Ella es una mujer de avanzada edad. Viuda desde hace poco tiempo. Ha decidido ir a vivir a una residencia de ancianos. Mientras espera en recepción, una persona le va describiendo su futura habitación: las sábanas, las cortinas de las ventanas... -¡Me encanta!, responde con gran alegría y entusiasmo. -Espere a verlo, le dice la persona que le acompaña...
Eso no tiene nada que ver,- responde ella-. La felicidad es algo que una persona decide con anticipación. El hecho de que me guste o no me guste mi habitación, no depende de cómo sea el lugar, depende de cómo arregle yo mi mente. Y yo ya había decidido, de antemano, que me encantaría.
Es una decisión que tomo cada mañana al levantarme... Estas son mis posibilidades: puedo quedarme en la cama todo el día, pensando en las partes achacosas de mi cuerpo o puedo levantarme, con alegría, y agradecer por las que sí funcionan... Cada día es un regalo y comienzo cada Nuevo día recordando todos los momentos felices que guardo en mi corazón corazón.
La vejez es como una cuenta bancaria.... uno extrae lo que ha depositado en ella.