Por: Justin Brown
Había una vez, un a niña muy linda que vivía en Nueva York. La bebe no era de una familia muy rica, pero de que pudo vivir con facilidad es muy justo decir. Tenia ojos verdes, y era rubia, nadie pensaba que esta niña crecería a ser la persona que llego a ser.
La pasión musical de la niña empezo muy joven. Ya a los seis años la niña estuvo tocando al piano y cantando con su padre querido. Le encantaba los discos antiguos de Jazz y el Pop de los 70´s y 80´s. Cada noche la niña, antes de dormir, le rogaba a el Dios todo poderoso: Por favor, haz me la gran estrella que se que soy. Todas las personas de este mundo tenian un milagro prometido para ellos. ¡Ella estaba pidiendo el de ella!
El Dios le respondía, cada vez: Te lo daré, pero tienes que trabajar para realizarlo. Y con mucho trabajo, la joven empezó a ganar fama. Cantando en las barras y clubs mas destacados en la escena de la musica independiente, muchos empezaron a reconocer a la joven como potencial de la industria, y poco a poco la niña fue recibiendo su milagro.
Despues de mucho esfuerzo, la joven ganó premio tras premio, siendo muy reconocida por su talento. En su carrera empezó a recibir muchos fanaticos, siendo una de las artistas mas populares de su tiempo. Pero cuando ya empezó su ascendencia a la fama, recibió noticia muy triste.
!El papá de la joven se enfermó! La joven se quedaba en el hospital, dia tras día, tras día, orando al todo poderoso que lo sanara. Ella le dijo que si le quitara todo lo que tenia para sanarlo no le importaba, solo que le devolvía la salud a su querido padre.
El todo poderoso escucho la rogación de la niña y por ser tan humilde, le dio la salud otra vez a su padre, sin quitarle su carrera. Y colorín, colorado, este cuento se a acabado.