Música: Adagio Concierto de Oboes Texto. D. Amundarain Presentación: B. Areskurrinaga HC 25 de julio

Santiago es hermano de Juan; los dos apóstoles; hijos de Zebedeo. Se les llama Boenerges, hijos del trueno, por su carácter impetuoso. A Santiago se le llama el Mayor para distinguirlo de Santiago el Menor, también apóstol. A Santiago se le llama el Mayor para distinguirlo de Santiago el Menor, también apóstol.

Santiago aparece en los evangelios varias veces, antes de la muerte de Jesús. Posterior a ella, no sabemos nada de él, ni de su actividad, salvo el hecho de su muerte como mártir.

Murió entre los años 41 y 44, en una de las persecuciones que sufrieron los cristianos de Jerusalén. El nieto de Herodes el Grande, Herodes Agripa Iº, lo hizo morir a espada El nieto de Herodes el Grande, Herodes Agripa Iº, lo hizo morir a espada.

En un Comentario al Nuevo Testamento por la Casa de la Biblia de Madrid, leemos lo siguiente: Por ello, «puede descartarse como muy improbable su estancia y predicación en nuestro país, aun prescindiendo de otras razones históricas». Ello no disminuye el valor evangelizador del Santuario de Compostela. Una piadosa tradición dice que estuvo en Santiago de Compostela. Pero no parece ser más que eso: una piadosa tradición.

Para un cristiano, celebrar la fiesta de un apóstol encierra mucha riqueza. Supone acercarnos a aquella experiencia privilegiada que vivieron los apóstoles; experiencia de contacto vital con Jesús. Nuestra fe se apoya en Jesús, a través de la mediación de aquellos primeros testimonios directos.

Santiago es uno de los cuatro primeros que siguieron a Jesús: Santiago y Juan hermanos, y Andrés y Pedro hermanos. La vocación implicaba seguir a Jesús y prepararse para ser enviados a llevar la Buena Noticia a los demás.

En Santiago se manifiestan visiblemente los dos aspectos: por una parte, acoge con entusiasmo la llamada de Jesús; por otra, manifiesta lo mucho que le costó entender a Jesús, entender la misión de Jesús.

Seguir a Jesús supuso tener que abandonar su familia y su trabajo. Fue toda una aventura. Esto indica el atractivo que ejercía Jesús. Jesús maestro no era semejante a maestros judíos. En el caso de éstos, era el discípulo quien tenía la iniciativa; era el discípulo quien escogía al maestro; además, no era para adherirse al maestro, sino para aceptar un sistema de enseñanza.

En el caso de Santiago y demás discípulos, la iniciativa provenía de Jesús. Jesús convoca a sus seguidores. Además, Jesús no llama para proponer una serie de verdades, de doctrina, de leyes; Jesús llama para que le sigan a él, persona viva. Esto tiene lugar entonces y tiene lugar hoy; la vocación del cristiano es la de seguir a Jesús vivo.

Santiago se entregó a Jesús con entusiasmo. No lo conoció el primer día; le costó hacer suya la vida de Jesús, la misión de Jesús; así nos lo muestra en varias ocasiones. También a los demás apóstoles les costó lo suyo entrar en el mundo de Jesús, y nos cuesta a quienes nos llamamos seguidores de Jesús.

Santiago y Juan nos dejaron bien reflejado que la actitud auténtica del discípulo no se logra repentinamente, de la noche a la mañana; la actitud auténtica del discípulo no se logra repentinamente, de la noche a la mañana; que suele ser fruto de un proceso. que suele ser fruto de un proceso. Los evangelios nos señalan dos sucesos negativos.

Un día, Jesús y los discípulos, camino de Galilea a Jerusalén, quisieron pernoctar en un pueblo de Samaria. Pero el pueblo se negó a recibirlos. Santiago y Juan, los «hijos del trueno», se dirigen a Jesús: «¿quieres que un rayo termine con este pueblo?»

La idea de Santiago y Juan, la de destruir a aquel pueblo, era algo parecido a lo que hizo antiguamente Elías, quien hizo bajar fuego sobre los emisarios del rey Acab (2 Re 1,10). Pero la misión de Jesús era muy diferente a la de Elías: Jesús soporta el sufrimiento, pero no la causa; los dos discípulos no han entendido todavía que la actitud de Jesús es de misericordia y no de destrucción.

El otro episodio negativo de parte de Santiago y de Juan, Mateo lo coloca seguido a la tercera predicción de la pasión. tercera predicción de la pasión. La madre de los dos pide al Señor los primeros puestos en el Reino. Siguen todavía incapaces de entender el camino que Jesús les propone; aún no entienden que el reino no sigue los esquemas humanos. Con todo, responden afirmativamente Con todo, responden afirmativamente a la pregunta de Jesús: «¿Sois capaces de beber del cáliz amargo del que tengo que beber?» del que tengo que beber?»

Llama la atención el contraste entre la dignidad del ministerio apostólico y la debilidad y fragilidad de los instrumentos humanos escogidos.

Santiago, juntamente con Pedro y Juan, vivió la experiencia de la Transfiguración de Jesús: en ella se les desvela, se les manifiesta, por un momento, el misterio de la persona de Jesús; seguramente, la Transfiguración fue una de las muchas apariciones de Jesús resucitado. Al final, Santiago tuvo la suerte de poder hacer realidad la promesa de estar dispuesto a beber del cáliz amargo del que bebió el propio Jesús.

También en la vida del cristiano se dan momentos de ocultamiento de Dios y momentos de manifestación del mismo; es cuestión de pedir al Espíritu de Jesús luz para saber leer los signos positivos de la vida, sin quedarse con lo negativo; se trata de ver la botella medio llena, más que medio vacía.

