Dios nos envió a Jesucristo; vino a morir para salvar. Él vive hoy Dios nos envió a Jesucristo; vino a morir para salvar.
Vino a morir, pagó mi deuda, y aunque murió, su tumba ya vacía está.
Él vive hoy, vivirá mañana; confío en él, no temeré.
Pronto veré a mi Maestro; y ahora espero, me dará la eternidad.
Y algún día, con los santos alabaremos a Jesús.
Y al mar de vidrio llegaremos, veré sus manos y sus pies heridos por mí.
Él vive hoy, vivirá mañana; confío en él, no temeré.
Pronto veré a mi Maestro; y ahora espero, me dará la eternidad.
Él vive hoy, vivirá mañana; confío en él, no temeré.
Pronto veré a mi Maestro; y ahora espero, me dará la eternidad.