Parroquia S. José de Pumarín - OVIEDO DOMINGO 32 AÑO A Parroquia S. José de Pumarín - OVIEDO
Juntos, como hermanos, miembros de una Iglesia, vamos caminando al encuentro del Señor. 1.Un largo caminar, por el desierto bajo el sol, no podemos avanzar sin la ayuda del Señor
la comunidad cristiana Estamos aquí para encontrarnos con Jesús y con la comunidad cristiana
SEÑOR, TEN PIEDAD
GLORIA A DIOS EN EL CIELO
OREMOS
SABIDURÍA 6,12-16 La sabiduría es radiante
Salmo 62 Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
1ª a Tesalonicenses 4,13-18 A la voz del arcángel
S. MATEO 25: 1-13 Jerusalén. Puerta de Sión, cerca del Cenáculo.
Te presentamos el vino y el pan, bendito seas por siempre, Señor. 1.- Bendito seas, Señor, por este pan que nos diste, fruto de la tierra y del trabajo de los hombres.
Todos debemos llevar nuestra lámpara Nadie nos puede suplir en esta tarea
Las melodías de la vida nos acaparan, hasta adormecernos ¿Dormimos, acosados por el confort... o por la crisis, o nuestro corazón vela?
TÚ ERES SEÑOR, EL PAN DE VIDA. 1. Mi Padre es quien os da verdadero Pan del cielo. 2. Quien come de este pan vivirá eternamente. 3. Aquel que venga a mí no padecerá más hambre.
TÚ ERES SEÑOR, EL PAN DE VIDA. 4. Mi carne es el manjar y mi sangre la bebida. 5. El pan que yo os daré ha de ser mi propio Cuerpo. 6. Quien come de mi Carne mora en Mí y yo en Él.
TÚ ERES SEÑOR, EL PAN DE VIDA. 7. Bebed todos de Él que es Cáliz de mi Sangre. 8. Yo soy el Pan de Vida que ha bajado de los cielos. 9. Si no coméis mi Carne no tendréis Vida en vosotros.
TÚ ERES SEÑOR, EL PAN DE VIDA. 10. Si no bebéis mi Sangre no tendréis Vida en vosotros. 11. Quien bebe de mi Sangre tiene ya la Vida Eterna. 12. Mi Cuerpo recibid entregado por vosotros.
nuestros corazones que se han dormido Despiértanos, Señor Despierta, Señor, nuestros corazones que se han dormido en cosas triviales y ya no tienen fuerza para amar con pasión. Despierta, Señor, nuestra sed de ti,
aguas de sabor amargo que no sacian nuestros anhelos diarios. Despiértanos, Señor porque bebemos aguas de sabor amargo que no sacian nuestros anhelos diarios. Despierta, Señor, nuestro anhelo de verte, pues tantas preocupaciones nos rinden y preferimos descansar a estar vigilantes.
nuestra fe dormida, para que dejemos Despiértanos, Señor Despierta, Señor, nuestra fe dormida, para que dejemos de tener pesadillas y podamos vivir todos los días como fiesta. nuestro espíritu,
que sólo se hacen con los ojos abiertos para reconocerte. Despiértanos, Señor porque hay caminos que sólo se hacen con los ojos abiertos para reconocerte. Despierta, Señor, tu fuego vivo. Acrisólanos por fuera y por dentro y enséñanos a vivir despiertos. Ulibarrri Fl.
Señor Jesús, haz que cuando despierte, te pueda contemplar hasta saciarme (Salmo 16,15)