Señor Jesús, por la intercesión de Santiago y demás apóstoles, concédenos la gracia de poder beber del cáliz del que tan generosamente bebiste tú un día. Amén.

FIESTA DE SANTIAGO APÓSTOL 25 de julio 1.-Santiago es hermano de Juan; los dos apóstoles; hijos de Zebedeo. Se les llama Boenerges, hijos del trueno, por su carácter impetuoso. A Santiago se le llama el Mayor para distinguirlo de Santiago el Menor, también apóstol. 2.-Santiago aparece en los evangelios varias veces, antes de la muerte de Jesús. Posterior a ella, no sabemos nada de él, ni de su actividad, salvo el hecho de su muerte como mártir. 3.-Murió entre los años 41 y 44, en una de las persecuciones que sufrieron los cristianos de Jerusalén. El nieto de Herodes el Grande, Herodes Agripa Iº, lo hizo morir a espada. 4.-Una piadosa tradición dice que estuvo en Santiago de Compostela. Pero no parece ser más que eso: una piadosa tradición. En un Comentario al Nuevo Testamento por la Casa de la Biblia de Madrid, leemos lo siguiente: Por ello, «puede descartarse como muy improbable su estancia y predicación en nuestro país, aun prescindiendo de otras razones históricas». Ello no disminuye el valor evangelizador del Santuario de Compostela. 5.- Para un cristiano, celebrar la fiesta de un apóstol encierra mucha riqueza. Supone acercarnos a aquella experiencia privilegiada que vivieron los apóstoles; experiencia de contacto vital con Jesús. Nuestra fe se apoya en Jesús, a través de la mediación de aquellos primeros testimonios directos. 6.-Santiago es uno de los cuatro primeros que siguieron a Jesús: Santiago y Juan hermanos, y Andrés y Pedro hermanos. La vocación implicaba seguir a Jesús y prepararse para ser enviados a llevar la Buena Noticia a los demás.

7.-En Santiago se manifiestan visiblemente los dos aspectos: por una parte, acoge con entusiasmo la llamada de Jesús; por otra, manifiesta lo mucho que le costó entender a Jesús, entender la misión de Jesús. 8.-Seguir a Jesús supuso tener que abandonar su familia y su trabajo. Fue toda una aventura. Esto indica el atractivo que ejercía Jesús. Jesús maestro no era semejante a maestros judíos. En el caso de éstos, era el discípulo quien tenía la iniciativa; era el discípulo quien escogía al maestro; además, no era para adherirse al maestro, sino para aceptar un sistema de enseñanzas. 9.-En el caso de Santiago y demás discípulos, la iniciativa provenía de Jesús. Jesús convoca a sus seguidores. Además, Jesús no llama para proponer una serie de verdades, de doctrina, de leyes; Jesús llama para que le sigan a él, persona viva. Esto tiene lugar entonces y tiene lugar hoy; la vocación del cristiano es la de seguir a Jesús vivo. 10.-Santiago se entregó a Jesús con entusiasmo. No lo conoció el primer día; le costó hacer suya la vida de Jesús, la misión de Jesús; así nos lo muestra en varias ocasiones. También a los demás apóstoles les costó lo suyo entrar en el mundo de Jesús, y nos cuesta a quienes nos llamamos seguidores de Jesús Santiago y Juan nos dejaron bien reflejado que la actitud auténtica del discípulo no se logra repentinamente, de la noche a la mañana; que suele ser fruto de un proceso. Los evangelios nos señalan dos sucesos negativos Un día, Jesús y los discípulos, camino de Galilea a Jerusalén, quisieron pernoctar en un pueblo de Samaria. Pero el pueblo se negó a recibirlos. Santiago y Juan, los «hijos del trueno», se dirigen a Jesús: «¿quieres que un rayo termine con este pueblo?»

13.-La idea de Santiago y Juan, la de destruir a aquel pueblo, era algo parecido a lo que hizo antiguamente Elías, quien hizo bajar fuego sobre los emisarios del rey Acab (2 Re 1,10). Pero la misión de Jesús era muy diferente a la de Elías: Jesús soporta el sufrimiento, pero no la causa; los dos discípulos no han entendido todavía que la actitud de Jesús es de misericordia y no de destrucción. 14.-El otro episodio negativo de parte de Santiago y de Juan, Mateo lo coloca seguido a la tercera predicción de la pasión. La madre de los dos pide al Señor los primeros puestos en el Reino. Siguen todavía incapaces de entender el camino que Jesús les propone; aún no entienden que el reino no sigue los esquemas humanos. Con todo, responden afirmativamente a la pregunta de Jesús: «¿Sois capaces de beber del cáliz amargo del que tengo que beber?» 15.- Llama la atención el contraste entre la dignidad del ministerio apostólico y la debilidad y fragilidad de los instrumentos humanos escogidos. 16.-Santiago, juntamente con Pedro y Juan, vivió la experiencia de la Transfiguración de Jesús: en ella se les desvela, se les manifiesta, por un momento, el misterio de la persona de Jesús; seguramente, la Transfiguración fue una de las muchas apariciones de Jesús resucitado. Al final, Santiago tuvo la suerte de poder hacer realidad la promesa de estar dispuesto a beber del cáliz amargo del que bebió el propio Jesús. 17.-También en la vida del cristiano se dan momentos de ocultamiento de Dios y momentos de manifestación del mismo; es cuestión de pedir al Espíritu de Jesús luz para saber leer los signos positivos de la vida, sin quedarse con lo negativo; se trata de ver la botella medio llena, más que medio vacía. 18.-Señor Jesús, por la intercesión de Santiago y demás apóstoles, concédenos la gracia de poder beber del cáliz del que tan generosamente bebiste tú un día. Amén.