Un Moderno Hijo Pródigo. El despertar a una dura realidad.

Un Moderno Hijo Pródigo. Un joven de 18 años influenciado por las malas amistades abandonó el hogar de sus padres, a pesar del ruego y las lágrimas de ellos para que se quedara y terminara sus estudios, y se preparara bien para que entonces pudiera independizarse.

Moderno Hijo Prodigo. Pero más pudieron los consejos de los amigos y las promesas de mucha diversión, libre de las regulaciones de sus padres que le dirigían a hacer tareas y tener buen rendimiento en sus estudios.

Moderno Hijo Prodigo. Pasado los primeros meses el joven se dio cuenta del gran error que había cometido, pues al acabársele los ahorros que tenia, sus “amigos” le abandonaron pues ya no tenia más dinero para brindarles y pagarles las fiestas.

Moderno Hijo Prodigo. Tuvo entonces que trabajar muy duro limpiando baños y barriendo calles para sostenerse a duras penas, llego a dormir en la calle pues los pocos ingresos ya no le daban para pagar la habitación que rentaba, pensaba en regresar a la casa de sus padres, pero solamente de recordar como lloraron y le rogaron que no se fuera, y ahora regresar en este estado le daba tanta vergüenza que resistió el gran deseo de regresar.

Moderno Hijo Prodigo. Pasado un año y medio, una noche de madrugada era tanta la nostalgia de su casa, de los hermosos recuerdos de su familia que no pudo resistir, y pasó por la casa de sus padres y en medio de la oscuridad de la noche se acercó a la puerta y la halló abierta, y no pudiendo resistir echar una ojeada al interior, abrió la puerta y los recuerdos se agolparon en su mente y las lágrimas pugnaban por brotar de sus ojos.

Moderno Hijo Prodigo. Todo estaba igual, aquel olor característico tan especial penetró en su ser, y sin pensarlo quiso ver su habitación, ese lugar tan especial donde tantas veces había soñado un mundo tan diferente al que estaba viviendo, con mucho sigilo subió las escaleras y allí estaba intacta igual que el día en que se había ido, nada había sido cambiado de lugar, llorando se acurrucó en la cama, quiso sentir otra vez esa sensación que tanto había añorado y pensar que todo estaba igual; que nada había cambiado, se recostó y cerró los ojos un instante, pero el cansancio del día y la debilidad lo traicionaron y se quedó dormido.

Moderno Hijo Prodigo. El otro día sus padres se levantaron y observaron que algo había pasado; pues la puerta estaba totalmente abierta, siguieron las huellas de zapatos sucios claramente marcadas en la alfombra hasta la habitación de su hijo y sus corazones dieron un vuelco de alegría al encontrar allí a ¡su hijo! No pudieron evitar bajo la emoción, balbucear algunas palabras, lo que despertó al joven,

Moderno Hijo Prodigo. este muy apenado les dijo: “perdónenme, pero dejaron la puerta abierta por descuido y sólo entré un momento, ya me voy” a lo que su padre le respondió: “No hijo no ha sido por descuido, sino que desde que te fuiste, esa puerta permanece abierta esperando que regreses, es esa nuestra petición a Jesús cada día, no tienes que irte ésta es tu casa, te amamos, te perdonamos”, él llorando se aferró a ellos, confesando cuan equivocado estaba y pidiendo su perdón.