Dios viene sorprendiendo. Sus caminos son inesperados. Puede venir cuando lo esperas o cuando no lo esperas o cuando ya has dejado de esperar. Viene siempre.
VIENE... Por los caminos de la pobreza y la humildad. Siendo grande, se hace pequeño. Siendo rico, se hace pobre. Desciende hasta el seno de un mujer y hasta el pesebre de un establo.
VIENE... No sólo se hace amigo del ser humano, sino que se hace hombre, en alianza sustancial, definitiva. Es una relación en su grado pleno. No sólo empatiza con la humanidad, sino con cada ser humano concreto, comulgando íntimamente con él.
Él es la Luz y lo llena todo de Luz. Él es la Palabra y la Verdad. Por donde Él pasa, las tinieblas huyen. Cuando habla enciende los corazones. VIENE...
VIENE... No viene para ser servido, sino para servir. Un servicio lleno de misericordia. Un servicio para curar, para liberar, para defender. Un servicio de entrega total.
VIENE... Todos los caminos de Dios son caminos de amor, Caminos siempre generosos. Dios siempre viene por los caminos del amor. Quien quiera encontrar a Dios tiene que buscarle en esos mismos caminos.