompensa a mis actos. Mis obras serán la consecuencia de mi salvación.
Jesús apunta hacia una salvación muy distinta. He venido para que tengan vida y la tengan abundante
¿Cuál es la tierra prometida que nosotros esperamos hoy?
Como los judíos… ¿esperamos una tierra que mane leche y miel, es decir mayor bienestar material, más riquezas, más seguridades de todo tipo, poder consumir más?
¿Cuál es la tierra prometida que nosotros esperamos hoy? Seguimos apegados a lo caduco, a lo transitorio, a lo terreno.
Si consigo que nada de lo que tengo me ate y me desligo de lo que creo ser, aparecerá mondo y lirondo mi verdadero SER. Solo ahí puedo encontrar la auténtica felicidad.
El Adviento no me invita a mirar hacia fuera: pasado y futuro, sino a mirar hacia dentro. I DOMINGO ADVIENTO
El Adviento no me invita a mirar hacia fuera: pasado y futuro, sino a mirar hacia dentro. I DOMINGO ADVIENTO
Texto: Fray Marcos Dominico – Orden de predicadores