Valor sugerido: AMOR/Compartir Ilustraciones de Gina Triplett Adaptación de Matt Evans Publicada por El tigre y el gran viento -una historia de África

U na vez hace mucho, mucho tiempo, hubo una terrible sequía que afectó a toda la tierra. Las lluvias no habían llegado ese año y los cultivos estaban muy mal. Sin comida ni agua, todos los animales pasaban mucho calor, sed y hambre El tigre y el gran viento

R esulta que justo en medio del campo, había un gran peral lleno de las más jugosas peras que se hayan visto. Eran grandes y amarillas y en espera de ser recogidas. Desafortunadamente, al pie del árbol se quedaba un malvado tigre. El tigre y el gran viento

E l tigre era enojón y egoísta, y se rehusaba a permitir que alguien se acercara al árbol. Se sentaba todo el día a la sombra del peral y gruñía a cualquiera que se acercaba. Decía, “growr, growr, ¡te comeré! ¡Aléjate de mi árbol o te comeré entero!" El tigre y el gran viento

E ventualmente, llegaron noticias de lo que pasaba a oídos del Conejo. “Oh, Conejo, ¿qué vamos a hacer?” preguntaban los animales. “¡El Tigre es tan malo que no compartirá con nosotros las jugosas peras! ¡Oh, y estamos tan hambrientos y sedientos!” El tigre y el gran viento

E l conejo meditó al respecto y como era un animal tan astuto, inmediatamente visualizó un plan. “Vengan, acérquense. Escuchen atentamente y les diré qué hacer”. El tigre y el gran viento

A la siguiente mañana, todos los animales se juntaron en secreto en el bosque cerca del campo donde el Tigre dormía. Todos los animales, como la Tortuga, el Elefante, el Buey y el Burro, se escondieron tras grandes troncos huecos. Los changuitos y los pájaros que vivían en los árboles, se sentaron en las ramas y esperaron en silencio a que el Conejo llegara. El tigre y el gran viento

P ronto el Conejo apareció, cargando una cuerda larga y gruesa. Corrió a través del campo, haciendo mucho ruido. “¡Oh, pobre de mí! ¡Oh, pobre de mí!” gritaba. El Tigre soñoliento abrió un ojo y gruñó, “¿Por qué haces tanto ruido Conejo? ¿No ves que estoy durmiendo?” El tigre y el gran viento

“¡T igre! ¡Debes correr! ¡Un gran viento viene y soplará a todos lejos de esta tierra!” Justo en ese momento, los animales escondidos en el bosque comenzaron a hacer mucho ruido. El tigre y el gran viento

El Águila y la Cigüeña y el Búho y el resto de los animales aletearon fuertemente, causando que las hojas de los árboles se sacudieran y giraran. El Elefante, el Buey, la Nutria y el Cocodrilo golpearon los huecos troncos y sacudieron los árboles. Corrieron a toda prisa entre la maleza y entre todos hicieron que el bosque entero se sacudiera, ¡como si fuese el mismo fin del mundo! El tigre y el gran viento

¡E l Tigre estaba aterrorizado! “¿Qué hago? ¿Y ahora qué hago?” gritaba. “Debes correr”, dijo el Conejo. “Lamento no poder ayudarte ahora. ¡Debo ir a atar a los demás animales con esta cuerda para que no vuelen lejos de la tierra!” El tigre y el gran viento

“¡Á tame a mí!” demandó el Tigre. El Conejo sacudió su cabeza, “¡pero debo ayudar a los otros animales o ellos serán soplados muy lejos! ¡Tú eres grande y fuerte, tienes una gran oportunidad de escapar vivo!” “¡No!” rugió el Tigre. “¡Debes atarme a mí ahora mismo!” El tigre y el gran viento

“M uy bien”, suspiró el Conejo. “Entonces te ataré ahora mismo”. Y así lo hizo, ató al Tigre a la base del mismísimo peral. La cuerda estaba apretada, pero el Tigre seguía gritando, “¡Más apretada, más apretada! ¡No quiero ser soplado lejos de esta tierra!” El tigre y el gran viento

C uando terminó, el Conejo retrocedió y llamó a todos los animales del bosque. “Miren aquí”, dijo en voz alta. “Miren aquí al que intentaba quedarse con todas las peras para sí mismo en vez de compartirlas. La comida fue puesta en la Tierra para que todos la disfrutaran. Nadie tiene el derecho de ser tan egoísta con aquello que está destinado para todos”. El tigre y el gran viento

Y fue así que todos los animales se sentaron a la sombra del gran peral y felizmente disfrutaron de los deliciosos frutos… juntos. El tigre y el gran viento

NOTAS PARA EL MAESTRO: Como muchas narraciones ésta tiene diferentes niveles de comprensión: puede enfocarse como una historia muy simple sobre cómo un tigre es castigado por no saber el valor de compartir o bien utilizarla como base para un análisis serio acerca de cómo nuestro egoísmo puede “atarnos” literalmente. Recuerde que los comportamientos puros tipo “blanco” y “negro” son ideales para niños pequeños; así el conejo representa al héroe de la historia, es el personaje astuto, el salvador de los otros animales, su color es blanco que significa también la pureza de intención, mientras que el tigre es el malo, el de dientes y modales fieros que simbolizan un problema que por tanto debe ser vencido. Estos estereotipos le permiten a los niños enfrentar sus propios miedos y saberse poderosos para derrotar aquello con lo que se sienten incómodos. La historia también da pie para desarrollar otros valores como el trabajo en equipo, tan importante en las edades tempranas. Con los jóvenes sin embargo, se puede aprovechar la narración para que vean reflejados tanto sus miedos internos como sus fortalezas en los personajes principales (tigre y conejo), en el cómo en ciertas ocasiones juegan un papel primordial y en otras ocupan papeles de apoyo (resto de los animales) que curiosamente son igual de importantes para lograr el desarrollo de la historia… Asimismo, el tigre atado representa no sólo las ataduras del egoísmo, sino las tensiones que provocan el miedo y la ignorancia o falta de fe.