Cristo comienza exaltando a los creyentes por mantenerse firmes a su nombre en medio de tanta idolatría, resaltando a Antias quien probablemente fue un mártir de Jesús.
Después de exaltarlos, cristo se refiere a ellos como un padre amante de sus hijos que los disciplina para que no se pierdan, y les reclama la pasividad ante la acción de echar fuera a los falsos maestros que estaban enseñando doctrinas nocivas para el cristianismo, Cristo les llama “los que retienen la doctrina de Balam, esta doctrina se refiere a la relación entre paganos y creyentes unidos por la seducción, y llevándolos a cometer actos vergonzosos como idolatría y fornicación, moral y espiritual (Nm.25.2 ss.), semejantes a estos eran los Nicolitas quienes llevaban una vida doble, a los cuales Cristo mismo dice “yo aborrezco”