Mc 10, 2-16 Aplicación (Segunda parte)
Lo que el otro me aporta, nunca en lo que yo puedo darle. Desde la perspectiva hedonista, la pareja estará fundamentada en:
La consecuencia es nefasta: Las parejas se mantienen mientras se consiga del otro lo que me beneficia a mí.
Esta es la razón por la que más de la mitad de los matrimonios se rompen
Si una relación de pareja no está fundamentada en el verdadero amor, no tiene nada de humana.
Las primeras comunidades cristianas supieron descubrir el riquísimo contenido de una relación de pareja. Por eso se le dio a esa unión el rango de Sacramento
El sacramento añade al verdadero amor los signos externos de la presencia de Dios que lo hace posible.
Con esas tres palabras, estamos acotando hasta extremos increíbles la posibilidad real del sacramento. Para que haya sacramento, no basta con ser creyente, es imprescindible… Mutuo y auténtico amor
El amor; no es puro instinto, no es pasión, no es interés, no es simple amistad, no es el deseo de que otro me quiera.
Amar es la capacidad de ir al otro y encontrarme con él como persona para ayudarle a ser más humana, experimentando en el don mi crecimiento en humanidad.
Si hay amor auténtico el matrimonio es INDISOLUBLE Si hay amor auténtico el matrimonio es INDISOLUBLE
Si hay amor auténtico el matrimonio es INDISOLUBLE Si hay amor auténtico el matrimonio es INDISOLUBLE Solo si hay verdadero amor hay sacramento Que puede darse entre creyentes o entre no creyentes.
El divorcio, entendido como ruptura del sacramento, es una palabra vacía de contenido para el creyente..
El divorcio, entendido como ruptura del sacramento, es una palabra vacía de contenido para el creyente.. La mejor prueba de que no existió auténtico amor, es que en un momento determinado se termina.
"lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre". Después del rito del sacramento, la liturgia repite las palabras que recuerda hoy el evangelio:
Es frecuente oír hablar de un amor que termina. Ese amor, que ha terminado, ha sido siempre un falso amor
El verdadero amor… es indisoluble.
Texto: Fray Marcos Dominico – Orden de Predicadores Música- Kitaro the Best