Había una vez un señor que era millonario y se llamaba Agapito, le apeteció comprar dos cuadros, “Impresión Sol Naciente” y otro al azar. A los 4 ó 5 días se empezaron a oír ruidos. A la mañana siguiente de escuchar los ruidos fue a comprar cámaras, esa noche durmió como un bebé entonces no se enteró de nada. Miro en las cámaras y vio que salían los personajes de los cuadros.
Agapito fue a el museo Pakefeva a denunciarles y se lo contó todo, pero no se lo creyeron. Agapito les enseñó las pruebas, pero pensaron que él tenía que ir a un psicólogo y allí los dibujos de los niños los confundía con sus cuadros.
Por el camino se encontró con una chica muy amable y a la vez guapa se llamaba Agapiturra
Agapiturra se creyó lo de los cuadros, le dio bastante pena. Juntos fueron a la mansión y hablaron con los cuadros. Los personajes les explicaron que era muy aburrido estar quieto en un cuadro. Agapiturra les preguntó a donde iban y ellos contestaron: -Al museo de fiesta
Desde entonces un día a la semana iban al museo de…