“Confusión de abreviaturas” Miguel-A. “Confusión de abreviaturas”

Una familia Inglesa pasaba sus vacaciones en Escocia y, durante uno de sus paseos, observaron una pequeña casa de campo, que les pareció bien para sus próximas vacaciones. Preguntaron por el propietario, y resultó ser el Pastor de la Iglesia Anglicana. Se dirigieron a él para que les mostrara la finca. Y, amablemente, lo hizo. Tanto por su situación, como por su comodidad les gustó la casa, y se comprometieron a alquilarla el próximo verano.

Ya de regreso a Inglaterra, repasaron con la memoria todas las habitaciones, dándose cuenta entonces que no les habían enseñado el W.C. Dado lo meticulosos que son los británicos, decidieron escribir inmediatamente al Pastor rogándole les indicara dónde estaba situado tan imprescindible lugar:

Muy Sr. mío: Hace unos días, visitamos su casa de campo con la idea de alquilarla, y fue de nuestro agrado. Nuestra carta de hoy es únicamente para rogarle se sirva indicarnos donde se halla situado el W.C., ya que con las prisas, se nos olvidó preguntarle por dicho lugar. Sin más por hoy, le saludan...

El Pastor recibió la carta y, al desconocer la abreviatura W. C El Pastor recibió la carta y, al desconocer la abreviatura W.C., creyó que tan importante lugar sería Well Chapel, de la cual era párroco, y contestó:

Estimados señores: He recibido su carta pidiendo informes sobre el lugar donde está emplazado el W.C. Con pesar, debo decirles que se encuentra a 12 kilómetros de la casa. Lo cual es demasiada distancia si se tiene la costumbre de acudir con frecuencia. Algunos llegan tarde. Es conveniente llegar temprano. El lugar es amplio. Es el único para toda la comunidad. Tiene cabida para 100 personas sentadas y 400 de pie. Algunos suelen llevar la comida para no tener que volver por la tarde. Hay aire acondicionado para evitar los olores de las grandes aglomeraciones. Los asientos son de terciopelo rojo. Mientras dura la función, un coro canta canciones alegóricas al momento. A la entrada se da un papel a cada uno. Quienes no lleguen a la repartición del papel pueden, usar el del su compañero de asiento, pero deben devolverlos al salir. Lo que dejen depositado allí, sirve para dar de comer a los pobres de la parroquia. A este santo y saludable lugar todos debemos ir con alegría en el corazón y seguridad de que hemos de salir con el cuerpo aligerado de tanta podredumbre como en él atesoramos. Les saluda atentamente...