Buscando la Libertad Álbum de fotografías por Martha Marian Lizbeth Reynoso Lizárraga 6°C Gabriela Mistral

Paulina era una niña muy inquieta y muy distinta a las demás Paulina era una niña muy inquieta y muy distinta a las demás. Ella era muy valiente, Paulina estaba muy enferma y ella vivía en un hospital, pero era una niña muy pobre y aun con la ayuda del hospital sus terapias sus papas no podían pagar.

Ella no le tenía miedo a nada, ni a las inyecciones mientras que sus amigas, muy miedosas temblaban de miedo cada vez que veían llegar a las enfermeras para las inyecciones aplicarles. Un día la curiosa y juguetona paulina de la habitación se escapo, bajo las escaleras y en la estancia ella observo a un par de niñas sanas jugar. “Si yo fuera como ellas, si yo estuviese sana y fuerte podría salir de este hospital y por fin el mundo yo podría conocer”, pensó.

Paulina, pequeña niña, pequeña niña muy curiosa, es verdad, Solo piensa en una cosa, y es sanar, para encontrar su libertad.

Un día en el hospital, paulina se despertó más temprano de lo de costumbre, y al patio del hospital ella salió, el sol no había salido pero el cielo estaba cubierto de esponjosas nubes, rosas y naranjas. El cielo era enorme e infinito, miraba hacia el horizonte y todo era hermoso sin limitaciones, lleno de colores, arboles, incluso hogares a paulina le gustaba admirar, pues todo dentro del hospital era muy diferente, triste, todo era blanco, el aire siempre estaba climatizado, había muchos enfermos y personas de mal humor.

Paulina sentía que el mundo era enorme y quería conocerlo, pero tenía una enorme limitación, así que paulina solo suspiro con tristeza.

¡Pobrecita niña! no te pongas a llorar, recuerda pequeñita, que primero tienes que sanar.

-¿Por qué lloras?-. Paulina escucho que le peguntaban, paulina se giro ¡y casi se cae del escalón, del susto!, justo atrás de ella una joven la estaba observando. -¡No me regañes por favor!- paulina balbuceo. La joven sonrió y negó con la cabeza. –No. No te regañaré, es solo que hace días que te observo, y tengo mucha curiosidad de saber porque siempre vienes a este lugar-. Paulina suspiro de nuevo y le conto a su nuevo amigo sus ansias, de sanar y por fin conocer el mundo y así vivir muchas aventuras.

Paulina sola y triste estaba, pero a una nueva amiga encontró y más contenta ella se sintió.

La joven sintió pena por la pequeña niña, así que cada noche ella le contaba a Paulina como era el mundo, le describía los lugares a donde ella había viajado, paulina la escuchaba con los ojos abiertos muy emocionada.

Entonces la joven le conto sobre una feria de diversiones a la que ella había ido hace unos años, le menciono lo divertido que había sido, entonces la pequeña paulina noto como su corazón se acelero de emoción por las descripciones de su nueva amiga, así que la joven una promesa le hiso, que cuando la pequeña paulina se recuperara juntas irían al parque de diversiones. Paulina muy feliz quedo y esa noche se durmió con una sonrisa en su rostro.

Duerme niñita, empieza a soñar, disfruta preciosa, que todo va a cambiar, solo ten paciencia.

Paulina todas las noches soñaba con viajar, hasta que un dia cansada de soñar y sin pensar en sus limitaciones, ella se decidió escapar e ir en busca de de hacer sus sueños realidad, sin hacer caso a nada ni nadie. Paulina lo había decidido, quería viajar. Espero que salieran los primeros rayos del sol y su escape al fin emprendió, sin pensar en los peligros que a ella le podrían pasar.

Apenas había llegado la tarde de ese mismo día en que paulina se había escapado de su limitada habitación de hospital y sus padres muy preocupados por ella estaban. Paulina camino y camino y con mucha emoción admiro sus alrededores, pero no lograba entender por qué no era lo que ella esperaba.

–¡Soy libre. , pero ¿porque no me siento feliz. - –¡Soy libre!, pero ¿porque no me siento feliz?-. Y mientras cada paso que daba alejándose de su hospital ella mas se quería regresar, y es que la pequeña paulina al fin había logrado entender que libertad no es salir caminar por pasillos estrechos, ni sentarse a observar bajo un árbol, cual extenso es el camino. Así que Paulina muy arrepentida regreso al hospital y con sus papas se fue a disculpar! -Lo siento mamá, lo siento papá, es que yo libre al fin quería estar, pero el logrado darme que escapar no es libertad-.

Entonces su joven amiga se acerco y le dijo a paulina –¡Claro que no Entonces su joven amiga se acerco y le dijo a paulina –¡Claro que no!, ¡libertad no es viajar, libertad es estar bien contigo mismo y con las demás personas que merecen saber, que es lo que haces, es hacer las cosas que se te permitan y estén a tu alcance!. Habías huido pequeña paulina y a tus papas habías asustado y ellos ni permiso te habían dado, ¡Eso no es libertad y qué bueno que lo hayas entendido!. Meses después la joven amiga de paulina resulto ser una muy distinguida doctora y apoyo a los padres de la pequeña niñita a pagar su tratamiento.

Paciencia Paulina, es todo lo que ocupabas, que la libertad es toda tuya. Se feliz pequeña paulina. Fin