El mes de Diciembre nos enfrenta a acontecimientos que de alguna manera nos exigen una gran parte de nuestra atención y que no pueden pasar desapercibidos no sólo por su impacto en nuestra vida cotidiana sino por su profundo contenido. Primero la culminación del Mes de María, la Madre de todas las madres juntas, modelo de sencillez y pureza en su estilo de vida. Nos hemos dado tiempo para meditar como su santidad puede impulsar nuestra santidad en nuestra vida diaria y hemos trabajado la oración y el compartir comunitario como homenaje permanente a la mujer con esa plenitud de gracia inigualable. Si no lo hicimos, aún tenemos tiempo, Ella entenderá. El segundo acontecimiento es Navidad. Pareciera que nos invade una gran confusión. Parece que entre los arbolitos de Navidad, Santa Claus, el Viejito Pascuero o los Reyes Magos; los adornos, las fiestas, la comida, la bebida y los regalos, no nos damos cuenta que Navidad no tiene que ver con los regalos sino con el “ regalo”. Dios Padre nos envió un “regalo”, nos envió a su Hijo al mundo para perdonar nuestros pecados y salvarnos de la condenación eterna y mostrarnos que por causa del pecado la tierra estaba en tinieblas y....con Jesús llegó la Luz, para alumbrar los corazones. "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo unigénito, para que todo aquél que en El cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" Juan 3:16 Muchas veces nos preguntamos por qué las fiestas de Navidad son tan especiales y tienen ese no se qué de nostalgia que ablanda el corazón del mas duro. Muchos en estas fiestas piensan en la familia, en las personas alejadas, se dejan de lado las peleas y los distanciamientos, es momento de reflexión y parece que el corazón quisiera expresar con lagrimas lo hermoso de la vida y de los hombres. Lo hemos sentido y compartido todo, el secreto es que la Navidad es eso, una suave caricia de Dios en el Corazón de los hombres y un corazón que se deja tocar por Dios es un corazón cargado de todo ese sentimiento que no se puede explicar con palabras, sino con lagrimas. Querido hermanos, que en esta Navidad, cobijados en el regazo maternal de María, Dios acaricie nuestros corazones y que el Nacimiento sea el nacimiento de nuevas esperanzas y proyectos para seguir juntos cumpliendo con la Misión que nos ha sido encomendada entre los hombres. Que esta Navidad, nos de la Luz suficiente para que podamos compartirla con todas esas personas que están en la Frontera y podamos juntos disfrutar de esa admirable y divina claridad. Permite que tu corazón sea alumbrado en esta Navidad y recibe al mas valioso de los regalos : Jesús...el Nazareno, el Regalo de Dios al mundo y con Él, tu salvación. Feliz Navidad y un Año 2008 en familia, lleno de fe y trabajo por el Reino de los Cielos y también de la Tierra. Fraternalmente en el carisma de los Encuentros de Papás en el Espíritu Santo, sus servidores : Lucio P. BacianL. Javier Santibáñez Marcos Gómez A. Alberto Cataldo Queridos hermanos(as) Comunidades Cristianas de Encuentros en el Espíritu Santo Presente E C O E P E