Tal vez lo he soñado pero me parece hermoso y te lo cuento.
Estaba el Padre Celestial aburrido de tanta eternidad y de ser feliz El solo, así que un día se sentó y empezó a hacer cosas.
Le dio vueltas y vueltas a la materia, puso unas pinceladas de oro en el cuello y cuando parecía que todo estaba bien, sopló sobre ella y la echo a volar.
No cambies, se tu misma porque así es como te conoce El. Que seas muy feliz y que nada ni nadie enturbie tu alegría. Yo te pongo en las manos del Padre que es el mejor sitio del mundo porque El te ama mucho. Padre Evencio