CONCEPTOS DE PSICOANÁLISIS

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Transcripción de la presentación:

CONCEPTOS DE PSICOANÁLISIS

PRIMERA TÓPICA INCONSCIENTE PRECONSCIENTE CONSCIENTE

SEGUNDA TÓPICA SUPERYO YO ELLO

EDIPO MADRE PADRE HIJO

El NOMBRE – DEL – PADRE Y LA METÁFORA PATERNA Es un significante, no se trata del padre en cuanto persona, sino del significante en cuanto otorga a la función del padre un lugar en la estructura del Edipo Es una estructura legal que pre existe al sujeto. Es legal por cuanto prohíbe algo y por el orden que impone (distribución de lugares) El NOMBRE –DEL- PADRE es el fundamento de la ley

PRIMER TIEMPO La metáfora paterna actúa por cuanto la primacía del falo es instaurada en el orden de la cultura La metáfora paterna en la madre condena a ésta a la metonimia del deseo. En tanto el falo funciona como la razón del deseo, el hijo creerá detener la metonimia del deseo materno, planteándose como la razón: el falo. La madre encarna el lugar del Otro, aparece como no condicionada por ninguna ley

SEGUNDO TIEMPO El padre aparece como omnipotente haciendo tambalear la supuesta omnipotencia materna del primer tiempo. Se trata de la ley del puro capricho, de la ley del privador. El padre privador se presenta como falo Es la ley para los otros, el padre se excluye Ante este imperativo el sujeto no tiene ningún lugar, ya que quien lo enuncia no está incluido en lo que dice y es imposible tener un lugar frente a ningún lugar.

TERCER TIEMPO El padre aparece como permisivo y donador. Se trata del padre castrado, sometido él mismo a la ley que transmite, puede asegurar un pacto legal en el que la castración será el castigo del incesto y en el que también se asegura la castración de la madre. Se trata aquí del padre que tiene el pene, como referencia de la diferencia sexual entre hombres y mujeres Funcionarán como significantes de referencia de la identificación del ideal del yo aquellas insignias que permiten al sujeto asumir el tipo ideal de su sexo.

Castración Castración de la madre: En el 1º tiempo la madre es considerada como poseedora del falo. En el tercer tiempo el padre demuestra ser el poseedor del falo, por lo que se ve a la madre en falta Castración del Sujeto: El $ renuncia a SER el falo de la madre y opera la falta Síntoma Formación de compromiso entre el ello y el superyó como satisfacción sustitutiva

GOCE Es la satisfacción y sufrimiento al mismo tiempo placer displacer Pr. placer Es la satisfacción y sufrimiento al mismo tiempo

la pulsión La pulsión es el montaje de cuatro términos: Presión (También llamada perentoriedad o esfuerzo) Es una tendencia a la descarga Fuente o zona erógena Es un borde, no un tracto y su satisfacción está en el retornar a la fuente, no en la fuente sino en el trayecto de ida y vuelta. Objeto Algo alrededor de lo cual gira la pulsión Fin Es la descarga de la presión, pero no en el objeto, sino en la articulación significante

La fórmula $  D : LA PULSIÓN La fórmula de la pulsión es la implicación recíproca entre la tachadura del sujeto y la insistencia de la demanda. La pulsión es efecto de la demanda del Otro de que el sujeto demande. La insistencia de estas demandas (del $ y del Otro) en tanto siempre fallan en el encuentro con el objeto, es lo que produce la pulsión. Las demandas del Otro hieren el cuerpo en sus agujeros. La insistencia repetitiva tendrá siempre efectos en los bordes del cuerpo. Es la madre la que despierta la sexualidad al erogeneizar zonas del cuerpo.

Objeto de la pulsión Sería en un principio, mítico, el objeto de la necesidad, pero sólo a condición de agregar: en tanto encuentro fallido del mismo. En este sentido la pulsión lo “presentifica” lo hace aparecer como presente aunque esté perdido. Por otra parte la pulsión aparece opuesta al placer, entonces el principio del placer es la cadena significante que ordena la pulsión. La cadena significante tiene lagunas dejadas por el objeto a. La pulsión implica goce y el principio del placer ordena gozar lo menos posible.

