“Tocarse los huevos” Miguel-A.
Los empleado estatales, llamados funcionarios, forman una enorme plantilla de trabajadores. Esta fuerza, unida, les acarrea privilegios que cualquier otra clase trabajadora ni siquiera sueña obtener a corto ni a medio plazo: como trabajar 5 días fijos por semana (de lunes a viernes), y solamente de mañana, sin turnos. Aunque, por supuesto, hay funcionarios comprometidos, no es buena su fama como trabajadores. Es evidente en cualquier trámite que hayamos de realizar ante la Administación. Y el/la atendiente de ventanilla puede ser muy atento/a, pero falla la organización superior a él/ella.
Llega un joven, pidiendo trabajo, a una oficina del gobierno. El encargado de recursos humanos le recuerda que los sistemas de contratación fija son por oposiciones. Sin embargo, en aquel preciso momento, aquella agencia administrativa tiene aprobación para cubrir una vacante, provisionalmente, de forma interina. Y, a tal efecto, le cita para el día siguiente a las once de la mañana con el fin de realizarle una entrevista.
Casi al final de la entrevista, el encargado de recursos humanos le pregunta al joven si posee alguna anormalidad personal. Éste se queda sorprendido, y duda entre dar, o no, respuesta. Por fin, en tono avergonzado, contesta: - Bueno... sí... debido a un accidente, tuvieron que extirparme los testículos. - Mire amigo -responde el entrevistador-, el no tener testículos no es impedimento para trabajar. Está usted contratado. El horario laboral en la oficina es de 8 de la mañana a 3 de la tarde. Sin embargo, usted tiene permiso para venir a las 9 de la mañana.
- Yo no necesito horario especial -contesta, un tanto avergonzado y sorprendido, el aspirante a empleado-. Le he dicho que lo que no tengo son testículos, ¡pero capacidad de trabajo sí tengo!.
- ¡Sí, ya! Ya sé, amigo -le responde-. Pero es que, aunque entramos a las 8, en esta oficina, hasta las 9 de la mañana los empleados se tocan los huevos. ¡Por lo que usted, hasta las 9, no tiene nada que hacer aquí!.