Mandamientos Ambientales y SISO CUARTO MANDAMIENTO “ Nos responsabilizaremos por reducir, reutilizar y recuperar todo lo que consumimos ”
En un lugar de la selva vivía un león gordo, sucio, desordenado y mandón llamado Leoncio, pero sus amigos de cariño le decían Leo Desperdicio. Leo pasaba gran parte de su tiempo cazando, comiendo y durmiendo; él pensaba que el bosque era lo suficientemente grande para mantenerlo a él y a su descendencia toda la vida.
Muy cerca de la casa de Leo vivía Hilda la hiena. Hilda recorría el bosque buscando la oportunidad que le diera Leo o cualquier otro animal para tomar las sobras que quedaran.
Muchos hablaron de Hilda por años, Rita la Jirafa que lo veía todo desde arriba decía: Hilda se la pasa por ahí, acechando a Leo, cosa que a el no le gusta, además dice que es horrible, la ataca y le bota las sobras para no compartir la mesa con ella, mientras la tonta Hilda solo se ríe y además lo disfruta
Rino Rinoceronte mas analítico decía: Algún día entenderemos lo que hace Hilda, se la pasa por ahí, aunque ustedes no lo crean, limpiando el bosque Algún día entenderemos lo que hace Hilda, se la pasa por ahí, aunque ustedes no lo crean, limpiando el bosque.
Un día Hilda aburrida de las habladurías empaco sus maletas y se fue a buscar otro bosque. Los primeros días nadie noto su ausencia, Hilda no tenía amigos. Pero pasada una semana, Leo Desperdicio empezó a tener dificultades para cazar por que corría y se tropezaba con los desperdicios que había dejado. Rita empezó a sufrir de molestias e Infecciones en su largo cuello por la cantidad de moscas que producía toda la materia orgánica en descomposición, Rino ya no podía tomar tranquilo su baño matutino de lodo por la cantidad de parásitos y desperdicios que invadían su exclusiva piscina.
Con el paso del tiempo el bosque se convirtió en un lugar maloliente y lleno de desperdicios, por lo que Leo convoco al concejo de animales para evaluar la situación y encontrar una solución. Beto el Búho reconocido entre todos los animales del bosque por su sabiduría y conocimiento, acababa de llegar de unas vacaciones por Europa, en medio de la discusión advirtió la ausencia de Hilda y pregunto por ella.
Alejo conejo respondió despectivamente, ¡Hilda se marcho hace raaaato…..afortunadamente!, porque que maña la de andar ahí detrás de uno, parecía una sombra, mirando a ver que podía robarse Leo soltó tremenda carcajada y Beto mirándolo fijamente a los ojos gritó, ¡Necio!, todos son unos necios. Ahí tienen la respuesta a su problema.
Todos quedaron en silencio. Rino fue el primero en hablar, ¡ Hilda tiene que volver ! Inmediatamente Leo encabezó la comisión de búsqueda por todos los rincones del bosque, pero ya era demasiado tarde, Hilda hacia parte de otro bosque y no quería regresar.
Los animales entendieron que si no había quien redujera, reutilizara y recuperara los desperdicios que ellos mismos generaban en el bosque morirían. Hilda sin querer les había dado una lección.
“Nos responsabilizaremos por reducir, reutilizar y recuperar todo lo que consumimos” MORALEJA
Créditos: Realizado por: INSTITUTO DE DESARROLLO URBANO OFICINA DE GESTIÓN AMBIENTAL Guión: Diana Patricia López Jimenez Julian Osorio Guevara Diagramación: Oscar Alejandro Hernández Castañeda