Pulsión sexual como parcial En el psiquismo no existe algo que represente la totalidad de la sexualidad, no existen indicadores que sitúen al sujeto como hombre o como mujer. Sólo se representan por su equivalente actividad – pasividad. El amor es siempre recíproco y se da en el campo del narcisismo, mientras que en el campo de la pulsión se remite a las tres voces gramaticales (activa, refleja, pasiva) La pulsión en tanto parcial y activa no representa la totalidad de la sexualidad, entonces se sabe qué hacer como hombre o mujer a partir de l Edipo.

Dos carencias en la sexualidad Carencia real en relación a la reproducción sexuada, marcada por la muerte individual. Uno engendra una vida, pero no puede evitar su propia muerte. Carencia que se articula en función de la constitución del sujeto con relación al Otro, carencia que se determina desde el orden simbólico. Es por estas dos carencias que hace su entrada, de modo paradójico, la sexualidad en el campo del sujeto. No hay un significante hembra, no hay masculino - femenino. La pulsión presentifica la sexualidad en el inconsciente y representa fundamentalmente la muerte (eros – tanathos)

FANTASMA Se debe diferenciar de fantasía (demasiado ligada a un producto de la imaginación) y borrar toda posible metonimia con espectros y apariciones. Las tres voces de la pulsión son activa, refleja y pasiva. En la pasiva (ej: hacerse pegar) el propio sujeto se sitúa como determinado, de manera tal que esta determinación del sujeto es el fantasma. El tercer tiempo de la gramática pulsional sitúa al sujeto con relación al Otro en una frase, siempre la misma, y dicha frase es el fantasma.

La primera posición del sujeto con relación al Otro es la de objeto, para satisfacer algo que se supone como deseo del Otro. El fantasma es la estrategia para localizar un objeto apto para el goce, lo cual no quiere decir que se lo encuentre. En los dos primeros tiempos (de la pulsión) no hay posición del sujeto y no hay interrogación al Otro. En el tercer tiempo el fantasma actúa como respuesta a la pregunta ¿Qué me quiere el Otro? , intentando detener el capricho del deseo del Otro. Ante el capricho, ante lo imposible de descifrar qué es el deseo del Otro, el fantasma es un axioma que dice: ES ESTO.

Fórmula del fantasma Consta de tres elementos: $ Sujeto barrado o dividido, así constituido en función del inconsciente, dividido entre los significantes. ◊ La losange: Es el articulador que define la relación lógica entre los dos términos. Lo que está en juego es la implicación recíproca entre la división del sujeto y el resto El objeto a: Objeto perdido, como causa de deseo

El fantasma como ventana El fantasma funciona como un marco, como una ventana. Las ventanas enmarcan lo que se da a ver, no están hechas para pasar de un lugar a Otro, sino para detener el acceso a un horror fundamental. El fantasma es el sostén del deseo. A nivel goce, del más allá del principio del placer, es una estrategia para abordarlo desde las condiciones mismas del principio del placer. Permite cumplir el mandato de gozar lo menos posible.

El fantasma neurótico El neurótico identifica el falo simbólico con la Demanda del Otro. En vez de haber una falta en el Otro, que sería el objeto a, hay un pedido del Otro, es decir, que la estrategia del neurótico consiste en sustituir el objeto a por la demanda, el deseo del Otro por su demanda. El neurótico, entonces, plantea una demanda como posible de satisfacer. El fracaso de esta estrategia, la aparición del objeto a, hará perder al fantasma su función de enmascarar la angustia.

La angustia El lugar de la angustia es exactamente el mismo que del fantasma Es esencial la relación de la angustia con el deseo del Otro. El deseo del hombre es el deseo del Otro, y al hablar del deseo del Otro se menciona su falta. La angustia se refiere a no saber qué espera el Otro de mí

Relación del fantasma con la angustia El fantasma es una defensa contra la angustia, la recubre. El sujeto se instituye por la falta que lo hace desear, la angustia no es la señal de una falta, sino la señal de una carencia de apoyo de la falta. La angustia no es sin objeto, pero eso no implica decir qué objeto es. La angustia es ante algo, ese algo es del orden de lo irreductible de lo real. Se devela el objeto a, la imagen i cuya pregnancia se debía al encubrimiento de la falta, ya no se sostiene.

La angustia entonces surge en el sujeto ante la posibilidad de ser abolido como moi, reducido a ser un puro a para la falta del Otro. Si el sujeto se encontrara enfocado por ese oscuro deseo del Otro, deseo fuera de toda ley y de todo límite, estaría reducido a un ser puro a en tanto real. Por eso el fantasma protege de la angustia, ofreciendo un punto de detención a la metonimia permanente del deseo del Otro.

