“El consolador” Miguel-A.
En un matrimonio, desde la noche de bodas, incluida, cada vez que hacían el amor, el marido insistía en que fuera totalmente a oscuras: cerraban las ventanas y apagaban las luces. La mujer, en un principio, lo tomó por una simple manía de su esposo. Pero, después de 4 años casados, lo de la completa oscuridad, a ella se le hacía cada vez más ridículo.
Por ello, ideó un plan para quitarle esa manía al marido. Una noche, mientras hacían el amor, en medio de gritos y romanticismo carnal, encendió las luces repentinamente. Cual sería su sorpresa al ver que su marido tenía un consolador enorme, y el pene propio lo tenía completamente caído. Se volvió loca, se puso histérica, los que habían sido gritos de placer se convirtieron en insultos:
¡Está bien! ¡Yo te explicaré lo del juguete cuando tú me expliques quién es el padre de nuestro niño!. ¡Impotente¡ ¡Poco hombre! ¡¿Cómo has podido estarme engañando durante estos 4 años?! ¡Desgraciado!. ¡Más te vale que me vayas dando una buena explicación!.
Moraleja: ¡Jamás pidas explicaciones sobre un tema en el cual tengas algo que ocultar!.