La profesionalidad y competencia no bastan para hacer un mundo más humano, más conforme con la verdad del hombre.
La crisis de interioridad y trascendencia, que parece haberse instalado en el mundo globalizado, irá en aumento mientras el ser humano no sea pensando en términos de vocación.
EL CAOS, no es capaz de generar una vida más humana.
El hombre no es un mero ser de necesidades, sino una libertad llamada a responder ante un Tú personal y no sólo ante el anonimato de la historia general o particular.
Como lo recuerda y proclama la dinámica profunda de la vocación.
El hombre nace inacabado; ahí radica su posibilidad de seguir creciendo de forma continua.
A diferencia del animal, equipado desde su nacimiento para hacer frente al ambiente natural, el ser humano se forja en la relación amorosa y solidaria.
El tú, materno y paterno, toma la iniciativa y lo llama con amor.
Por su parte el yo frágil se afirma de forma progresiva con la voz del tú, que lo convoca a una relación de amor y reciprocidad.
El tú – de los padres – no es una amenaza para el yo personal del hijo, que se afirma, gracias al tú.
La revelación bíblica presenta la creación como la iniciativa de un Tú libre, el cual modeló y convocó al hombre para una relación de amistad, amor y comunión.
El hombre lleva inscrito en su centro vital la vocación a la comunión, condición de su verdadero desarrollo.
Desde su mismo nacimiento, el hombre es invitado al diálogo con Dios El hombre lleva inscrito en su centro vital la vocación a la comunión, condición de su verdadero desarrollo.
Pablo VI Populorum progressio 15 “Toda vida es una vocación. “
“La vocación mueve a la eficacia verdadera de los hombres. Todo lo que se hace sin vocación, por importante que parezca, se marchita como una flor.” ( Gregoria Marañón )
Cuando la dinámica de la vocación se oscurece en la conciencia de la persona, es comprensible que surja una profunda crisis de “vocaciones de amor”
La persona no termina de entregarse al amor del que viene a su encuentro, y lo ama apasionadamente.
Texto: D. Antonio Bravo SEGUIR A CRISTO - De la vocación a las vocaciones Música: Air from Suite No 3 In D. BWV