Presentación ESTRUCTURAS

Estructura para Lacan Lacan tuvo mucha influencia de la teoría estructuralista, además de relacionarlo con las matemáticas diciendo que “una estructura es en primer lugar un grupo de elementos que forman un conjunto covariante” De modo que los elementos no interactúan sobre la base de propiedades intrínsecas o propias, sino en virtud de las posiciones que ocupan en la estructura.

Las tres estructuras Lacan diferencia tres categorías: Neurosis Psicosis Perversión Su originalidad reside en que él considera que estas categorías son estructuras, y no sencillamente colecciones de síntomas. Las tres estructuras son mutuamente excluyentes; un sujeto no puede ser, por ejemplo, neurótico y psicótico al mismo tiempo.

Cada estructura se distingue por una operación diferente: Estas tres principales estructuras clínicas son todas las posiciones posibles del sujeto en relación con el Otro. Cada estructura se distingue por una operación diferente: Neurosis: Represión Perversión: Renegación Psicosis: Forclusión Uno de los axiomas fundamentales del psicoanálisis es que la estructura clínica del sujeto queda determinada por sus experiencias en los primeros años de vida.

El psicoanálisis se basa en una hipótesis del período crítico en el cual se determina su estructura, son los primeros años de vida. Aunque no está claro cuánto dura este período, se afirma que después de él la estructura clínica queda fijada para siempre, y resulta imposible cambiarla. Por ejemplo, ni la cura ni ningún otro tipo de tratamiento puede convertir a un psicótico en un neurótico.

Posiciones en relación al deseo del Otro Se puede distinguir entre las tres estructuras clínicas a partir de la relación DM/x, se trata de las posiciones del sujeto (x) en relación al deseo del Otro: Neurosis: síntoma Perversión: falo de la madre Psicosis: objeto del fantasma materno

Neurosis El niño cobra el valor de síntoma : el Nombre del – Padre se inscribe limitando el goce materno. El síntoma del niño se encuentra en el lugar desde el que puede responder a lo que hay de sintomático en la estructura familiar, puede representar la verdad de lo que es la pareja en la familia. La consulta de los padres se produce cuando algo que sucede en el niño los angustia, pero frecuentemente encontramos cierta discordancia entre lo que dicen los padres y la consulta del niño.

Ej: Un niño lloraba todas las noches Ej: Un niño lloraba todas las noches. La madre trae a consulta la historia del padre muerto de SIDA que murió ocultando su enfermedad, el secreto es un peso terrible para ella. El niño también trae su secreto: está enamorado de una compañera de colegio y no es correspondido. Una vez alojado este secreto fuera del saber materno desaparece su angustia. La indignación frente al secreto de la muerte permanece del lado de la madre. El niño tiene su padre: cada noche se dirige a él en sus plegarias para confiarle sus secretos.

Psicosis El nombre del padre está forcluido y el niño queda identificado al objeto de goce del fantasma materno : $  a Ej: Un niño psicótico de 6 años relata el siguiente sueño: soñé con un objeto que me miraba y me volví una piedra, no podía hablar más ni moverme. Soñé que era un objeto en el castillo de las sombras. Mamá se durmió y en el sueño de mamá ya no era un niño, me transformé en un objeto y ya no estaba allí.

Otro ejemplo de psicosis: Un niño desencadena una psicosis a los 3 años, pierde todas sus adquisiciones evolutivas: no juega, no habla, se vuelve enurético y se masturba compulsivamente. No para de comer y beber hasta vomitar. Las únicas palabras que pronuncia son de un menú de comida. La madre cuenta un sueño repetido que ella tuvo, en la primera parte compra mucha comida, en la segunda ve al niño cuidado por su propio padre, pero teme que le pueda suceder algo malo.

Esta mujer incorpora un objeto oral sin introducir ninguna discontinuidad con lo que come: es un fantasma de devoración. El niño se sitúa frente a este fantasma como una boca que come, realiza en lo real lo que la madre sueña angustiada: una boca que devora De allí que las palabras que pronuncia son una lista de una comida infinita, que sólo puede detenerse devorándose a sí mismo. El niño como condensador de goce hace presente un real no simbolizable.

Perversión El niño es identificado por la madre con el falo, por lo que la falta queda obturada. El niño se vuelve instrumento de goce del Otro. Para Lacan todo el problema de las perversiones consiste en concebir cómo el niño se identifica con el objeto imaginario de ese deseo en cuanto que la madre misma lo simboliza el falo.

