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Música: “Mirad el dolor”, de la Pasión de Tomás L. de Victoria Clic para Continuar Clic para leer el texto Bíblico Gn 16,

El capítulo 16 del Génesis trae un relato profundo y que nos dice mucho, también para nuestra vida. Cuando uno se larga por el camino de la fe detrás de la promesa de Dios, pueden venir muchas dificultades. Entre estos problemas, una de las tentaciones más bravas es la de la desesperanza, el cansancio, el perder de vista la promesa y quedarse en el camino a realizar las cosas a medias. Siguiente

Y Sara se iba poniendo anciana, y Abrahán también. Dios le había prometido a Abrahán que para ser padre de un pueblo iba a darle de Sara un hijo, y este hijo no llegaba. Siguiente

Puede suceder a veces en la vida, que uno que creyó en Dios, le creyó a Dios y se largó por el camino de la fe, pero luego se encuentre en esta situación de desesperanza y cansancio porque lo que uno deseó y esperó, no llega. Siguiente

Y entonces la tentación sería decirle un día a Tata Dios: -¡Mirá Tata Dios! Yo creo y sé que sos todopoderoso, pero me parece que te has olvidado o no te interesa ya lo que me prometiste. Dejemos las cosas así como están. Tu promesa ya no la espero. Lo que me interesa es que me des esto otro que ahora te pido. Uno deja quizás con dolor su esperanza. Siente tal vez con amargura el fracaso de su fe y se queda medio camino. Siguiente

Así le pasó al pobre Abrahán. Cayó también en esa tentación. Viendo que se ponían viejos y que la promesa de Dios no se cumplía, porque el hijo no venía, y no había ya mucha esperanza humana de que viniera, Sara le propuso a Abrahán un nuevo camino. Nosotros diríamos hoy que le propuso adoptar un hijo alquilando un vientre. Siguiente

Y de esto no se escandalicen. Era la forma que se usaba en aquel tiempo. En algunas ocasiones Dios respetaba la cultura y tradiciones de la época, ya que es un Dios que comparte con el ser humano todas sus vivencias y camina al lado de los hombres, siempre que éstos se lo permitan. A veces un hombre tenía varias esposas. Uno de los métodos más normales era que cuando la esposa de un hombre no podía tener un hijo, entonces ella misma le daba por compañera una concubina, que muchas veces había sido hasta entonces una esclava suya. Y si la esclava quedaba embarazada, el hijo nacido de esa esclava era reconocido oficialmente como hijo de la patrona. No voy a entrar mucho en detalles. Creo que no tenemos que juzgar con la ley evangélica sucesos que pasaron, o se dieron bajo otro tipo de legislación religiosa y social. Lo cierto es que Sara tomó a su esclava Agar y la puso en los brazos de Abrahán para ver si podía, a través de esta esclava, tener un hijo que sería considerado como propio. Siguiente

Por un lado todos valoramos la vida, la amamos y la queremos. Y así nació Ismael. No era el hijo de la promesa. No era el hijo que Dios le había prometido a Abrahán. Y no es porque hubiera nacido de un pecado, ya que según la legislación de aquel tiempo las cosas estuvieron bien hechas. Incluso con generosidad. Pero no estuvieron hechas según el plan de Dios. Siguiente

Sara y Abrahán cayeron el la tentación de la impaciencia. Cayeron en la desesperanza y quizás en eso tan humano de querer arreglar las cosas que uno ve que Dios no quiere arreglar. Solucionar las cosas por propia cuenta, desconfiando que Dios pueda o esté interesado en hacerlo. Y así nació Ismael. Un muchacho a quien Dios también iba a bendecir. También él iba a ser padre de un pueblo, pero que le iba a traer mucho sufrimiento a Abrahán, porque la promesa de Dios no se cumpliría en Ismael. Siguiente

Se iba a cumplir en Isaac, el hijo de Sara: aquel que Dios había prometido. Aquel en quien descansaban las promesas, pero que se hacía esperar más allá de las esperanzas y posibilidades humanas. Siguiente

Porque en la vida sucede a menudo que cuando terminan los posibles humanos, entonces comienzan los posibles de Dios. Los posibles de Dios se dan casi siempre en los imposibles humanos. Y eso cuesta creerlo. Cuesta vivirlo en la fe. Siguiente

Que Dios los bendiga y nos enseñe a dejar nuestra vida en sus manos. Siguiente

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Génesis 16 1 Saray, mujer de Abram, no le daba hijos. Pero tenía una esclava egipcia, que se llamaba Agar, 2 y dijo Saray a Abram: «Mira, Yahveh me ha hecho estéril. Llégate, pues, te ruego, a mi esclava. Quizá podré tener hijos de ella.» Y escuchó Abram la voz de Saray. 3 Así, al cabo de diez años de habitar Abram en Canaán, tomó Saray, la mujer de Abram, a su esclava Agar la egipcia, y diósela por mujer a su marido Abram. 4 Llegóse, pues, él a Agar, la cual concibió. Pero luego, al verse ella encinta, miraba a su señora con desprecio. 5 Dijo entonces Saray a Abram: «Mi agravio recaiga sobre ti. Yo puse mi esclava en tu seno, pero al verse ella encinta me mira con desprecio. Juzgue Yahveh entre nosotros dos.» 6 Respondió Abram a Saray: «Ahí tienes a tu esclava en tus manos. Haz con ella como mejor te parezca.» Saray dio en maltratarla y ella huyó de su presencia. 7 La encontró el Ángel de Yahveh junto a una fuente de agua en el desierto - la fuente que hay en el camino de Sur - 8 y dijo: «Agar, esclava de Saray, ¿de dónde vienes y a dónde vas?» Contestó ella: «Voy huyendo de la presencia de mi señora Saray.» 9 «Vuelve a tu señora, le dijo el Ángel de Yahveh, y sométete a ella.» 10 Y dijo el Ángel de Yahveh: «Multiplicaré de tal modo tu descendencia, que por su gran multitud no podrá contarse.» 11 Y díjole el Ángel de Yahveh: Mira que has concebido, y darás a luz un hijo, al que llamarás Ismael, porque Yahveh ha oído tu aflicción. 12 Será un onagro humano. Su mano contra todos, y la mano de todos contra él; y enfrente de todos sus hermanos plantará su tienda.» 13 Dio Agar a Yahveh, que le había hablado, el nombre de «Tú eres El Roí», pues dijo: «¿Si será que he llegado a ver aquí las espaldas de aquel que me ve?» 14 Por eso se llamó aquel pozo «Pozo de Lajay Roí». Está entre Cadés y Béred. 15 Agar dio a luz un hijo a Abram, y Abram llamó al hijo que Agar le había dado Ismael. 16 Tenía Abram 86 años cuando Agar le dio su hijo Ismael. Volver