Ayer saqué a JESUS a pasear. Le vi triste y aburrido en el sagrario y le dije : Vámonos a la calle y se vino conmigo. Le costaba trabajo el andar porque en la caja fuerte del sagrario no puede ni estirar las piernas. Se sentía feliz de ver el sol creado por su Padre.

Tuve que enseñarle a respetar los semáforos. Sentía curiosidad por los coches, los bus, la gente que caminaba de prisa.

En Nazaret, me deciá, nadie tenía prisa. Todo era libre.

Le fui enseñando los comercios, los vendedores ambulantes, los que venden lotería. Se detenía para acariciar a un niño en cochecito.

Le hacía mucha gracia los coches infantiles, por que a El siempre le llevaba María en sus brazos.

A veces se me iba para hablar con un mendigo o un drogadicto. El, siempre a lo suyo. También se acercó a una prostituta apoyada en una esquina, esas que irán delante en el reino de los cielos. Se sentía en su salsa y notaba que estaba feliz.

Le llevé a unos grandes almacenes y no sabía subir por las escaleras mecánicas, Lilly.

Entramos en la sección de hombres y no encontramos túnica para El. De todo se asombraba. Daba gusto con El.

Lo mejor fue cuando nos fuimos a un bar a tomar una cerveza. Nunca nadie le había invitado a tomar una cerveza. Aquel bullicio de barmans, de gente que tomaba su café, su bocadillo. Naturalmente que pagué yo, porque El sigue siendo un extranjero y nadie se atreve a invitar a un extraño.

No le enseñé más porque se iba a poner triste y deseaba más que nada que volviera feliz a su sagrario.

La verdad, que nunca me he sentido más feliz que con El al lado cambiando los papeles de MAESTRO, yo enseñando y El aprendiendo de la vida de la gente, lo mismo que en Tierra Santa.

Hija: Quería escenificarte algo transcedental en tu vida espiritual: nada menos que la confianza en Jesús. Sé que le quieres a rabiar, pero hay algo que queda en el aire. Hay un paso que te falta para decir : Tu eres mi amigo con todas las consecuencias y lo eres para siempre. Esa es la confianza con Jesús y todo con una naturalidad total. Ahora ya comprendes mejor el paseo con Jesús. Sácale del Sagrario y llevale contigo sin miedo. Irá encantado. Lo que quiere El es ver gente, hablar con ellos. ¿ No ves que no van a la iglesia ? EL siempre toma la iniciativa. No olvides nunca que es tu AMIGO Y EL AMIGO SIEMPRE SE PONE A TU ALTURA. Recuerda aquellas palabras de San Pablo: «No hizo alarde de su divinidad y pasó como uno de tantos.» Un abrazo : Padre Evencio