Ej: La madre de André Gide, representante de la madre ideal que se ocupa con devoción de su hijo luego de la muerte del marido y renuncia a su sexualidad, provocó en su niño una repulsión del deseo que hace que busque una salida por el lado de sus prácticas pedófilas. Lo que se debe captar no es tanto la relación del niño con el ideal materno, sino la manera en que fue objeto para la madre.

NEUROSIS

HISTORIA Neurosis fue originalmente un término psiquiátrico En el siglo XIX llegó a designar toda una gama de desórdenes nerviosos definidos por una amplia variedad de síntomas Freud lo utiliza de diversos modos, a veces con un carácter general, aplicándolo a todos los trastornos mentales en sus primeras obras, y a veces con referencia a tipos patológicos específicos (en oposición a psicosis)

En la obra de Lacan la palabra Neurosis siempre aparece en oposición a Psicosis y perversión, y no se refiere a un conjunto de síntomas, sino a una particular estructura clínica. Este uso del término cuestiona la distinción de Freud entre neurosis y normalidad. Freud basa esta distinción sobre factores exclusivamente cuantitativos, no estructurales.

La nosología lacaniana identifica tres estructuras clínicas (neurosis, psicosis y perversión) no hay ninguna posición de “salud mental” que pueda denominarse normal. La estructura normal, en el sentido de lo que se encuentra en la mayoría estadística de la población es la neurosis y la “salud mental” constituye un ideal ilusorio de totalidad que no puede alcanzarse nunca porque el sujeto está esencialmente escindido (dividido)

Mientras que Freud ve la neurosis como una enfermedad que se puede curar, para Lacan es una estructura de modificación imposible. La meta del tratamiento no es la erradicación de la neurosis sino la modificación de la posición del sujeto ante la neurosis. Según Lacan la estructura de una neurosis es esencialmente una pregunta. La neurosis es una pregunta que el ser le formula al sujeto. Las dos formas de neurosis (histeria y neurosis obsesiva) se distinguen por el contenido de la pregunta.

¿Soy un hombre o una mujer? Pregunta en la histeria.- Se relaciona con el propio sexo, la identidad sexual: ¿Soy un hombre o una mujer? ¿Qué es ser una mujer? Pregunta en la neurosis obsesiva.- Tiene que ver con la propia existencia: ¿Ser o no ser? ¿Existo o no existo? Estas preguntas (de la histeria y la neurosis obsesiva) son las preguntas finales que no tienen solución en el significante. Esto es lo que les da a los neuróticos su valor existencial.

HISTERIA

HISTORIA Como categoría viene de la antigua medicina griega que la concebía como una enfermedad de la mujer provocada por el vagabundeo del útero en el cuerpo En griego HYSTERON significa útero El término adquirió un lugar importante en psiquiatría en el siglo XIX, sobre todo en la obra de Jean Martin Charcot, maestro de Freud.

En el curso del tratamiento de pacientes histéricas en la década de 1890 fue donde Freud desarrolló el método psicoanalítico (asociación libre) y comenzó a dar forma a los principales conceptos de la teoría psicoanalítica. El primer historial realmente psicoanalítico de Freud describió el tratamiento de una histérica conocida como Dora.

Sintomatología Incluye síntomas físicos tales como parálisis locales, dolores y anestesias para los cuales no se encuentra ninguna causa orgánica Estos síntomas se articulan en torno a una “anatomía imaginaria” que carece de relación con la estructura real del sistema nervioso.

La histeria como estructura Lacan no define la histeria como un conjunto de síntomas, sino como una estructura. Esto significa que un sujeto puede no presentar ninguno de los síntomas corporales típicos de la histeria y no obstante ser diagnosticado como histérico por un psicoanalista lacaniano. Al igual que Freud, Lacan considera la histeria como una de las dos principales formas de neurosis (junto a la neurosis obsesiva)

La pregunta en la Histeria Lacan desarrolló la idea de que la neurosis tiene la estructura de una pregunta, y que lo que diferencia la histeria de la neurosis obsesiva es la naturaleza de esa pregunta. Mientras que la neurosis obsesiva tiene que ver con la pregunta por la existencia del sujeto, en la histeria el sujeto se pregunta por su posición sexual.

