Río Jordán
Si el azul del cielo fuera pista de ida y vuelta y sin peaje yo en libertad volaría por encima del histórico bíblico río Jordán.
Sería a la hora misma que empieza el amanecer que es cuando sube en plegaria la oración sálmica a Yahvé.
El agua bautismal del sagrado río Jordán antes de ser agua clara fue nieve muy limpia y blanca en los altos del Golán.
Y antes que el ascético y valiente profeta Juan bautizara a Cristo en el Jordán ya el agua serenamente marchaba hacia el Mar de la Sal.
Pero arribando a Kinneret, de nombre Genesaret, de vida y belleza colmaba al apostólico y bíblico lago que un no lejano día púlpito evangélico sería de Jesús de Nazaret.
Quien visite hoy Tierra Santa preciso es que se purifique en las aguas del Jordán, de recuerdo bautismal, y que se quede a escuchar en Kinneret, también llamado Genesaret, la Palabra del Cristo que es Dios y salva, Jesús, el de Nazaret.