En este día de Pascua, en los confines de la tierra desborden de alegría nuestros corazones.
Que renazca la esperanza, surja con fuerza la vida y brote la paz como fruto granado de la justicia.
Anunciamos la Buena Nueva con la fuerza del Evangelio, con la fortaleza de Jesús de Nazaret, con el Espíritu creador de Nuestro Dios.
Ésta es la noche primera de la creación. Que nos transforma, por la Palabra de Dios, en madrugada de primavera.
Es esta noche, noche segunda, que nos hace pasar de la esclavitud a la libertad, de la servidumbre al servicio. Es la gran noche de la liberación.
Nuestra voz quiere ser grito de esperanza que conmemore una tercera noche, la de Jesús, resucitado al alba del día tercero.
¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?
Es noche de esperanza Es noche de alegría.
¡Cristo ha resucitado! ¡Cristo vive!
Vendrá al amanecer. Cristo en su plenitud. Será el Señor de la montaña.
Cristo ha resucitado. Cristo vive. Juntos celebramos hoy su triunfo, que es el nuestro.