“¿Soy un hombre o una mujer?” Esta pregunta puede formularse como: “¿Soy un hombre o una mujer?” O más precisamente: “¿Qué es ser una mujer?” Esto vale para los histéricos de ambos sexos Lacan reafirma la antigua idea de que existe una vinculación íntima entre la histeria y la feminidad. La mayoría de los histéricos son mujeres, así como la mayoría de los neuróticos obsesivos son hombres.

Estructura del deseo La estructura del deseo como deseo del Otro aparece en la histeria con más claridad que en cualquier otra estructura clínica; el histérico es precisamente alguien que se apropia del deseo del otro identificándose con él. Por ej. Dora se identifica con el Sr. K al desear a la Sra. K. , toma como suyo propio el deseo que percibe en él. Sin embargo, la histérica sólo sostiene el deseo del Otro con la condición de no ser ella el objeto de ese deseo

NEUROSIS OBSESIVA

HISTORIA Fue primero aislada como una categoría diagnóstica específica por Freud. Al hacerlo, agrupó una serie de síntomas descritos desde mucho tiempo antes, pero vinculados a una variedad de categorías diagnósticas diferentes Entre tales síntomas se contaban las obsesiones (ideas recurrentes), los impulsos de realizar acciones que al propio sujeto le parecían absurdas, abominables o ambas cosas y los rituales (acciones repetidas compulsivamente como lavarse)

Si bien Lacan considera que esos síntomas son típicos de la neurosis obsesiva, dice que la expresión o designa un conjunto de síntomas, sino una estructura subyacente que puede o no manifestarse en los síntomas típicamente asociados con ella. De modo que el sujeto bien puede no presentar ninguno de los síntomas obsesivos típicos, y no obstante ser diagnosticado como neurótico obsesivo por un analista lacaniano. Siguiendo a Freud, Lacan clasifica la neurosis obsesiva como una de las principales formas de neurosis.

La pregunta Tiene que ver con la contingencia de la propia existencia; es la pregunta sobre la muerte , que puede formularse como: ¿Ser o no ser? ¿Estoy muerto o vivo? ¿Por qué existo? La respuesta del obsesivo es trabajar febrilmente para justificar su existencia (lo que también da testimonio de la especial carga de culpa que el obsesivo experimenta)

El obsesivo realiza algunos rituales compulsivos porque piensa que le permitirán huir de la falta en el Otro, de la castración del Otro, que en el fantasma suele representarse como un desastre terrible. Por ej. En el caso del hombre de las ratas el paciente había desarrollado rituales compulsivos que ponía en obra para rechazar el miedo a que se infligiera un castigo terrible a su padre o su amada

Lacan llama también la atención sobre el modo en que la pregunta del neurótico obsesivo acerca de la existencia y la muerte tiene consecuencias en su actitud respecto del tiempo. Esta actitud puede ser de perpetua vacilación y posposición mientras aguarda la muerte o considerarse inmortal porque uno ya está muerto. Otros rasgos de la neurosis obsesiva que Lacan comenta son el sentimiento de culpa y la estrecha vinculación al erotismo anal.

PERVERSIÓN

Definición según Freud Para Freud perversión toda forma de conducta sexual que se desviaba de la norma de cópula genital heterosexual Sin embargo, esta definición es problematizada por las propias ideas de Freud sobre la perversión polimorfa de toda la sexualidad humana, que se caracteriza por la ausencia de un orden natural dado de antemano.

La perversión para Lacan Lacan supera el impasse de la teoría freudiana al definir la perversión no como una forma de conducta, sino como una estructura. La distinción entre actos perversos y estructura perversa implica que, si bien hay ciertos actos sexuales estrechamente asociados con estructuras perversas, es también posible que tales actos sean realizados por sujetos no perversos y que un sujeto perverso nunca realice tales actos en la realidad.

Estructura perversa Una estructura perversa sigue siendo perversa incluso cuando los actos asociados con ella sean socialmente aprobados. Ej. Un homosexual perverso en la antigua Grecia seguía siendo perverso aunque la homosexualidad haya sido ampliamente aceptada. Lacan caracteriza la estructura perversa de dos modos principales: El falo y la Renegación La pulsión

El falo y la Renegación La perversión se distingue de las otras estructuras clínicas por la operación de la Renegación. El perverso reniega de la castración; percibe que la madre carece de falo, y al mismo tiempo se niega a aceptar la realidad de esa percepción traumática. Esto es más evidente en el fetichismo, en el que el fetiche es un sustituto simbólico del falo faltante en la madre.

