¿Has visto en la playa cuando los niños construyen un castillo de arena? De forma esmerada los niños recogen la arena con las manos y la compactan firmemente en el lugar apropiado hasta armar muros y torres, que algunas veces adornan con palitos para simular banderas.

Pero luego de contemplar por unos momentos con orgullo e imaginación su obra, en un arrebato de juvenil alegría, destruyen todo y esparcen la arena, mientras observan cómo las olas borran cualquier vestigio de su obra.

Porque los niños aprenden y están aprendiendo a disfrutar todo, a sacar provecho de cada situación, a vivir el presente con alegría. ¿Por qué motivo emplean tanto tiempo y esfuerzo en construirlo para luego derribarlo?

El castillo de arena también nos deja varias enseñanzas importantes:

Debemos aprender a disfrutar lo que ahora tenemos, lo que ahora somos y con quien ahora estamos, entendiendo que todo es pasajero y que nada ni nadie nos pertenece.

Si alguno de los niños se hubiese apegado al castillo de arena, lo más seguro es que hubiese dejado de jugar para cuidarlo, y de seguro hubiera habido sufrimiento cuando lo llevaran de vuelta a casa.

Y esto, sin mencionar los problemas que hubiese tenido con aquellos otros niños que intentasen tocar, modificar o desbaratar "su pertenencia". Pareciera que lo aislaran para que otros, sólo lo puedan ver, nunca tocar.

Cuántas personas viven sus vidas construyendo “sus propios castillos de arena” reflejados en una relación de pareja, familia, hijos, una buena carrera universitaria, un buen puesto laboral, un buen auto, vestir a la moda, la mejor casa, los mejores viajes, dinero, etc…Se apegan a estos sueños en busca de lo que para ellos representa “la felicidad”.

Los apegos desmedidos a los seres queridos, a las personas, a los bienes materiales, etc. engendran mucho dolor en quienes lo consideran como "sus pertenencias", y no los dejan. Sin embargo, llegan “las olas de la playa” y desbaratan “sus castillos de arena”. Todos mueren algún día, nada nos llevamos, con nada nos quedamos.. Sin embargo, llegan “las olas de la playa” y desbaratan “sus castillos de arena”. Todos mueren algún día, nada nos llevamos, con nada nos quedamos..

Los niños poseen esa capacidad de dejar en suspenso sus problemas y simplemente saben darse a sí mismos el permiso para ser libres; aún no han perdido la capacidad de saber vivir el ahora, el ya.

El niño al que se le ofrece escoger un caramelo hoy o tres mañana, tomará siempre el de hoy. Muchos adultos, por el contrario, elegirían los tres caramelos de mañana, lo que significa, en realidad, no gozar nunca “El caramelo de Hoy”.

La verdadera felicidad no está en lo que se piensa tener, sino en lo que realmente tenemos hoy: ¡Bendiciones de DIOS! Para ser Rico no hay que tener mucho, basta aprender a disfrutar de la primera bendición que nos regala DIOS: Para ser Rico no hay que tener mucho, basta aprender a disfrutar de la primera bendición que nos regala DIOS: ¡El Don de La Vida!

Jesús vino a nosotros para traer vida en abundancia, para llevar las buenas nuevas a los pobres, anunciar la libertad a los cautivos y a los oprimidos. Seamos, pues, desprendidos, libres a cualquier atadura terrenal.