“Celos, son celos, no importa dónde” Miguel-A.
Después de una larga enfermedad, un hombre muere, y llega ante los portones del cielo. Mientras espera a la apertura de las puertas por parte de San Pedro, ve a través de las rejas a sus padres, amigos, y a todos los que habían partido hacia la otra vida antes que él, sentados a una mesa saboreando un banquete maravilloso.
- ¡Qué lugar tan lindo! -le comenta a San Pedro cuando le abre la puerta-. ¿Qué tengo que hacer para ser admitido?. - Simplemente, yo voy a decir una palabra -contesta San Pedro-, y, si usted la deletreara correctamente a la primera, podrá entrar. Si no, habrá de ir directamente al infierno. - De acuerdo. ¿Cuál es la palabra?. - La palabra es "amor".
El hombre deletrea correctamente la palabra, y San Pedro le abre los portones del cielo. Un año después, cierto día, San Pedro le pidió por favor que vigilara los portones durante unas horas, pues él tenía que hacer un viaje. Para su sorpresa, aquel día aparece su mujer ante las puertas del cielo. - ¡Hola! ¡Qué sorpresa! -le saluda-. ¿Cómo estás?.
- Ah!, pues he estado muy bien desde que tú falleciste - responde la mujer-. Me casé con aquel atractivo doctor que te cuidó hasta tus últimos días, y hemos sido muy felices. Además, me tocó la lotería, y me hice millonaria. Vendí la casa donde vivíamos, y compré una mansión en el mejor barrio de la ciudad. Por supuesto, mi nuevo marido y yo dejamos de trabajar para vivir de las rentas, y viajamos por todo el mundo. Justamente, ahora estábamos de vacaciones por Canadá... cuando decidimos ir a esquiar: Me caí... el esquí saltó por los aires... me cayó en la cabeza... y aquí estoy.
Para poder entrar, voy a decirte una palabra. Si la deletreas correctamente a la primera, podrás entrar, pero si fallaras, irías, directa y sin posibilidad de apelación, al infierno. Y bien, ¿cuál es esa palabra?.
"Schwarzeneger". ¡¡¡...!!! ¡¡Serás cabrón!!