La relación problemática con el falo no es exclusiva del fetichismo, sino que se extiende a todas las perversiones. Todo el problema de las perversiones consiste en concebir de qué modo el niño, en su relación con la madre se identifica con el objeto imaginario del deseo de ella, es decir el falo. A esto se debe que el triángulo imaginario pre - edípico desempeñe un papel tan importante en la estructura perversa.

La pulsión La perversión es también un modo particular que tiene el sujeto de situarse en relación con la pulsión. En la perversión el sujeto se sitúa como objeto de la pulsión, como el medio para el goce del otro. Esto implica invertir la estructura del fantasma, razón por la cual la fórmula del fantasma en la perversión aparece como: a  $

El perverso asume la posición del objeto – instrumento de una voluntad – de – goce que no es suya propia, sino del gran Otro. El perverso no realiza su actividad para su propio placer, sino para el goce del gran Otro. Encuentra goce precisamente en esta instrumentación, en trabajar para el goce del Otro. Ej. En el exhibicionismo y voyeurismo, el perverso se ubica como el objeto de la pulsión escópica En el sadismo y masoquismo el sujeto se sitúa como objeto de la pulsión invocatoria.

El perverso es la persona en quien la estructura de la pulsión se revela con mayor claridad y también la persona que lleva al límite el intento de ir más allá del principio del placer. Va tan lejos como puede en la senda del goce. Desde el punto de vista del desarrollo genético, la perversión está en el mismo nivel que la neurosis; ambas han alcanzado el tercer tiempo del complejo de Edipo. Por lo tanto tienen la misma riqueza dimensional.

Mientras que la neurosis se caracteriza por una pregunta, la característica de la perversión es la falta de pregunta; el perverso no duda de que sus actos sirven al goce del Otro. Por ello es extremadamente raro que un sujeto perverso pida análisis, y en los pocos casos en que lo hace, no se debe a que trate de cambiar su modo de goce. El perverso no puede asumir la posición de alguien que no sabe, frente a un Sujeto supuesto saber

Sin embargo, ha habido casos donde se ha dado la transferencia en sujetos perversos. De modo que a juicio de Lacan los sujetos perversos pueden tratarse en el mismo nivel que los neuróticos, aunque, desde luego, habrá diferentes problemas en la dirección de la cura. Una consecuencia importante es que la cura de un sujeto perverso no establece como su objetivo la eliminación de la conducta perversa.

PSICOSIS

HISTORIA El término psicosis surgió en psiquiatría en el siglo XIX como designación de la enfermedad mental en general. Durante la vida de Freud llegó a aceptarse globalmente una distinción básica entre la neurosis y la psicosis; la psicosis designaba las formas extremas de enfermedad mental y la neurosis los trastornos menos graves. El interés de Lacan por la psicosis es anterior a su interés por el psicoanálisis.

La psicosis como estructura La psicosis es definida como una de las tres Estructuras clínicas, caracterizada por la operación de la forclusión. En la forclusión el Nombre-del-Padre no es integrado en el universo simbólico del psicótico, con el resultado de que en el orden simbólico queda un agujero. La estructura psicótica resulta de una cierta disfunción del Complejo de Edipo, una falta en la función paterna, más específicamente, en la psicosis la función paterna se reduce a la imagen del padre (lo simbólico es reducido a lo imaginario)

Para que aparezca un fenómeno psicótico se requieren dos condiciones: En el psicoanálisis lacaniano es importante distinguir entre psicosis, que es una estructura clínica y fenómenos psicóticos tales como el delirio y la alucinación. Para que aparezca un fenómeno psicótico se requieren dos condiciones: El sujeto debe tener una estructura psicótica El Nombre – del – Padre tiene que ser llamado en oposición simbólica al sujeto Es entonces posible que un sujeto tenga estructura psicótica y sin embargo nunca desarrolle delirios ni experimente alucinaciones. Cuando se cumplen ambas condiciones la psicosis se desencadena y se manifiesta en alucinaciones, delirios, etc.

Los fenómenos del lenguaje más notables en la psicosis son los trastornos del lenguaje y Lacan dice que su presencia es una condición necesaria para cualquier diagnóstico de psicosis. Entre los trastornos del lenguaje sobre los que Lacan llama la atención se encuentran las holofrases y el empleo profundo de neologismos, que pueden ser palabras totalmente nuevas acuñadas por el psicótico o palabras ya existentes que el psicótico redefine.