Misericordiosos como el padre Catequesis online para el año de la misericordia

LA MISERICORDIA DE DIOS EN LA HISTORIA DE ISRAEL Esteban escudero torres OBISPO auxiliar DE VALENCIA Catequesis nº 2

IDEAS PRINCIPALES DE LA CATEQUESIS La misericordia, un tema olvidado La revelación del nombre de Dios La misericordia divina en los profetas y en los salmos El concepto bíblico de “misericordia”

La misericordia, un tema olvidado

La misericordia, un tema olvidado El Tema de la misericordia divina ocupa un lugar central tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. Sin embargo, muchas veces se habla de él como de uno más entre los atributos divinos. La presentación en la vida de la Iglesia de un Dios concebido de un modo abstracto se presenta para los hombres y mujeres de nuestro tiempo como algo muy alejado de su situación personal.

La insistencia de los pontífices actuales en el tema dela misericordia, ya desde el papa Juan XXIII, debe hacer repensar la teología que se enseña y la doctrina que se predica en las homilías.

Según la Biblia, la misericordia debe entenderse como la justicia propia de Dios, en cuanto que supera la mera justicia humanamente entendida.

La revelación del nombre de Dios “Yo Soy EL QUE SOY”

La revelación de la misericordia divina La revelación de la misericordia divina en el Antiguo Testamento se halla unida a la revelación de Dios con ocasión de la liberación de Egipto: “He visto la opresión de mi pueblo en Egipto y he oídos sus quejas contra los opresores; conozco sus sufrimientos. He bajado para librarlo de los egipcios” (Ex 3, 7-8). Cuando Moisés le pregunta a Dios su nombre, recibe esta respuesta: “Yo soy el que soy” [YHVH] (Ex 3, 14). El nombre revela al mismo tiempo la solicitud y la promesa de que siempre estará al lado de su pueblo.

actitud de compasión y de misericordia de Dios Esta actitud de compasión y de misericordia de Dios para con su pueblo se manifiesta poco después en el monte Sinaí, cuando el pueblo olvida la alianza apenas sellada y se hace un becerro de oro para adorarlo. Entonces Moisés pronunció el nombre del Señor. El Señor pasó ante él proclamando: “Señor, Señor, Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia y lealtad” (Ex 34, 4-6).

La misericordia divina en los profetas y en los salmos

LA MISERICORDIA EN LOS PROFETAS El punto culminante de la revelación de la misericordia divina en el Antiguo Testamento lo encontramos en el profeta Amós. El pueblo ha violado una vez más la alianza y ha roto su pacto matrimonial con Dios Dios responde: “Cómo podría abandonarte, Efraín; entregarte, Israel. Mi corazón está perturbado, se conmueven mis entrañas. No actuaré en el ardor de mi cólera, no volveré a destruir a Efraín, porque yo soy Dios y no hombre, santo en medio de vosotros, y no me dejo llevar por la ira” (Os 11, 8-9).

LA MISERICORDIA EN LOS SALMOS En el salmo 144 podemos encontrar esta alabanza: “El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas…El Señor es fiel a sus palabras, bondadoso en todas sus acciones (Salmo 144, 8-9).

El profeta Isaías recomendará: “Que el malvado abandone su camino, y el malhechor sus planes; que se convierta al Señor y él tendrá piedad, a nuestro Dios, que es rico en perdón” (Is 55, 5-7). Perdonar y absolver de la culpa sólo es posible para quien, lejos de estar sometido a las exigencias de la mera justicia, se encuentra por encima de ellas y, por consiguiente, puede indultar al otro del castigo justo.

El concepto bíblico de “misericordia”

Al definir la misericordia, los libros del Antiguo Testamento usan sobre todo dos expresiones. En primer lugar está el término hebreo hesed, que indica una actitud de bondad y de fidelidad al mismo tiempo: “El Señor es fiel a su palabra, es bondadoso en todas sus acciones” (Salmo 145, 13). El segundo vocablo es rahamim. La raíz de esta palabra denota el amor de una madre: “¿Puede una madre olvidar al niño que amamanta, no tener compasión del hijo de sus entrañas? Pues aunque ella se olvidara, yo no te olvidaré” (Is 49, 15).

CONCLUSIÓN La misericordia para el Antiguo Testamento se define, por lo tanto, por la unión de los términos hesed, esto es, bondad y fidelidad, y rahamim, esto es, amor entrañable, como el de una madre para con su hijo pequeño. Jesucristo revelará al Padre en esta misma perspectiva de los escritos del Antiguo Testamento.

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