Berlín. MANUELA VASQUEZ MORENO.
Ya estábamos a 10 minutos de salir de la casa, mi mamá estaba mirando qué se nos quedaba y mi hermanito veía televisión, mientras yo veía las fotos de el último viaje.
Llegamos un poco tarde por el tráfico, cuando llegamos inmediatamente buscamos la aerolínea que nos atendería. Presentamos los boletos y nos fuimos corriendo a la entrada. Pasamos el detector de metales y por fin pudimos pasar.
P ERO LA ALEGRÍA NO DURÓ MUCHO. C UANDO LLEGAMOS A LA PUERTA NOS DIJERON QUE SI ÍBAMOS EN EL VUELO HACIA R USIA, PERO NOSOTROS DIJIMOS QUE NO Y NOS HABÍAMOS DADO CUENTA DE QUE LA PUERTA EN LA QUE ESTABAMOS NO ERA, Y ASÍ CORRIMOS BUSCANDO LA PUERTA Y LLEGAMOS, PERO AL ENTRAR VIMOS QUE EL AVIÓN YA ESTABA DESPEGANDO. H ABÍAMOS PERDIDO EL VUELO.
Tuvimos que esperar 2 horas al siguiente vuelo disponible. Y por fin pudimos ir a Alemania pero no todo fue bonito: había un niño que nos pateaba la silla a mi hermano y a mi, y lo tuvimos que aguantar ya que no paraba aunque la azafata le dijera que lo hiciera. Y cuando bajamos mi hermano y yo estábamos con cara de felicidad
Nos hospedamos en el hotel donde estaba papá y al día siguiente visitamos el Muro de Berlín y la Puerta de Brandeburgo
Después de diez días en Berlín nos devolvimos sin ningún contratiempo y fue uno de los mejores viajes que hemos hecho, exceptuando por el principio, pero bueno.
FIN
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