Andrés Felipe Duque Bermúdez
Galileo fue el primero en intentarlo, para ello ubico dos linternas intermitentes en las cimas de dos colinas. Lamentablemente debido a los instrumentos de precisión requeridos, el experimento fracaso, pero aun así demostró a pesar de la creencia de muchos de que la velocidad de la luz era finita.
El astrónomo danés Olaus Roemer, utilizo los satélites de Júpiter. A partir de una de las inconsistencias entre las mediciones en el Observatorio de Paris dirigido por Cassini. En un observación del tiempo en el que un satélite saldría detrás de Jupiter, los datos con la hipótesis de velocidad de la luz infinita trajo un diferencia de casi 10 minutos. Demostró Roemer que la velocidad de la luz era finita.
Un rayo de luz se dirige a un espejo a cientos de metros de distancia, el rayo pasa por un engranaje rotatorio, a cierto nivel de rotación, el rayo pasaría a través de un orificio en su camino de salida y en otro en su camino de regreso.