Y entonces desde la nada empezamos a contar. ¡De pronto!, las unidades nos esconden sus verdades entonces nuestros cerebros comienzan a trabajar Con ingenuidad y afán.
Intentando conseguir el resultado perfecto. Y en esa extraña experiencia nos ha hechizado el misterio de atrapar las dimensiones y alcanzar el infinito, en cósmicas relaciones de armonía universal.
Cuéntame un cuento de números, háblame del dos y el tres del ocho que es al revés igual que yo del derecho. Cuéntame tú que te han hecho el nueve, el cinco y el cuatro para que los quieras tanto.
Dime ese tres que parece, dime ¿de quien se enamora ese tonto que es el tres? Ese pato que es el dos, está navegando siempre pero a mi me gusta el siete, pues siempre es muy consciente.
Cuéntame el cuento ahora mismo que aunque aborrezco el guarismo, espero gozar lo mismo si eres tú quien me lo cuenta.